"Gobernadores le ponen freno al dedo de CFK", señaló Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

El analista añadió que "el  paso al costado  de CFK a competir el año que viene como candidata a presidenta o senadora, fue lo que desató el inicio del proceso de reorganización del peronismo. La Liga de Gobernadores se ha despabilado y comenzó a afilar el cuchillo para jugar en el plano nacional. Entienden que se acabó el látigo y la billetera del kirchnerismo y además han decidido avanzar para recuperar las banderas históricas, también ante la falta de musculatura de la Casa Rosada.
Muchos sienten que el futuro les espera. Por un lado, el litio y sus dueños, refuerzan el peso de las provincias mineras y por el otro, Vaca Muerta y las esperanzas depositadas en el gasoducto Néstor Kirchner como fuente de ahorro e ingreso de divisas, envalentona a los caudillos petroleros. Estos valores agregados juegan doblemente: ya no sólo en el debate económico sino también en la puja política. Hay dos razones fundamentales: La política necesita  recursos para financiarse. Y porque el debate en torno al futuro de la matriz productiva argentina pone a los recursos naturales y su explotación como pieza central en la negociación por el poder.
Con una asistencia de 14 gobernadores y la mesa chica de la CGT, el cónclave tuvo lugar en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) donde  se empezó a debatir el futuro electoral del peronismo. Lo primero  que se acordó es armar una mesa política para iniciar un proceso de reorganización.
Por estas horas, el peronismo más ortodoxo quiere recuperar su historia y aprovechar la situación para correr del eje de poder al kirchnerismo y que la discusión sobre el futuro armado sea más equitativa. No solo candidaturas, sino que se puso sobre la mesa de comenzar a estudiar un programa de gobierno, un nuevo perfil del espacio para presentar a la sociedad para salir de la crisis.
Se acordó que las reuniones serán con más frecuencia y se intensificará la rosca política al máximo,  a solo tres semanas de que comience el año electoral
Para la semana próxima está proyectado un encuentro con los intendentes que están nucleados en la Federación Argentina de Municipios (FAM), presidida por el jefe comunal de La Matanza, Fernando Espinoza. En el caso específico de la provincia de Buenos Aires, los intendentes están reconfigurando las estrategias después del renunciamiento de CFK. Hay municipios que hoy controlan donde temen perder y que esa derrota pueda alimentar una caída a nivel provincial, territorio en el que Axel Kicillof buscará su reelección.
Tanto los gobernadores, como  los sindicalistas, entienden que la discusión debe ser lo más amplia posible, y que no debe quedar enfrascada en la lógica de la lapicera única. Para activar ese proceso, donde sobrarán las diferencias, hace falta más debate interno. 
La forma de reactivar la discusión interna es motorizar este estilo de reuniones donde se exponen las distintas posturas, los intereses y las necesidades. Todos han entendido que el tiempo que viene es sin Cristina Kirchner como candidata y, en lo posible, sin la centralidad que ha obtenido en los últimos meses debido a la reacción del espacio político respecto a sus causas judiciales. Y también es una etapa sin Alberto Fernández, completamente desgastado por la gestión, la interna y la inflación galopante. A lo que apuntan,  es construir sin la fórmula presidencial actual ocupando alguna candidatura.
Los sindicalistas quieren su representación en las listas y están dispuestos a presionar para tener lugares en todas las categorías a nivel nacional. Están dispuestos a librar una batalla contra el kirchnerismo que, a cargo de la lapicera, en las manos de Cristina y Máximo Kirchner, ha privilegiado a los sindicalistas amigos en el armado de las listas legislativas.
El nuevo formato de discusión es que se pongan reglas de juego en base a un acuerdo entre las partes. Es público y notorio que la CGT mira a La Cámpora a cara de perro. No les gusta la forma en la que se manejan en la política y mucho menos el desgaste al que han sometido a la figura presidencial en el último año de gestión.
Esas diferencias de criterio sobre cómo hacer política están a la luz y deben resolverse para que el peronismo pueda reconstruir su identidad. Una tarea extremadamente compleja en un momento de crisis de identidad para el peronismo", finalizó el analista.