
por Osvaldo Dameno *
Es prioritario un desarrollo óptimo de las actividades de inteligencia criminal, que darán las bases para la acción. La planificación debe enfrentar tanto las cuestiones tácticas cuanto las estratégicas para que la operatividad sea acertada. Tener claros los objetivos a enfrentar: violencia, uso de armas de los delincuentes, distintas modalidades delictivas, narcotraficantes y otras que se detecten deben ser objeto de programas específicos para ser abordados. El sistema carcelario tiene un rol en la prevención singular de los delitos y su servicio de inteligencia puede ser de gran utilidad para el fin de mejorar la seguridad.
Es necesaria la elaboración de un plan integral que contenga programas, proyectos y acciones concretas. La provincia debe abocarse a su desarrollo. Por supuesto que la Policía Bonaerense debe estar dotada de las tecnologías adecuadas a su labor. Hay que poner énfasis en la selección del personal que vaya a ingresar y sobre todo en su capacitación óptima. Es de esperar que territorialmente la provincia tenga respuestas y capacitación diferentes para el conurbano, atento a la complejidad del mismo. Para mejorar la calidad institucional debe crearse un Instituto de Política Criminal en el que tengan cabída los mejores profesionales y técnicos de los partidos políticos e instituciones representativas.
En lo que atañe al municipio es insoslayable la presencia de una policía local con conocimiento de las particularidades de cada zona, para cumplir las tareas de proximidad y prevención con injerencia del gobierno municipal. Resulta también de gran importancia la puesta en marcha de un Plan de Prevención Comunitaria de la Violencia y del Delito, con activo protagonismo de las instituciones locales. Este plan se basará en la capacitación de líderes locales en temas como: planos y momentos de la prevención, sus premisas, trabajo en red, resolución alternativa de conflictos, participación, articulación, difusión etc. Una cuestión clave es el diagnóstico social, su utilidad, su elaboración, las técnicas cualitativas para plasmarlo y sobre todo la puesta en marcha de estrategias de intervención a nivel local, todo ello con un adecuado control de gestión.
Todas estas cuestiones deben ser abordadas en forma simultánea y a fondo. Con coordinación entre la provincia y el municipio, con un alto nivel de profesionalismo y por supuesto alejado de las cuestiones políticas y partidarias. Eso brindará las posibilidades de un abordaje integral del flagelo de la inseguridad, con posibilidades de un mejoramiento que pueda lograr continuidad en el desarrollo de tales estrategias. Un acuerdo político que ponga todo bajo el paraguas de las políticas de Estado será la garantía necesaria para el éxito.
* / Osvaldo Dameno es abogado de larga trayectoria en la administración pública, especialista en temas de seguridad, y referente del peronismo.