
por Fabricio Moschettoni, editor de Impulso Baires. Twitter @FMoschettoni
El clima en el Congreso de la Nación es de máxima tensión entre un oficialismo que no logró conducirlo y una oposición embravecida en donde Juntos se destaca por la importante cantidad de bancas que tiene.
El discurso presidencial será clave para observar lo que ocurra entre las bancadas, e incluso dentro del oficialismo hay posiciones encontradas sobre el grado de dureza que debe tener el mensaje. En los sectores más radicalizados del kirchnerismo, por ejemplo en La Cámpora, están esperando que denuncia lo que ellos creen que es una “proscripción” sobre la vicepresidenta Cristina Kirchner en medio de las resoluciones de sus causas judiciales. Hay que ver si el presidente se anima a instalar ese tema en el recinto.
Si el mensaje presidencial es “de guerra” con la oposición la bancada del Pro es muy posible que se levante y abandone el recinto, aunque sus socios radicales y de la Coalición Cívica buscarían mantenerse en sus bancas.
De todos modos, se espera una jornada de fricciones intensas en un Congreso Nacional que no funcionó adecuadamente durante el año pasado poque el oficialismo no quiso, no pudo o no supo manejarlo.
La Casa de la Democracia, en donde el diálogo debería ser una cualidad principal hubo todo el tiempo insultos, agravios e intolerancia.