25/04/2024 - Edición Nº2954

Sociedad

A la espera del milagro

FundaCore: Hoy fue la última venta de tapitas, y ahora no podrán seguir trabajando porque se quedaron sin casa

30/11/-0001 | Este jueves por la mañana fue la última venta de tapitas y latas de aluminio por parte de FundaCore, la fundación que ayuda a la sección de cardiología del Hospital de Niños de La Plata con donaciones para comprar equipamiento. Mientras los voluntarios y jóvenes del Club Universitario cargaban las últimas bolsas, su presidenta, Pamela Bonac, habló con “Costo de vida”, por Radio 96.7 de La Plata y dijo: “tuvimos que entregar la casa de 62 porque se vendió, no nos prestan otra, así que no podemos seguir trabajando”.


por Redacción



Desde hace años FundaCore ayuda al Hospital de Niños de La Plata con donaciones para comprar aparatología. Los directivos y trabajadores del nosocomio están agradecidos por ese esfuerzo tanto como los padres de los pequeños que a diario se tratan.
Sin embargo, FundaCore no podrá seguir trabajando. El 2 de enero tuvieron que entregar la casa de 62 casi 13, que había sido prestada hace un tiempo por un vecino que amablemente colaboró, aunque siempre estuvo claro que “en momentos que el inmueble se vendiera había que desalojar”.
Pamela, emocionada, habló esta mañana con Fabricio Moschettoni, en Costo de vida por Radio 96 y dijo: “FundaCore estuvo siempre cuando se la necesitaba. Había que comprar algo para el hospital y Funda Core ahí estaba. Pero bueno, ahora no tenemos un lugar en donde acopiar tapitas y aluminio así que no podemos seguir prestando servicio”.
Dijo que en este tiempo recibió algunas promesas, pero todo quedó ahí.
Esta mañana, en lo que fue la sede de la fundación, en la calle 62, había un intenso trabajo de voluntarios y de los jóvenes del Club Universitario, que siempre estuvieron dando una mano. Había gestos de mucha tristeza porque la misión solidaria se termina.
“Nosotros queremos seguir. Hoy tuvimos que hacer una venta no programada de todo el material que teníamos, pero lamentablemente si no hay un lugar no se puede más”, dijo Pamela.
La Fundación no necesita lujos, pero sí un galpón amplio para albergar la enorme cantidad de material que reciben. Allí los voluntarios lo seleccionan y embalan para venderlo a las empresas recicladoras.
Lamentablemente Funda Core, que le brindó su corazón a la solidaridad, ahora no recibió una mano de quienes podrían cambiar la historia, pero quien sabe por qué razones no han querido hacerlo.

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