29/03/2024 - Edición Nº2927

Politica

Contrapoder

Entre los peores vacunadores del planeta y encima promocionan los "vuelos de la vida"

01/05/2021 | Frente a una sociedad que no aguanta más y en medio de un desierto de vacunas, como le gusta comparar al Presidente, hoy estamos estallados y agobiados por nuevas restricciones que no dan ninguna garantía de futuro. La realidad nos abofetea con el dolor de haber perdido más de 63 mil vidas por el COVID-19. Es el equivalente a un estadio de River lleno y convertido en una morgue


por Jorge Joury *


Actualmente hay 5.317 personas en terapia intensiva. Y en medio de este drama, tenemos 19 millones de pobres, 4,5 millones de indigentes, 2,2 millones de desocupados. El 60% de los chicos de hasta 14 años están por debajo de la línea de pobreza. Hay más de 6 millones de familias fuertemente endeudadas. Miles de negocios y pymes quebradas. Y Para colmo de males, la corrupción no deja de asomar. Después del vacunatorio vip, ahora se denunció en Ezeiza y Aeroparque, el funcionamiento oscuro de un laboratorio que  suministra testeos en tiempo récord. Está  a nombre de dos monotributistas y factura 5 millones de pesos por día. Y para coronar, como si fuéramos creadores de una maldición bíblica, nos colgaron la medalla de la vergüenza: hoy ocupamos  los primeros puestos del ranking de los países que menos vacunaron en medio de la pandemia.

Entre 53 naciones, quedamos en el puesto 51. Se trata de la última actualización del “Ranking de Resiliencia” de Bloomberg, que dejó al país 7 posiciones más abajo que en su edición de marzo. Solamente Brasil y Polonia recibieron una peor calificación.

En esa medición se utiliza una amplia variedad de datos para determinar dónde se está manejando la pandemia de manera más efectiva, con los menores problemas sociales y económicos- y evalúa estadísticas de parámetros tales como la tasa de mortalidad, la cantidad de testeos, la tasa de positividad, el acceso a la vacuna, la severidad en las restricciones a la circulación y la evolución del Producto Bruto.

Con esta calificación, la Argentina cayó 7 posiciones en relación a la última actualización, realizada a fines de marzo. Uno de los parámetros evaluados que más impulsó esta caída fue la tasa de positividad, ubicada en el 29%, la peor de todos los países relevados.

Las otras naciones latinoamericanas mencionadas en el ranking fueron Chile (36), Perú (47), México (48), Colombia (50) y Brasil (53).

En la otra vereda, los países mejor calificados que ocuparon los 10 primeros puestos del ranking fueron Singapur, Nueva Zelandia, Australia, Israel, Taiwán, Corea del Sur, Japón, Emiratos Árabes, Finlandia y Hong Kong.

Insólitamente, en el día de mayor cantidad de muertos, el Gobierno mediante un spot televisivo festejó el jueves por la noche que el país llegó a diez millones de vacunas recibidas(FOTO). La comunicación oficial señalaba: “10 millones de motivos para tener esperanza”. Además, iba acompañada por la jactancia de algunos funcionarios, que tal vez no recordaban que, el 6 de noviembre, el propio presidente Alberto Fernández había prometido que, si todo iba bien, “podríamos vacunar a finales de diciembre a diez millones de personas”.

Como si fuera poco, el oficialismo también empapeló CABA dado cuenta de esta èpica, una manera de militar la vacuna electoralmente y seguramente a un costo millonario, dinero que se podía haber empleado con otros fines.

En este contexto, se estima que entre personal de salud y estratégico, mayores de 60 años y menores de esa edad que pertenecen a grupos de riesgo, hay alrededor de 15 millones de personas. Si cada una de ellas debiera recibir al menos dos dosis, puede concluirse que se hubiese requerido el triple de dosis de vacunas que las que llegaron el jueves por la noche al país. Tan lejos de ese objetivo, y en medio de la más cruenta etapa del coronavirus, con récord de muertes diarias y de internados en unidades de terapia intensiva, el Gobierno no tuvo mejor idea que festejar los diez millones de vacunas.

En este escenario, plagado de oscuridad, tampoco se sabe por qué le pagaron a Astrazeneca 60 millones de dólares por adelantado por 20 millones de vacunas que no llegaron en tiempo y forma.
Hay datos a nivel bonaerense que hielan la sangre por el “altísimo nivel de mortalidad” alcanzado en las últimas semanas. “De cada diez personas que ingresan a terapia intensiva con COVID19, seis fallecen. Si tienen más de 60 años, 7 fallecen. Es un dato terrible. Tenemos que lograr que la gente no llegue a terapia intensiva. Un 60% no sobrevive”, destacó el jefe de Gabinete del gobernador Kicillof, Carlos Bianco. En La Plata. los jóvenes entre los 20 y los 39 años ya concentran el 52% de los casos y hay 15 mil policías bonaerenses enfermos.

Nuestro país cumple trece meses navegando a la deriva y en las aguas turbulentas de la pandemia. Lo que se puede aseverar es que salvo desde el campo de la medicina y la ciencia, parece que aprendimos muy poco. Se advierte singular inoperancia en el andar de la política y la toma de decisiones del poder. El mundo atraviesa, en tiempos desacoplados, idéntica realidad. Pero las principales naciones de Europa que la pasaron muy mal, supieron elaborar parámetros que permiten combinar los encierros para proteger la salud con aperturas que, amén del mismo sentido, apuntan a no dañar en exceso la economía. Incluso con sistemas de toma de decisiones más complejos que en nuestro país.

Los analistas económicos sostienen que a pesar del duro golpe en vidas, la pandemia le ha dado a la Argentina una flor de oportunidad de aprender y mejorar. Sin embargo, fiel a su historia, el país se encamina a que esta sea otra oportunidad perdida. En el mundo se observa que a medida que las economías desarrolladas avanzan con sus planes de vacunación comienza a verse una luz al final del túnel. Un regreso a una nueva normalidad con mínimas restricciones a la actividad económica. La economía mundial se encamina a un gran rebote que Argentina va a mirar desde abajo, dejando pasar nuevas oportunidades en la economía post pandemia.

En el marco de desatenciones, un área de reformas que el Gobierno ha ignorado es el de salud pública. Estos meses deberían haberse aprovechado para mejorar las falencias. Qué mejor motivación que una pandemia mundial para llevar adelante una profunda reforma de salud que le dé al sistema mayores recursos y mayor eficiencia.

Contrariamente, lo que hemos visto en cambio es una actitud desagradecida hacia el personal médico y una preocupante inoperancia para adquirir las tan ansiadas vacunas. Y para colmo de males, hoy hasta nos falta oxígeno y hay que importarlo. Como se ve, el aire ya no es gratis, como solíamos decir de chicos.

Los llamados “vuelos de la vida” y el escándalo de las vacunas VIP, lo que han dejado a cielo abierto es la politización como la mayor de las prioridades. Hemos sido testigos además de una innecesaria pulseada política y judicial  en el área educativa entre Nación y CABA. Es la  muestra más acabada del divorcio entre lo que la sociedad necesita y lo que les importa a los sindicatos y al Gobierno. La Casa Rosada ha utilizado la educación solo para pelearse con la oposición.

En vez de seguir en el camino de sumar planes y vacunar a 70 mil piqueteros para comprar la paz social, se podía haber profundizado en lograr mecanismos para generar trabajo para que estos beneficiarios aprendan a ganar su sueldo con el sudor de la frente. Me pregunto si los choferes de micro, las cajeras de supermercados o los trabajadores sanitarios que limpian las cloacas, por poner algunos ejemplos, no tienen el mismo derecho a vacunarse que los piqueteros.

Otra oportunidad perdida es no haber avanzado con reformas en la economía. Se podría haber llevado adelante una reforma impositiva que simplifique el laberinto tributario y baje la presión fiscal. Se podría haber implementado también una reforma laboral que flexibilice este mercado facilitando la creación de empleo. también habría sido eficaz una reforma del Estado que haga de este monumento a la burocracia, una entidad sostenible y que deje ser el salvavidas de plomo de la economía del país. Además, se podría llevar adelante una fuerte desregulación del mercado y asegurar la protección a la propiedad privada, desactivando definitivamente las usurpaciones y las tomas de tierras.

Es la hora de que los políticos ayuden a  invertir en la Argentina que quiere despegar y dejar atrás el clientelismo, como arma electoral. Hay que avanzar hacia una nación que deje de ser lo que es hoy : un deporte de alto riesgo.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.