"Del vamos por todo, al sálvese quien pueda en el PJ", dijo Jorge Joury por la FM 98,9 y Pinamar TV

El analista dijo que las preguntas que rondan por estas horas son: ¿ Forma parte de una estrategia urdida con antelación para fortalecer su centralidad, blindarse a futuro y dejar definiciones electorales para más adelante? ¿Quién ocupará ese lugar? ¿Cómo se moverá La Cámpora? ¿Y los intendentes que siempre la quisieron en la boleta? ¿Seguirá ella teniendo la lapicera? ¿Qué oportunidad se abre para el peronismo del interior, siempre distante de los K? 
Por estas horas existe un diagnóstico común y que empieza a repetirse en voz alta en las diferentes tribus del pejota: que la elección nacional de 2023 ya está perdida, y que ya lo estaba más allá del anuncio de la vicepresidenta de que no será candidata.
¿Eso empujó eso a Cristina a correrse? ¿O fue porque quiere dedicarse más a su situación judicial y a su hija?, como especulan algunos. Otros encuentran la respuesta en que Cristina paladea el sabor amargo de que en 2023 habrá que hacer un ajuste fenomenal en la economía y es algo con lo que no quiere quedar ligada.
Por lo pronto, el frente sindical también se puso en estado de ebullición. Mientras los sectores alineados con el kirchnerismo esperan ser beneficiados por el “dedo” de la Vicepresidenta cuando se armen las listas de candidatos, como sucedió en las elecciones legislativas de 2021, la alianza que maneja la Confederación General del Trabajo (CGT) cree que tendrá su gran oportunidad para conformar un frente con gobernadores del PJ y los movimientos sociales que compitan en las PASO por espacios de poder.
Los movimientos sociales oficialistas aspiran a influir en la designación del candidato a presidente en 2023. Con más de 30 dirigentes en el Poder Ejecutivo, las organizaciones administran presupuestos multimillonarios y movilizan más que algunos intendentes y sindicatos.
A pesar de los interrogantes acerca del alcance real de la jugada de Cristina, asoma la certeza de que la vice necesita mantener su poder y dará batalla para conservarlo. Por lo pronto, el kirchnerismo ya viene trabajando para lograr amplio aval doméstico a su líder. Los cuidados por un cuadro de Covid de la ex presidente sólo demoraron una semana, del 12 al  lunes 19 de diciembre, la movilización general.
Ese acto, desde el riñón K aseguran que debería ser mucho más que una demostración en las calles, para exponer el despliegue de las principales estructuras del oficialismo, como La Cámpora, las otras organizaciones K, una franja del sindicalismo, los intendentes bonaerenses del PJ, los movimientos sociales. Y además, expresar un alineamiento general, con los gobernadores peronistas y todos los socios del Frente de Todos ocupando un lugar destacado.
En el frente partidario la prueba de fuego será demostrar que tiene sentido un kirchnerismo sin ningún Kirchner relevante en las boletas. Ella como jefa, pero sin traccionar votos. ¿Acompañarán en ese caso los intendentes? La atmósfera de los tiempos no ayuda. En el Frente de Todos ganó la idea de que se perderá contra la inflación y que la sociedad está al borde del hartazgo.
El oficialismo está golpeado por una ola de dudas. La lectura que hacen algunos analistas es que lo que hizo Cristina fue apartarse a tiempo del escenario político, entendiendo que ganar la elección que viene con el 100% de inflación anual que se proyecta y los actuales niveles de pobreza será una tarea casi imposible.
Un escalón más para dimensionar la pérdida de bienestar, o la agudización del malestar. El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA mostró que sin la asistencia social del Estado, la indigencia sería del 19,6% y no delo 8,1% y la pobreza del 50 por ciento y no del 43%.
A partir de ahora el peronismo empezó, un proceso de reorganización interna con final abierto. Los intendentes con mayor peso político del conurbano bonaerense se quedaron sin el ancho de espadas para enfrentar una elección que ven complicada. No hay que olvidar que Cristina tiene su mayor nicho de adherentes en el Gran Buenos Aires. Discutir cómo acomodarse de cara al futuro a partir de ahora es el gran desafío de esos jefes territoriales, la mayoría de ellos experimentados en ganar elecciones.
En el manual de Cristina, estamos frente a un relato con el característico perfume peronista, donde se sostiene que es víctima de un intento de proscripción por parte de la justicia. Otro dato a tener en cuenta es la. polémica suspensión de las PASO en Chaco, que deja al descubierto la crisis que dejó el renunciamiento de la vicepresidenta. Chubut podría ser la próxima en desactivar las primarias. En Juntos por el Cambio hay preocupación.  El operativo sálvese quien pueda  ya empezó y la mayoría de los gobernadores peronistas separó o está por separar sus elecciones de las presidenciales", 
La pregunta del millón es : ¿El año que viene, Cristina buscará reivindicar su legado o apostará al futuro? Si es legado, el candidato podría ser Axel Kicillof, el símbolo de su modelo económico. Si es futuro, la apuesta es Massa. Pero para eso, el ministro tiene que llegar vivo o sea bajar la inflación.
Frente a este escenario, para los analistas hay dos caminos: Elegir un candidato "puro" que esté dispuesto a inmolarse en la defensa del legado y que pondría en crisis al peronismo. Y el otro sendero es optar por un candidato futuro, que necesita sortear el fuego de la inflación. Todos los caminos están tapizados de brasas. Por algo Cristina dio un paso al costado", finalizó el analista
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