12/06/2024 - Edición Nº3002

Politica

Análisis

El “homo novus” empezó a hacer política de alto vuelo

16/05/2024 11:07 | El gobierno leyó bien a la opinión pública en tres sucesos importantes del último mes: la marcha universitaria, las movilizaciones del 1° de mayo, y el paro nacional del 9 de mayo. Con habilidad resolvió satisfactoriamente. ¿Habrá respuesta inteligente de la oposición?


por Fabricio Moschettoni, editor de ImpulsoBaires / Twitter @FMoschettoni


Hubo tres eventos que en la Casa Rosada preocupaban bastante: la marcha universitaria, el 1° de mayo, y el paro del 9 de mayo. De esa trilogía, hubo una lectura correcta por parte del oficialismo que los llevó a consolidar su base política en un momento en que necesitaba despejar las confusiones.

La marcha universitaria, que movilizó a más de un millón de personas en todo el país, contaba con bastante más del 70% de respaldo en la población, por lo tanto no tenía sentido que el presidente Javier Milei insistiera en polemizar con un rival que lo superaba en simpatía pública, y en ese marco la estrategia del vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, fue brillante, propia de su formación en las filas de un radicalismo porteño que conoce muy bien de qué se trata la política y la construcción del poder. “Yaco” estuvo al frente de una de las mejores campañas que trabajó con inteligencia emocional el comportamiento social.

Por el contrario, las marchas del 1° de mayo, Día Internacional del Trabajo, quedaron reducidas al folclore sindical y piquetero, y hasta pasaron desapercibidas, mientras que el paro del 9 de mayo, organizado por esos mismos sectores, mereció una desaprobación social de más del 70%, según distintos sondeos de opinión pública.

Ese fue el escenario: marcha universitaria con más del 70% de respaldo, y movimientos cegetistas y piqueteros con ese mismo porcentual, pero de desaprobación. Por lo tanto, el juego era fácil de entender y atender en su momento justo.

Por primera vez, y de manera inteligente, el presidente Milei guardó su tono provocado para con todo lo que considera la casta y fue selectivo, situación que le posibilitó consolidarse políticamente, e imponer un liderazgo más allá de su propio 30% de caudal electoral. Pero ¿cómo lo hizo?

A la causa universitaria tenía que desarmarla, y para eso debía conceder el pedido del principal jugador, en este caso la Universidad de Buenos Aires, por lo que en las últimas horas el Gobierno se comprometió a actualizar gastos, sin incluir salarios y otras partidas, en 270% interanual respecto al presupuesto sancionado para la universidad en 2023, y de 300% para los hospitales universitarios y aquellas funciones de la universidad vinculada al área asistencial.

 “Las sumas indicadas, si bien se encuentran por debajo del presupuesto óptimo para el funcionamiento pleno de la Universidad, posibilitan una programación presupuestaria, imposible hasta el momento”, dijo el Consejo Superior de la UBA en el día de ayer y levantó la emergencia que declaró el 10 de abril.

De todos modos, la principal casa universitaria del país, mantuvo “el estado de alerta y profunda preocupación en materia de recomposición salarial, manifestando la urgente necesidad de arribar a un pronto acuerdo entre el Poder Ejecutivo Nacional, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y los representantes sindicales de las Universidad Nacionales, tendiente a recomponer el ingreso de los trabajadores docentes y nodocentes a un salario justo; así como también respecto a las partidas restantes aún no actualizadas y/o discontinuadas, particularmente aquellas vinculadas a las áreas de Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y a los Programas de infraestructura universitaria”.

Esa negociación fue exitosa para las dos partes, el Gobierno consiguiendo neutralizar un partido que tenía perdido, y la UBA pudo mostrar que es un factor de poder más que importante para tener en cuenta. En tanto, el resto de las universidades terminaron sin entender que en este tiempo había que actuar con inteligencia, con buenos operadores ante el Gobierno federal, y no levantando una bandera demasiado politizada en algunos casos. Es decir, estuvo bien la marcha multitudinaria y el trabajo fino de los operadores de la UBA, y estuvo desacreditado el palco hiper politizado que pretendió sacar una partida personal ante la multitud.

En las últimas horas, el resto de las universidades públicas están pidiendo al Gobierno un trato similar, y en ese marco hay que ver qué terminará ocurriendo. De todos modos, si el Gobierno quiere puede potenciar su jugada e ir por más, como por ejemplo lograr tener en el palco del Pacto de Mayo a algún rector.

En cuanto al otro frente, al que comparte una línea dura de la CGT y en una vereda cercana sectores piqueteros y políticos que utilizaron la pobreza de una manera repudiable, el Gobierno tuvo otra atención, y es aumentar el nivel de confrontación.

La sucesión de allanamientos a referentes piqueteros y locales de partidos de ultraizquierda, con resultado positivo en la búsqueda de pistas para investigar un manejo mafioso de referentes con beneficiarios de planes sociales, muestra a un gobierno hablando en la misma sintonía que los sacrificados sectores medios.

Es decir, en las últimas horas, el Gobierno de Milei mostró, que, con menos gritos y manejos verbales de situación, y más negociación política y acción, se obtienen excelentes resultados.

¿Por qué el homo novus?

Marco Tulio Cicerón fue un político brillante que llegó al consulado de Roma en el 64 a.C., y lo hizo sin ser parte de ninguna familia patricia, por lo que se lo puede definir como un “homo novus”, o sea un “hombre nuevo” que llegó a tener un altísimo grado político sin poseer un linaje distinguido. Marco Tulio le debió una buena parte de su construcción política a su hermano, Quinto Tulio Cicerón, quien le habría confeccionado un manual político que hoy, a más de dos mil años, podríamos aplicar para construir cualquier liderazgo, o para edificar cualquier alternativa política. “De Petiotione Consulatos”, tuvo una batería de propuestas que el “homo novus” aplicó en su campaña, por ejemplo, dando importancia a la retórica y a la persuasión, mantener una conexión clara con sus votantes entendiendo lo que piensan, y sobre todo el manejo de la competencia.

Por lo general, en la política se cita mucho más al florentino Niccolò Maquiavelo con su obra El Príncipe, que está en esa etapa de comienzo de la modernidad y despedida del medioevo, pero sin embargo Cicerón, 1500 años antes, había interpretado a la perfección el poder, y sobre todo, cómo dialogar con él.

En algún punto, Milei parece tomar cuestiones de ese hipotético manual que Quinto le hizo a su hermano Marco, y que la historiografía analizó desde distintas corrientes una y mil veces.

¿Habrá conseguido el “homo novus” conquistar al poder?