17/06/2025 - Edición Nº3372

Mundo

Contrapoder

Massa bombero y con manguera electoral seca

09/11/2022 | El Mundial de fútbol está a la vuelta de la esquina y el Gobierno reza por una alegría mayor que mejore el malhumor de la gente. Sin embargo, los números cantan que estamos peor que en el 2001. Por ejemplo: Mientras que ahora la tasa de inflación anual se proyecta al 100%, en aquella época no había inflación y la variación del IPC del Indec estaba por debajo del 1% anual. El "Plan Durar" o de manguera seca del bombero Sergio Massa, ahora entra en su segunda fase. La idea es poner en marcha un motor de 4 tiempos para evitar que en los próximos 90 días la inflación se desmadre y de paso ir tejiendo una apuesta electoral hacia el 2023.


por Jorge Joury *


En este escenario, Massa se mueve como una suerte de “jefe de gabinete paralelo”, donde todos reportan a él. Tiene doble responsabilidad. No solo domar la economía, sino que comienza a ser la futura carta electoral del kirchnerismo. No obstante, las luces rojas en la guerra contra la inflación, ahora se lo expone desde su propio espacio a compensar con gastos para bajar la tensión social: concesiones como repartir bonos destinadas antes que nada a calmar la ansiedad de Cristina Kirchner y La Cámpora.

En este contexto, los desafíos de Massa son  mayúsculos. Uno de ellos es la casi segura reedición del "plan platita", que en la elección anterior llevó la inflación del 50 al 100%. Otro intento de esos como pretende el kirchnerismo para 2023 podría desencadenar una explosión a gran escala. Y no es el único frente que tiene complicado el Gobierno. Otro tema a tener en cuenta es el financiamiento. Más tratándose de maquillajes caros con emisión limitada, que a cada paso se tornan más dificultosos. La mitad del billón de pesos que debe renovar en cada vencimiento depende del sector privado, que cada vez apuesta a menos monto y cobra más caro, mientras que la otra mitad está en manos del sector público, que invariablemente sostenemos todos los argentinos, especialmente los jubilados y los contribuyentes.
En medio de esta sangría, el presidente Alberto Fernández continúa dando cuenta del poco interés que tiene por bajar la inflación. Es que mientras el equipo económico de Sergio Massa intenta convencer ahora al Senado y gobernadores para equilibrar las cuentas fiscales, el mandatario lanzó un plan de blanqueo de contratados por el sector público de 36 mil personas.

Lo que hay que decir por el momento y siempre que la situación no se desmadre, es que cualquier fórmula bancada por el kirchnerismo giraría en torno a la figura de Massa o lo tendrá como principal componente, al igual que a la propia Cristina Kirchner o Wado De Pedro.

Entre líneas hay que leer que cada expresión de respaldo político de la vice a Massa anticipa una factura que el ministro tarde o temprano estará obligado a pagar. Eso condiciona tanto su gestión como su futuro político. Más que un apoyo explícito, las palabras de la vicepresidenta se parecen a una soga en el cuello. 

No obstante, lo que no se puede evitar y que probablemente impacte en las urnas, es el karma y el camino a los inexorables tres dígitos de inflación que en diciembre calificarán con rigor social una de las peores gestiones del kirchnerismo. 

Así, la inflación proyectada para todo el año se consolida en los tres dígitos: en la consultora LyP calculan que cierre en 105%, con lo cual remarcaron que "sería la mayor desde 1991", en Eco Go estiman 101,8%, en C&T 101,4%, en EconViews 101,5%, en Analytica en 101%, en ACM 100,5%, y en Ferreres 100,3%.

Massa, con la bendición reciente de Cristina, se enfocará en construir un puente hasta el próximo ingreso más fuerte de divisas al Banco Central, proveniente de la cosecha gruesa. El ministro prepara un colchón de USD 6.000 millones extra para frenar el drenaje de reservas y estirar la paz cambiaria.

Además, avanza el “acuerdo de precios” con empresas de consumo masivo, pero no será un congelamiento generalizado. Ya se llegó a un acuerdo con 86 firmas y se anunciará en una semana.

La pregunta a responder es cómo el equipo económico piensa remar hasta marzo, con administración controlada de los dólares para el comercio exterior, poniendo en valor nuevas medidas de austeridad fiscal y algún empuje a la actividad económica, que ahora, sacan pecho en Economía, que podría avanzar en 2023 más que el 2% presupuestado.

Ante los enviados de los gobernadores, Massa aseguró que las proyecciones de crecimiento económico del año próximo incluidas en el Presupuesto son moderadas, pero ya abrió la puerta para que ese número termine siendo mayor, algo que también mencionó Rubinstein durante su exposición ante la Cámara alta. Así, arriesgan en el Palacio de Hacienda, ese 2% de avance del PBI estimado podría ser mayor.

En un análisis sector por sector para lo que viene, en el Ministerio de Economía destacan cuatro motores:

1) El agro, más allá de que la sequía tendrá un impacto considerable sobre la cosecha fina;

2) La minería, en el que los funcionarios estiman que más allá de los proyectos ya en funcionamiento hay otros 82 esperando para iniciar su producción, junto con el entramado pyme que los abastece;

3) En materia energética, prevén que el gasoducto y la licitación del Plan Gas "nos va a permitir crecer en volumen 15 millones de metros cúbicos al día y eso es todo por inversión”, según comentó Massa ante funcionarios provinciales. También habrá desde este sector un guiño, creen, en términos de reservas: si finalizara en tiempo y forma la construcción del gasoducto de Vaca Muerta, el Estado podría reemplazar los 28 barcos de GNL que importó este año a unos 9. “Tendríamos el 92% de la demanda cubierta con nuestro propio gas”, asegura el jefe del Palacio de Hacienda; y

4) La economía del conocimiento, aseguran que podría redondear el año próximo exportaciones por USD 10.000 millones.

Hay otra certeza que tienen en el Ministerio de Economía y es que los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania en los precios internacionales de las materias primas agrícolas va a continuar en los próximos meses. “No vamos a tener un problema con las reservas porque el menor volumen de cosecha por la sequía se va a compensar con precios altos”, estimó Massa, un diagnóstico con el que coinciden en el Banco Central.

En el equipo de Massa eligen no hablar de “plan de estabilización” en el sentido que se les suele dar históricamente para afrontar los próximos meses, algo que requeriría un paquete de medidas más compacto, más profundo y con un impacto y alcances mayores.

El escenario que se avizora y que observa el FMI es el de un horizonte negro. Los ingresos para el fisco están acotados a la probabilidad cierta de un enfriamiento de la economía, que muchos advierten, se suman los ingresos que no llegarán. 

Los pronósticos de aumentos de los alimentos y otros bienes por encima de los ya desorbitados niveles de los últimos meses no solo ponen en duda el optimista cálculo presupuestario de inflación para 2023 destinado a disponer de recursos nominales extras, sino, sobre todo, las promesas de un sendero descendente que el ministro les hizo a los senadores frente todistas, y fundamentalmente cristinistas hace pocos días durante una comida que ofreció en el Palacio de Hacienda. El costo de ese asado podría resultar ridículo muy pronto. La liquidación de cabezas de ganado que se está registrando también a causa de la sequía anticipa baja de oferta y precios en alza, aun cuando la demanda y los valores internacionales sigan deteriorándose. Es la economía. No hace falta adjetivar nada. 

En paralelo, tal vez cómo un síntoma de lo que sucede en el Frente de Todos, Alberto Fernández emprenderá tres viajes al exterior este mes. Aspira a tomar distancia de los temas de la agenda cotidiana nacional, buscar oxígeno y escapar a los dardos envenenados que le llueven producto del fuego amigo.

El  actual, es el más brutal ajuste encubierto que se recuerde en el kirchnerismo. Impactará seguramente cuando falta poco para las fiestas de fin de año. En esa dirección, están en la memoria los fantasmas de los saqueos en el 2001, que algunos grupos violentos agitan en el calendario, sobre todo en el deshilachado conurbano. Nadie quiere revivir esa postal, pero hay puntos suspensivos. El reconocido analista y consultor económico, Manuel Adorni disparó sin anestesia al corazón del populismo. Subió a su cuenta de Twitter una foto que eriza la piel. Allí se mostraba un pan dulce a $1.000 y un cartel que señalaba que el producto podía ser abonado en "hasta 3 cuotas sin interés". Para este especialista, esta inédita oferta es una muestra cabal que "la cubanización de la Argentina está en marcha".

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".