26/04/2024 - Edición Nº2955

Politica

Contrapoder

Regalo de $100 mil millones a piqueteros para que Máximo asuma en paz en el PJ

02/12/2021 | Después de roscas y feroces batallas internas, donde Fernando Gray, el intendente de Esteban Echeverría mostró sus uñas para tratar de frenar el avance territorial de La Cámpora, finalmente Máximo Kirchner, asumirá este sábado la conducción del Consejo del PJ bonaerense. Será durante un acto que contará con la participación de todas las corrientes de la agrupación. Pero este escenario de concordia partidaria no fue gratis. Le costó al Gobierno 100 mil millones de pesos. Semejante suma es para asegurar la paz con las corrientes piqueteras, frente a un conurbano que muestra la peor cara, después del temible 2001, cuando se produjo la caída del gobierno de Fernando De la Rúa.


por Jorge Joury *


Algunos hablan de una suerte de extorsión aprovechando el pánico a un diciembre al rojo por parte de organizaciones como la de el dirigente platense Emilio Pérsico, quien además es el Secretario de Economía Social. Máximo se puso en guardia, izó la bandera blanca y Alberto Fernández abrió la billetera. El hijo dilecto de Cristina no quiere que le estropeen su coronación. Por eso lo hace antes del 19 y 20, donde seguramente habrá manifestaciones recordando a los muertos en la represión de las marchas del 2001. En esa dirección, el Presidente salió a moderar reclamos con el mencionado giro de $100 mil millones a los movimientos sociales e incluso algunos beneficios a La Cámpora.

Fuentes del PJ bonaerense explicaron que Máximo Kirchner “ya es presidente electo del partido y está todo en regla" en materia legal, y que lo único que falta es que "asuma junto a todos los que forman parte del Consejo, con todas sus diferentes ramas, como de la mujer, sindicalistas y la juventud".

Por otro lado, desde la fuerza política explicaron que la elección interna que estaba prevista para el domingo 19 de diciembre, y que se suspendió, se pasó para el 27 de marzo y se limitará a la renovación de integrantes del congreso del partido, al igual que la definición de los nombres de los consejos locales de los 135 municipios bonaerenses.

Este es el corolario de intrigas subterráneas que abundan en Frente de Todos. Por ejemplo, es un secreto a voces un enfrentamiento  por el manejo de las cajas del ministerio de Desarrollo social. La situación puede tener a futuro graves derivaciones, porque emerge justamente en vísperas de las fiestas de fin de año. Es cuando los movimientos sociales comienzan a calentar la calle aumentando el pedido de ayuda. Estamos hablando de uno de los nichos más codiciados por la dirigencia política. Se trata nada más ni nada menos que de 362 mil millones de pesos, que distribuye a discreción y embolsando un enorme poder territorial el dirigente Emilio Pérsico.

El actual choque entre La Cámpora y Pérsico, tomó estado público a través de un hilo de tuits de una funcionaria visiblemente enojada, que puso al descubierto que el clima interno en el Ministerio de Desarrollo Social es de alta tensión. Estamos hablando de la Secretaria de Inclusión Social, Laura Alonso, que salió al cruce de una información que la señala como la encargada del manejo de la caja millonaria de los programas alimentarios. Esta mujer denunció que hay una operación para endilgarle a La Cámpora la responsabilidad sobre los fondos y culpó a Pérsico.

"Esta fake news tiene un solo interés: instalar que La Cámpora, en la que milito desde sus orígenes hace ya más de 12 años, "tiene" el manejo directo de los cuantiosos recursos que se destinan a la compra de alimentos en el Ministerio de Desarrollo, lo cual es absolutamente falso", escribió Alonso.

Ese último mensaje de Alonso es el que pone al descubierto que detrás de esta pulseada está la interna de La Cámpora con Pérsico, el hombre que conduce la estratégica secretaría de Economía Social del Ministerio.
Fuentes del kirchnerismo atribuyeron al líder del Movimiento Evita y su entorno la circulación de estas versiones que según ellos tienen que ver con la intención de Pérsico de desviar el foco de la atención.

Los informantes alegan que Pérsico es quien maneja una caja de 300 mil millones de pesos por año entre los programas que tiene a su cargo en el Ministerio (alimentarios y de formación, entre otros) y los planes sociales y de trabajo.

Los choques entre La Cámpora y el Movimiento Evita, son históricos y tienen que ver con el manejo de los planes sociales y la disputa territorial. 

Esta situación se agravó en los últimos meses por el impulso del kirchnerismo a los proyectos para cambiar planes por trabajo formal, con el que creen que le quitarían a Pérsico su principal factor de poder.

Pero también hay otro foco de tensión que subyace de manera subterránea, donde aparecen involucrados  Alberto Fernández y el kirchnerismo. Pérsico es uno de los principales impulsores del albertismo, una movida que en los últimos días tomó cuerpo para mostrar un presidente revitalizado y dispuesto a confrontar con los sectores K para poder llegar revitalizado al 2023.

Pérsico no es  un jugador fácil. Está rodeado por una poderosa guardia imperial. Su segundo en el ministerio es Daniel Menéndez, que se desempeña como subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local. Menéndez es el líder del Movimiento Somos Barrios de Pie, que se fusionó  con el Movimiento Evita. En esa estructura dentro del ministerio trabaja Rafael Klejzer, que tiene a su cargo la Secretaría de Economía Social y es el líder del Movimiento Popular La Dignidad.

A estos se suma Esteban "El Gringo" Castros el Secretario General de la UTEP que  logró la personería gremial y forma parte del Consejo Económico Social del Gobierno. Uno de los que quedó afuera de este reparto de cargos es Juan Grabois, el fundador y referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Pero hay que aclarar que  tiene gente suya en lugares clave tanto en el Ministerio de Desarrollo Social, como también en otros organismos del estado. El diputado Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) es otro de los que forma parte del reparto.

En toda esta ingeniería, hay datos que ponen los pelos de punta sobre el gasto público. Uno de ellos da cuenta que en casi 20 años se multiplicó por diez la cantidad de personas que reciben algún tipo de ayuda estatal.

La historia de los planes sociales en la Argentina desde 1983 tiene como antecedente las llamadas Cajas PAN del gobierno de Raúl Alfonsín. En el 2002 en plena crisis con Eduardo Duhalde como presidente, había un solo plan social: el Plan Jefas y Jefes de Hogar. Este tenía como principales beneficiarias a las "manzaneras" de Provincia que manejaba Hilda Chiche Duhalde y los pobres superaban el 50 por ciento de la población.

El total de esos planes llegaba a 2 millones de personas. En la actualidad, existen una gran variedad y tipos de planes. Lo notable es que la cifra del 2002 se ha multiplicado por 10. Hoy, más de 20 millones de personas tienen alguno de esos planes que pagan el estado algunas gobernaciones y municipios y la pobreza llega al 45 por ciento.

Según los últimos datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), hay unos 22 millones de habitantes del país que recibe un programa alimentario y también percibe otros montos como, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo (AUH), que alcanza a 4 millones de madres y otorga la ANSES.

En tanto, los datos que maneja el Ministerio de Desarrollo Social muestran que más del 50 por ciento de las personas que habitan la Argentina estuvo alcanzada por alguna cobertura de programas sociales de transferencias de ingresos y asistencia alimentaria en la pandemia. En los últimos 10 años, se duplicó el número alcanzado por ayuda alimentaria mientras que en el 2010 un 24,4% de los hogares recibía algún auxilio estatal en la actualidad está en el 48 %, prácticamente el doble.

En 2020, el IFE sumó 8,9 millones y el pago de salarios al sector privado, ATP, benefició a 328.000 empresas que ingresaron en al menos una oportunidad, con alrededor de 3,07 millones de empleados y la Tarjeta Alimentar 1,5 millones de personas.

La principal conclusión del fracaso de estos planes sociales, es que no han servido para reducir la indigencia y la pobreza. Tiene que ver con que el Estado Nacional no sabe a dónde se dirigen los recursos. Y lo más grave, es que dejó de lado su rol de ordenador de las políticas públicas y sociales, otorgando ese papel a los movimientos sociales, que hoy son los que deciden de forma directa y clientelar la distribución de esos recursos. Y pasaron a ser los dueños de la calle.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".