Los cajones de Herminio no se agotan

También fue vergonzoso la entrada del jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, con un grupo de manifestantes que coreaban: ¡Macri compadre, la c... de tu madre! Vaya ocurrencia, justo en el Día de la Madre, donde también Hebe de Bonafini mostró su peor cara.Tomó el micrófono y disparó directamente contra el presidente Fernández. “Usted se junta con los ricos, con los de IDEA, y nos quiere hacer pagar un robo” (por la deuda). Justo ella salió a golpearse el pecho, después que durante el gobierno de Cristina, estuvo claramente involucrada en la caus por un hecho serio de corrupción con Sergio Schoklender y que muchas personas recuerdan.

El acto había sido convocado por Alberto Fernández, pero quedó en claro que era en contra suya y que Cristina Kirchner, le había mandado otro correctivo con la caballería más indómita.

Y por si fuera poco, luego tomó la posta Amado Boudou, el ex vicepresidente de Cristina. A pesar de su pasado negro por apropiarse de la máquina de fabricar dinero, Boudou es admirado por un sector del kirchnerismo militante. Pero, para el resto de la sociedad, fue el primer vicepresidente condenado, en todas las instancias, por un hecho de corrupción. Boudou rápidamente atrajo la atención de las cámaras de TV.

Lo penoso que había un grupo que lo aplaudía como si se tratara de un prócer. Él sonreía y saludaba, levantando los brazos, se dejaba querer y abrazar. Otro pelotazo en contra para el oficialismo, que seguramente se va a reflejar en las urnas.

Ese escenario me hizo recordar al 28 de octubre de 1983, cuando se produjo un hecho bisagra en la historia del peronismo. Ese día, al menos un millón de personas que habían concurrido a la avenida 9 de Julio para apoyar la fórmula peronista que encabezaba Ítalo Luder se quedaron perplejas. En medio del acto, Herminio Iglesias, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, tuvo la infeliz idea de quemar un ataúd en el palco con la leyenda “UCR”. Dos días después, Raúl Alfonsín derrotaba al peronismo de manera contundente. De esa manera, “El cajón de Herminio” quedó para siempre como un símbolo más oscuro de la derrota, la manera en que alguien puede pegarse tiros en los pies en una campaña electoral.

Lo del domingo, después de las "Anibaladas"contra Nik, fue otro regalo con moño y todo para Juntos por el Cambio. Parece de ciencia ficción, pero es tan real como los 4 mil millones de pesos que el Gobierno emite por día para regalar "platita" y fabricar más pobres. Los capítulos de terror desde Todos, son por entregas. Pero cada uno termina en un regalo nuevo para la oposición. Me pregunto:  ¿Cuántos cajones de Hermino quedan por repartir?

¿Qué diría Perón si resucitara? Seguramente se le caería la cara de vergüenza.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".