
por Redacción
Al suspenderse rebajas de impuestos previstas, se intenta evitar una pérdida de recursos en 2020 equivalente a 1,3 puntos del PIB. A esto se adiciona la mayor recaudación esperada por derechos de exportación, bienes personales y el impuesto al dólar turismo/atesoramiento. En caso que se modifique la movilidad previsional y se gasten 0,3 puntos del PIB menos en prestaciones de seguridad social (respecto de 2019), el sector público podría pasar de un déficit primario de 0,7 puntos del PIB en 2019 a un superávit de 0,7 puntos en 2020, equivalente al 25,3% de los intereses por deuda en moneda extranjera que se habrán de devengar en 2020, agregan desde la web de Fundación Mediterranea.
Con las medidas conocidas hasta el momento y la suspensión del consenso federal para el año próximo, puede estimarse que la presión tributaria consolidada (Nación más provincias) subirá del 28,0% del PIB en 2019 a 29,6% en 2020.
Como referencia, este guarismo había alcanzado el 31,1% del PBI en 2015.
El aumento de la alícuota de las retenciones (no coparticipable) afecta negativamente al consolidado de provincias por una menor recaudación del impuesto a las ganancias, que es coparticipable. Sin embargo, los fiscos provinciales se habrán de beneficiar por la suspensión de la rebaja de impuestos locales (Ingresos Brutos) y por la suspensión de la baja de alícuotas de Ganancias a sociedades, junto con la suba de alícuotas en Bienes Personales.
La suma y resta de estas distintas variables arroja un resultado neto positivo a favor de las provincias estimado en 0,8% del PIB para 2020