25/04/2024 - Edición Nº2954

Politica

Contrapoder

Desde el propio Gobierno juegan a la demencia

01/06/2022 | Por las marchas y contramarchas y la incoherencia en la gestión, resulta difícil acertar si este gobierno está en su sano juicio. En el marco de histeria que se vive puertas adentro del poder, con un presidente que se saca con facilidad, la respuesta tal vez la encontremos en los locos chats privados entre funcionarios. Allí se incluyen referencias irónicas sobre la realidad, incluso sobre las decisiones del propio Alberto, simplemente, sobre los errores de la gestión que se convierten en grandes problemas de comunicación. Según fuentes autorizadas, una de las más activas en los chats informales que nuclean a ministros y funcionarios de alto rango es la ministra de Salud, Carla Vizzotti. La funcionaria suele apelar cada vez que la situación lo amerita a memes como el que dice:“finjamos demencia, sigamos adelante”. Es una manera de disimular la realidad de la gestión.


por Jorge Joury *


Mientras tanto, Alberto Fernández busca salir de la crisis interna y apuesta llevar a Mauricio Macri al centro del ring de la pelea política. El presidente acusó a su antecesor de corrupto y pidió a la Justicia que lo cite por distintas denuncias.Mencionó presuntos sobreprecios en las obras viales de Participación Público y Privada (PPP) y en la represa Yacyretá, y también habló de las causas por la deuda, el Correo Argentino, los peajes y los parques eólicos."Esos ladrones de guante blanco andan dando clases de ética y moral en los medios. Estoy esperando que la Justicia llame a esos ladrones de guante blanco a rendir cuentas de lo que han hecho", dijo casi desencajado durante un acto en Cañuelas. No se hizo esperar la respuesta de Macri, que lo calificó de "payasada".

En el plano político interno, los socios buscan poner distancia del alcance del rayo láser presidencial. En las últimas horas se empezó a murmurar sobre la conformación de una mesa chica que integran sólo Cristina Kirchner y Sergio Massa, que definirán el próximo candidato a presidente del Frente de Todos, como consecuencia de la decisión de Alberto Fernández de cortar el diálogo con su vice. El Presidente lleva más de tres meses sin hablar con ella y no quiere retomar el diálogo. Es más, resiste la creación de una mesa chica integrada por las tres patas del Frente de Todos porque cree que condicionarán al máximo su gestión y como primera medida pedirán la renuncia de Martín Guzmán.

Si el mandato constitucional se cumple, el 10 de diciembre de 2023, el presidente Alberto Fernández entregará los atributos del mando a quien resulte electo, por la voluntad popular, como su sucesor, pero será con el regalo de una bomba de tiempo por la deuda interna generada entre otras cosas, por el "Plan Platita" y la emisión sin control. Pero le quedan aún dieciocho meses de turbulencias, en los cuáles Fernández deberá caminar por la cuerda floja y sin red de contención. En el mundo no pueden creer que el presidente y la vice lleven tanto tiempo sin hablarse. Es la foto de un gobierno partido en dos, donde la credibilidad de Alberto Fernández y su socia están casi palo a palo. Pero Alberto le saca una cabeza, con una imagen negativa de casi el 87% según la última encuesta de Jorge Giaccobe.

Algunos hombres clave del oficialismo, intuyen que lo que está por venir es lo peor y saben que deberán bajar al llano después del 2023. Es más, ya lo están expresando en público. Como lo hizo en un acto en Villa Domínico, partido de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, quien disparó una curiosa frase: “Algunas veces estaremos en el gobierno y otras veces no. Y cuando termine este gobierno, algunos vamos a ir presos y otros volverán a dar clases en las universidades”. Y otros volveremos al barro, al territorio”.

En una suerte de sincericidio, Ferraresi habló descarnadamente refiriéndose al futuro que puede dispararles a los miembros del Frente de Todos en caso de perder las elecciones. En esa dirección, considera a algunos de sus compañeros potenciales “presos políticos” intuyó que les espera la cárcel y “persecuciones a los dirigentes populares”.

Paralelamente, la ciudadanía está cambiando su comportamiento y saliendo de a poco de los partidos tradicionales, girando hacia el  liberalismo como una suerte de hartazgo con la dirigencia convencional. Van por caras nuevas, y no solo se observa el crecimiento de Javier Milei a quien muchos analistas ven disputar un ballotage con Juntos, sino que también avanza José Luis Espert. El calvo economista ronda los 20 puntos de intención de voto en la provincia de Buenos Aires y no descarta lanzarse a pelear por la gobernación. Al menos dos sondeos reservados ubican al líder de Avanza Libertad con un porcentaje de votos similar muy significativo para dar pelea por el distrito más poderoso del país en términos de PBI.

Mientras tanto, con expectativas de inflación de mayo por encima del 5%, los analistas del mercado desconfían del cumplimiento de metas con el FMI y advierten por la falta de dólares que incluso  podría poner en peligro la compra de gas al exterior. La inflación y las peleas en el seno del Gobierno del presidente Alberto Fernández también quita interés entre los inversores, en momentos donde la aversión al riesgo crece por la tendencia alcista en las tasas globales, las implicancias por la guerra en Ucrania y los renovados casos de COVID en China.

En el plano institucional, a Cristina le eriza la piel el aislamiento que transita Alberto Fernández.Pero más intranquila está por su propio encierro. Ella misma sabe que ya no mete miedo a la tropa y sus amenazas han perdido valor de compra. Uno de los ejemplos es Martín Guzmán, que sigue en su puesto y más empoderado que nunca, porque ningún economista quiere agarrar esa papa caliente. Hasta los empresarios han comprendido que es el mal menor en una gestión que se ha ido a la banquina. Hasta el operativo de demolición de La Cámpora para destruirlo, no ha surtido efecto. Por primera vez, Cristina está confundida y no sabe cómo actuar frente al cuadro de zozobra que se presenta ante sus ojos. Su proyecto naufraga lentamente y la frase“lo pusiste vos”, es como una sentencia que resuena por todos los rincones del FdT, pero que difícilmente alguno se anime a enrostrarle en privado.

Un intendente bonaerense, que airoso de varias batallas electorales y que conoce el ADN cristinista, se animó a decir que ella está dubitativa porque sabe que una corriente de aire fuerte puede tumbar al gobierno y se la puede llevar puesta. La ex presidenta no ha encontrado la manera de escaparle al fuego amigo. Sacó a Roberto Feletti del área económica, pero no puede ordenar una retirada general porque el resto de sus alfiles dominan el 70% de las cajas. Ella habla con muchos economistas, incluido Martín Redrado y todos coinciden en que ya no hay margen de maniobra y a este ritmo, la inflación de tres dígitos puede pegar en el palo a fin de año.

El posible escenario es que la inflación terminaría destruyendo lo logrado en las paritarias. Además, crecería aún más el índice de pobreza y desnudaría de manera más rotunda que no existe un mínimo plan para frenar la escalada de precios.

Mientras busca ponerse a salvo, Cristina está obligada a no descuidar el plano electoral. Pero también en ese punto se da una situación inédita. ¿Podría volver a digitar un candidato después de semejante fracaso vivido con Alberto? Los gobernadores ya casi no la tienen en cuenta y diseñan sus propias campañas para salvarse y adelantarán el calendario para no verse salpicados por la alta imagen negativa de la dupla presidencial.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".