En el Gran La Plata se teme que el efecto COVID-19 deje a 4500 empleados de la construcción parados

Si bien el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, lleva adelante la misión de poner en marcha pequeñas obras en consonancia con los intendentes, lo cierto es que hasta el momento ni constructoras como tampoco trabajadores están anoticiados.

La construcción activa y desactiva la economía con la misma velocidad, y en La Plata se estima que 4.500 trabajadores formales hoy están sin ingresos, a los que podrían sumarse un número similar que todavía se encuentra en la informalidad.

Un signo del parate es la previsión que está haciendo la industria del cemento que prevén una caída de ventas para el año en curso de un 20 % como producto de la incidencia directa del coronavirus.

Pero volviendo a La Plata, la construcción ya venía golpeada porque en el cambio de gobierno se pararon obras movilizadoras como por ejemplo las de 1 y 32, y también otras del ámbito privado, incluso nunca llegó a comenzar el emprendimiento prometido por IRSA que sería la construcción de un mega paseo de compras. Al parecer, los empresarios querían tener vendido alrededor del 90 % de los locales para dar comienzo, lo que se entendía como una venta al pozo.

La situación enciende luces de alarmas sobre el futuro de ese emprendimiento así como en otros similares por los que no hay demasiados signos positivos de continuidad entre los constructores.