24/04/2024 - Edición Nº2953

Politica

Contrapoder

La crisis se come todo y Alberto no aparece

20/07/2022 | Alberto Fernández por momentos aparece como extraviado en sus discursos. Hace poco confundió Catamarca con Nicaragua. El jefe de Estado enfrenta por estas horas fuertes turbulencias económicas por la crisis cambiaria, pero también de índole político, a raíz de las persistentes diferencias en el corazón del Frente de Todos y las presiones del kirchnerismo que vienen desde hace meses, a pesar de la reciente y frágil tregua con Cristina.


por Jorge Joury *


No obstante, la vicepresidenta  necesita de Alberto hasta el último día de su gobierno ya que si la justicia la condena por la causa Vialidad, tendrá que apelar a él para que le dé el indulto. A CFK también le toca la debilidad política y en plano  judicial se encuentra cercada. Encima, las encuestas señalan que el rechazo social hacia ella llegó a una cumbre desconocida hasta ahora En cuanto a Alberto, no es común ver a un Presidente tan sensible y emocionado, llegando hasta las lágrimas al participar de hechos comunes de la gestión como inaugurar obras y de golpe y porrazo aludir al conflicto que se vive dentro del oficialismo. Ya van muchos episodios como estos que muestran debilidad y desgaste.

Esta vez ocurrió en la localidad bonaerense de Pila, durante un almuerzo junto a su ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, la diputada Victoria Tolosa Paz, y varios intendentes y concejales de la zona.

Según los testimonios de algunos de los presentes, al primer mandatario se le quebró la voz mientras daba un breve discurso informal frente a los comensales. Alberto Fernández acababa de referirse al esfuerzo del Gobierno en la post pandemia y al “maltrato” de parte de los grandes grupos económicos, entre los cuales incluyó a los medios de comunicación. En esa dirección, aludió al fuerte conflicto interno con el kirchnerismo y señaló que las diferencias se plantean como una pelea. Aclaró que en realidad no lo son, y se defendió de los cuestionamientos sobre la gestión nacional. “Cuando voy a los lugares, veo las obras, y me hablan de los funcionarios que no funcionan...”, dijo. Fue entonces cuando se mostró conmovido y se le nublaron los ojos de lágrimas. 

Falta un año y medio de gobierno y Alberto Fernández con estos episodios genera enorme preocupación, principalmente cuando pierde el foco en sus mensajes. Hace horas, dejó estupefactos a los escasos gobernadores que fueron a la Casa de Gobierno, cuando en determinado momento de su mensaje, volvió hacia atrás y se preguntó:¿Qué estaba diciendo?...

¿Qué nos está queriendo decir el Presidente con sus dislates?¿Qué ya su piel no aguanta los efectos de los latigazos de su socia política  y el estrés se lo está devorando? . Se lo ve ojeroso y pasado de peso. Ya no es aquel jefe de Gabinete de Néstor Kirchner que le ponía el pecho a las balas.

Es evidente que el poder y el peso de la crisis lo corroen y su desligitimación es tan grande, que no ve otro escenario que no tenga un telón negro. Está cada vez más aislado y no escucha a los que saben, comentan en su propio entorno. 


Alberto ni siquiera aparece en la foto de las reuniones de gabinete. Es un Presidente ausente en un país a la deriva donde el riesgo país marcó los 2.794 puntos, el dólar  pisó los 317 pesos, no hay quien venda a ese precio y avanza con vigor para romper la barrera de los 400, La disparada del blue se produjo porque la vocera Gabriela Cerruti cometió un error de primero inferior: anticipó que iba a haber medidas y provocó la corrida.

Al jefe de Estado hasta sus propios leales no lo ayudan. Por ejemplo, desde la Casa Rosada se baja línea con frases preocupantes en el momento más crítico de la ministra Silvina Batakis: "Hay que aguantar y bancarla porque lo que viene es peor"..

La mayoría de los gobernadores la plantó el lunes en la reunión organizada por Juan Manzur. Los movimientos sociales, que fueron el sostén del Presidente hasta el momento, entraron en pie de guerra y la CGT analiza una marcha con reclamos para el 17 de agosto.

Es evidente que el Gobierno ha perdido influencia sobre los movimientos sociales afines, a tal punto que el mensaje de Juan Grabois en la marcha piquetera de las últimas horas fue inquietante: “Estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle”. En las calles no están los especuladores a los que se refiere Alberto en sus discursos, sino argentinos que están esperando una respuesta.

Grabois le pidió a Alberto Fernández y a la Vicepresidenta que no haya extrema pobreza en uno de los países más ricos del mundo. “En este momento el problema de Cristina no es nuestro problema. El principal problema es la miseria que hay en Argentina”, enfatizó.

En la City quedó claro que no aceptaron la llegada de Batakis. Ven una falta de timonel en la economía. En el albertismo destacan que al menos Cristina Kirchner le está dando algún crédito, ya que no está hablando en contra de ella como lo hacía contra Martín Guzmán.

No obstante, en el propio albertismo hay quienes admiten que la corrida contra el peso es imparable sin un programa y que Batakis tiene un panorama sombrío que ella misma admitió en la reunión de gabinete, si no logra encarrilar rápidamente las variables macro.

Alberto cuando asumió, se jactó de que no necesitaba un plan para gobernar. ¿Y ahora, qué se hace? La crisis se está comiendo todo a pasos agigantados y la calle empieza a raspar. ¿Cuenta regresiva para Batakis?

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".