
por Jorge Joury
Cristina percibe olor a cala y le propuso al Presidente con tono imperativo que ponga orden en lo que tenga que poner. Aconsejó "que le meta para adelante”. Lo hizo frente al trípode más fuerte de la coalición: Sergio Massa, Axel Kicillof y su hijo Máximo. Además, la platea estaba colmada por funcionarios nacionales y bonaerenses, candidatos y dirigentes.
Al otro día, durante un acto en La Plata repitió la escena y hasta retó a Alberto como un chico, por tomar agua del pico de la botella. El Presidente se defendió como un chico y explicó que Máximo lo había hecho antes, sin la reprimenda de su madre. Y en otro momento, Cristina avanzó más y le pidió el micrófono para hacerle una acotación por lo que estaba diciendo. Nada tan alejado de los protocolos para denigrar a un jefe de Estado y ratificar que el comando lo tiene ella y hay que hacer los deberes al pie de la letra.Quedó claro que Cristina está en campaña y no quiere desprolijidades. Esta semana instaló en los medios el término "República de Morondanga". Lo hizo para calificar el momento en que gobernó Macri y se puso al frente de la reconstrucción de un "modelo más justo". No hizo otra cosa que enseñar sus cartas al señalar que : “La vida que queremos requiere no de uno, sino de muchos períodos de gobierno.Venimos a revalidar una vez más lo que hicimos porque lo vamos a volver a hacer”. Mientras tanto, para amortiguar daños, el Gobierno le entregó a la TV pública y al sitio oficialista El Destape, el video del cumpleaños de Fabiola Yañez en Olivos. Fue con tanta mala suerte esta jugada, que simultáneamente se filtró otro con el festejo de fin de año en Olivos, donde aparece el Presidente con los diputados oficialistas y Máximo Kirchner. Todos apiñados, mientras los argentinos estábamos encerrados en nuestros hogares cumpliendo con el pedido presidencial.
En mi trayectoria periodística me tocó entrevistar a muchos presidentes, pero nunca vi uno tan desgastado como Alberto Fernández. Ni siquiera el peor momento de Fernando de la Rua, tiene aristas similares a la película que estamos viendo. Lo preocupante es que faltan dos años de mandato y el crédito de Alberto está casi agotado.Lo que propuso Cristina con sus dos actos, es dar vuelta lo más rápido posible la página del escándalo de Olivos para frenar los embates de la oposición, que ahora va por Axel Kicillof a quien le piden que muestre los registros de los ingresos a la residencia de las calles 51 y 5 de La Plata.
De aquí en más, al Presidente no le queda otra salida que poner orden. Los primeros deberes que le pidió Cristina, es dejar de aparecer sacado en los discursos y terminar con la nocturnidad y los asados en Olivos, Con el "metele para adelante", Cristina acomodó los patitos en fila. El resto deberá alinearse y entender que si hay desbande la que quedará a la intemperie es ella, además del proyecto, y el poder, que es lo único que le importa, aunque se hayan caído las máscaras y las caretas.
La Jefa ordenó al FdT mostrarse blindado, sumar actos, aludir en los discursos a enemigos externos como Mauricio Macri y cambiar la agenda. Aún es difícil estimar el costo de las irritantes imágenes de Olivos, pero queda claro que el daño puede ser profundo.En los últimos días habíamos visto un Presidente en lo emocional al límite. Alberto Fernández se había mostrado cercado por las culpas. Debió haber reconocido el viernes, no esperar al lunes, que es el único responsable por el festejo en Olivos.
Todos sabemos que en política, el que se enoja pierde. Y lo que hizo Cristina fue hacerlo mirarse en el espejo con un escarmiento en público que es lo que más duele . Alberto no sabe como reparar el daño causado. Dijo que lo quieren hacer caer y no lo va a permitir. La verdad es que todos queremos que el Presidente llegue hasta el último día de su mandato, porque el remedio sería peor que la enfermedad. Pero lo que está haciendo casi de manera permanente, es pegarse un tiro en los pies gastando el poco hilo que le queda en el carretel.Frente a este cuadro de situación, nadie puede asegurar todavía hasta dónde llegará la onda expansiva del escándalo a la hora de votar. Lo que sí puede empezar a evaluarse, es que si Alberto Fernández presumía que estas elecciones podían ser el punto de partida para su segundo mandato, está en el horno.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo"