"Arrancó la guerra por las cajas de la pobreza", reveló Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

"Lo que alguien denominó como la patronal de la pobreza o el pobrismo, a lo largo de décadas, ha demostrado ser eficaz desde el punto de vista político. Refuerza el vínculo del gobernado con el gobernante, es decir los intendentes, da protagonismo a la figura de los "punteros" y consolida el "dominio territorial" en los barrios. Son los denominados ceos de la pobreza, hoy investigados por la justicia.Algunos dirigentes están acusados de  sacarle un 2% de lo que cobran a la gente, argumentado que es para armar la logística durante los piqueres y la llevan como ganado alos piquetes". aclaró el analista político.

Joury dijo que: "Cristina en Avellaneda trazó la línea, declarándole la guerra a los movimientos sociales, con la idea de darle el poder de manejo de los planes sociales a los gobernadores y los intendentes.

La vicepresidenta denunció que "hay que acabar con la tercerización" y puso en el blanco al Movimiento Evita. Cristina le reclamó al presidente Alberto Fernández que el Estado y el Partido Justicialista auditen las subas y bajas de los más 1.200.000 beneficiarios del Programa Potenciar Trabajo. Sus declaraciones fueron consideradas una declaración de "guerra" por parte de las organizaciones sociales que un día después convocaron a congresos de delegados para salir a responder las críticas y acusaron a la vicepresidenta de sostener un discurso "gorila" y de "estigmatizar" a las organizaciones sociales que colaboraron en contener la crisis social en los barrios más pobres del país en el peor momento de la pandemia.
El fenómeno piquetero crece desde la crisis del 2001. Para evitar su dispersión y competir en su tiempo con los intendentes bonaerenses que respondían a Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner propició en 2004 la fundación del Movimiento Evita. Hoy representa, junto a Barrios de Pie, el pilar político más sólido que exhibe Alberto. Monitorea casi el 80% del total de planes que circulan en el país. Se explica de este modo el interés repentino de la vicepresidenta por exponer la oscuridad de dicho mecanismo.
En respuesta a lo que denunciaron como "una campaña de estigmatización contra las organizaciones populares" los movimientos sociales oficialistas encabezados por el Movimiento Evita, anunciaron su decisión de avanzar en la conformación de un partido político propio que incluya a la mayor cantidad de organizaciones sociales posibles para pelear por representación propia en la coalición de gobierno del Frente de Todos, y anticiparon que si el presidente Alberto Fernández decide presentarse a la reelección en 2023 apoyarán su candidatura.
Los próximos pasos serán democratizar la elección de las autoridades del Movimiento Evita, en un Congreso convocado para el mes de julio, después avanzar en la creación de un estatuto y un sello partidario con una propuesta electoral, que impulse la candidatura de Alberto Fernández a la reelección.
Pero aclaran: "si el presidente decidiera no presentarse, nos deja en libertad de elegir al candidato a presidente". También impulsarán candidatos propios del movimiento social a nivel de intendencias y gobernadores.Evidentemente la pelea más estratégica se va a jugar en La Matanza, donde la diputada provincial Patricia Cubría, esposa del dirigente Emilio Pérsico, ya se lanzó como candidata a suceder a Fernando Espinoza en ese municipio. La legisladora provincial intentó el año pasado competir contra la lista de concejales del intendente, pero la Junta Electoral decidió bajarle la lista.
Ahora Pérsico y su esposa, quienes viven en la casa que fue de Mario Firmenich en ese distrito, van por la revancha y quieren quedarse con el control del territorio más populoso del conurbano.