
por Redacción
El repunte de los precios se vio impulsado por el encarecimiento de la energía, que tuvo una suba interanual de 24,5%, mientras que el valor de los alimentos se incrementó en un 2,4%.
Otros sectores que influyeron en el incremento de precios fue el precio de los autos usados, con un alza del 45,2%.
Por su parte, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta la volatilidad de los componentes de energía y alimentos frescos, se situó en 4,5% frente al 3,8% de mayo (la mayor cifra desde noviembre de 1991), y la variación mensual comparada con mayo marcó 0,9%.
Este incremento de precios superó los pronósticos y colocará presión sobre la política monetaria expansiva de la Reserva Federal (FED) de tasas de interés mínimas y compras de bonos.
La entidad consideró hasta el momento que la tendencia inflacionaria es únicamente "transitoria".