29/03/2024 - Edición Nº2927

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Análisis

"El mal presagio de Máximo y el fantasma del voto bronca", reveló Jorge Joury por FM 96.7

06/09/2021 | "En la cúpula de la CGT rondan los fantasmas. Ven venir después de las elecciones una crisis política en el seno del gobierno. El estado de alarma tiene que ver con dichos de Máximo Kirchner durante un almuerzo que mantuvo junto al ministro del Interior, Wado de Pedro, con los dirigentes de mayor peso sindical" comenzó diciendo Jorge Joury al analizar la campaña electoral en Decisión 96, por Radio 96.7 de La Plata.


por Redacción


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“Alberto ha cometido errores que nos pueden costar muy caro en las urnas”, dijo Máximo Kirchner. El jefe de La Cámpora no tuvo contemplaciones con el Presidente a la hora de analizar el funcionamiento del Gobierno nacional y especialmente la intimidad de la Quinta de Olivos". Así lo advirtió el periodista y analista político Jorge Joury al ser entrevistado por  “Decisión 96, la política en vivo”, el programa que conduce Fabricio Moschettoni por la FM 96.6 de La Plata. 

Este es un resúmen de lo que manifestó el entrevistado: 

"Máximo Kirchner transmitió a la cúpula sindical que la intención de la ex presidenta apuntará a “blindar” la figura de Fernández para asegurar la gobernabilidad y llegar en mejor forma a las elecciones generales de noviembre. “Todas sus definiciones nos sonaron a que se viene un intento de avanzar sobre el Gobierno y la autoridad de Alberto”, comentó uno de los sindicalistas.

También se supo que Máximo apuntó sus dardos contra el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, su número dos Miguel Cuberos y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi. El Olivos Gate fue el disparador del malestar encubierto de los Kirchner. Desde hace tiempo Cristina venía cuestionando al presidente y a su entorno por la información que recibía respecto a “cierta ligereza y pocos recaudos” en la intimidad y el manejo de la nocturnidad en la Quinta de Olivos.

Frente a este escenario, lo que podría darse por seguro, es que después de las elecciones de noviembre seguramente habrá cambios en el gabinete nacional. 

Lo que vaya a ocurrir depende de cómo quede cada pieza en el tablero doméstico pasadas las elecciones, pero está claro que las modificaciones van se ser producidas más allá de los mejores o peores resultados en las urnas. El punto, ahora, es que existe un efecto previo y es el desgaste de gestión -de poder funcional- que significa para los ministros que están en discusión, y sobre todo para uno por el sensible lugar que ocupa: Martín Guzmán.

En las mesas chicas del poder se dan por terminados los días de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía . Hay quienes sostienen que hay un futuro post electoral de superministerio de Economía para Sergio Massa. Los colaboradores del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación lo negaron, pero él no salió a desmentir. Luego apareció en alguna actividad con Martín Redrado y se instala el rumor que el ex presidente del Banco Central `pdría ser el futuro hombre clave para poner en marcha la economía..En tanto, Jorge Asís, en su diálogo que es un editorial televisivo en formato de diálogo con Luis Novaresio, ratificó lo del superministerio para Massa y le agrega un dato: también habría un superministerio para Máximo Kirchner. Si Massa va a la Economía, la Producción, etc., Máximo iría a la Seguridad Social y el Trabajo.

La elección del  domingo 12 en la provincia de Buenos Aires, donde está la mayor fortaleza electoral del Frente de Todos, también ofrece algunos matices políticos para el análisis. Hay que mencionar en primer término la apatía como consecuencia del extenso confinamiento por la pandemia y la poca empatía con candidatos que solo apelan a frases vacías de contenido, como las recientes de Victoria Tolosa Paz relativas al sexo.

Por lo pronto hay que advertir que el gobernador Axel Kicillof atravesará su primer test en las urnas como conductor de ese territorio. En ese aspecto,  cada miembro de su gabinete será puesto también bajo la lupa. Un dato a tener en cuenta es que la mayoría de las primeras espadas del gobernador carecen de estructura política en esa geografía para enfrentar la madre de todas las batallas de cara a las aspiraciones del kirchnerismo. Son pocos los que pueden ostentar de un poderío construido en base a su trayectoria y experiencia militante. Sergio Berni es uno de ellos. Pero hay por lo menos diez integrantes del gabinete que carecen de un despliegue territorial y que hacen más difícil poder cuantificar su aporte a la hora de contar los votos en las elecciones. Muchos de ellos poseen un perfil más “técnico” que “político”.  

En ese equipo de funcionarios aparecen: Carlos Bianco (Jefe de Gabinete de Ministros); Pablo López (Ministro de Hacienda); Jesica Rey (Ministra de Comunicación Pública); Augusto Costa (Ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica); Agustina Vila (Directora General de Cultura y Educación); Nicolás Kreplak (Ministro de Salud); Estela Díaz (Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual); Agustín Simone (Ministro de Infraestructura y Servicios Públicos); Mara Ruiz Malec (Ministra de Trabajo); Javier Rodríguez (Ministro de Desarrollo Agrario) y Federico Thea (Secretario General).

El grueso del grupo carece de poder en los municipios al momento de revisar tanto la lista a precandidatos a diputados nacionales como las de legisladores en las distritales.

También hay que decir que las alarmas han sonado en el Instituto Patria, porque la provincia de Buenos Aires muestra un bajón de Alberto y su imagen negativa estaría a la par de la de Mauricio Macri. Un problema mayúsculo para la estrategia central de los K: convertir al principal distrito del país en eje de las elecciones y plataforma para el proyecto de varios períodos en el poder que ha diseñado la vicepresidenta.

Todos estos aspectos hacen que podría haber varias sorpresas, entre ellas, un crecimiento del voto bronca que manifiesta el enojo y la apatía de la sociedad con la clase política. Esa tendencia asoma en el escenario político, luego de la baja participación en las elecciones de Corrientes. Allí hubo más del 10% de ausentismo en el padrón. Esto no hace otra cosa que  confirmar la tendencia que venía de los comicios de Jujuy, Misiones y Salta. En Corrientes se esperaba una afluencia a las urnas mayor a la de las otras provincias porque se elegía gobernador. Sin embargo, la participación no superó el 65%. De ese porcentaje e incluso de menos se habla en el Gobierno para las elecciones a nivel nacional, un nivel mucho menor al promedio histórico.

Los adultos mayores que le temen al avance de variante Delta con el temor al contagio empujarían una baja histórica en el número de votos válidos, pero también un descontento general con la política, la indiferencia ante una campaña deslucida y la falta de motivación sobre lo que se vota", finalizó Joury.