
por Jorge Joury *
Veamos el escenario y hagamos un viaje hacia el cerebro del hombre de las mil caras. Pero para ello, antes es necesario entrar en la bolsa de gatos que representa el oficialismo.
En el torrente sanguíneo de Unión por la Patria quedaron varios heridos y las ambulancias no dan abasto para atenderlos. La campaña arrancó con rencores, pases de factura y el vuelo rasante de la palabra "traición". En este contexto, la pregunta es: ¿Llegará Sergio Massa a buen puerto?
Por lo pronto, el ministro de Economía es el único que realmente gobierna, obviamente con el permiso de Cristina Kirchner y algo por detrás, pero en medio de un panorama difícil. Son meses clave para renovar vencimientos, la relación con el FMI y las reservas exhaustas, que si bien se usa el swap de China no alcanza para todo. El desafío para el Massa-candidato, será entonces el de mostrar gestión, algún resultado inmediato, financiando lo que tiene por delante y para eso deberá tener cuidado y acudir a su creatividad.
En la coalición gobernante creen que en las horas que se aproximan hay que redoblar los esfuerzos para alinear la tropa y ordenar el espacio político, sumergido en una interna destructiva desde hace casi dos años. ¿Se solucionarán las diferencias profundas? Es altamente improbable. Pero es necesario maquillarlas con rapidez y convicción.
Los referentes de UP ya están abocados a la tarea, ponen cara de póker y se esfuerzan en multiplicar, lo más posible, las señales de unidad. La reunión entre Massa y Scioli fue una reconciliación actuada y es la última expresión de esos esfuerzos de disimulo de la feroz interna. Está claro, que ambos se detestan y se juntaron para la foto por pedido de Cristina. Fue evidente cuando Scioli le sacó la mano de la cara en momentos en que el ministro le tocó la mejilla.
El manto de desencuentros también tiene otros jugadores. Uno de los que encendió la mecha, fue el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, cuando dijo que Santiago Cafiero "le robó" la banca a Daniel Scioli. Sobre Alberto Fernández, subió la apuesta y añadió que tiró a Scioli por la ventana.
Cristina tampoco se quedó atrás y le marcó la cancha a Massa. En un acto público, casi lo hace atragantar de tanto tomar agua, cuando reveló que el ministro de Economía era la tercera opción para candidato a la Casa Rosada, pero dio a entender que se vio cercada por viejos caudillos del PJ, el propio ministro de Economía y Alberto Fernández y tuvo que dar un golpe de timón y sacar a Wado de Pedro del podio. La actitud desnuda la falta de liderazgo de CFK para decidir la grilla electoral.
Cristina además, no se privó de calificar a su ministro de Economía de "fullero". Quiere decir tramposo, que con argucias pretende engañar a otros, según el diccionario. De esa manera, subió la apuesta de Mauricio Macri, que en su momento bautizó a Massa de "ventajita".
Aunque no le guste, Cristina tiene ahora la dura tarea de apoyar al ministro de Economía, si es posible sin que se note, para no volver a fracasar como lo hizo con Alberto.
En este contexto, el oficialismo tomó nota que su cuerpo electoral es el de una víbora de siete cabezas. Allí conviven las más amplias divergencias con un simulado traje de coalición. El avance de Massa, hizo que Máximo Kirchner mantuviera dentro del kirchnerismo a Juan Grabois, un hombre que sostiene el discurso contrario al pensamiento del ministro.
Grabois como candidato, le viene como anillo al dedo a Unión por la Patria para tratar de evitar la fuga de votantes kirchneristas hacia el Frente de Izquierda, principalmente a los que creen que el acuerdo con el FMI nunca debió ser firmado.
A esos desencantados estará orientada la candidatura de Grabois. Si bien es cierto que este dirigente social es muy poco conocido entre los ciudadanos en edad de votar, pero en esta coyuntura cualquier sufragio que logre contener en las PASO le sirve al oficialismo.
Aníbal Fernández, que conoce al dedillo el manual de las tropelías, representó la figura de Massa como un “carnívoro”, seguramente por su ambición de poder. Lo cierto es que en la coalición oficialista, pocos confían en el ministro de Economía, pero todos le reconocen que siempre avanza con un cuchillo entre los dientes para abrirse paso en la selva y también sabe usar los codos, ya sea del brazo de CFK, de Margarita Stolbizer o de Alberto Fernández.
Desde la oposición sintieron el golpe. Massa es un rival que molesta, que le muerde el voto de centro y que es capaz de abrazar radicales, partidos provinciales y liberales. Saben que es un animal político que va a trabajar 25 horas por día para ganarles.
Massa es un jugador que agrupa poder real, empresarios, justicia, medios y que además suma sindicalistas, intendentes, piqueteros. Y también llega a Milei, porque él también es un hijo de los noventa.
Cristina aceptó su candidatura porque está segura de la derrota del peronismo en las próximas elecciones. Si no fuera así, la habría resistido, porque sabe que de Massa puede esperar cualquier traición, hasta de cortarle la cabeza con un machete si accede al sillón de Rivadavia.
"Si Bullrich le gana a Larreta, el próximo presidente es Massa" afirma Jorge Asís".
— Jorge Asis (@AsisOberdan) June 29, 2023
Youtube. El diálogo completo con @ivanpzs emitido en @CNNEE https://t.co/uq5b6oLTK8
Massa aprendió de Néstor Kirchner que a los líderes que se reemplazan hay que hacerlos desaparecer políticamente para que no se reproduzcan. El ex presidente fallecido lo hizo con Eduardo Duhalde y con Carlos Menem. Massa nunca aceptaría compartir el liderazgo político con Cristina.
Cristina deja correr a Massa porque el camino que le espera es hacia el precipicio. No solo debe explicar la inflación más alta de los últimos 30 años que él mismo agravó, un Banco Central sin reservas, sino también el implacable crecimiento de la pobreza en el país.
No obstante, Massa está obsesionado en la negociación con el Fondo. Lo atormenta el fantasma de la devaluación que se le exige. Saca conejos de la galera para obtener más dinero, es decir prometer que, si gana las elecciones, devalúa al día siguiente.
La pregunta es: ¿Los Estados Unidos lo apoyarán en esa propuesta? Parece todo demasiado audaz.
Otro hecho preocupante, es que el economista Luciano Laspina, ligado a Patricia Bulrich, acaba de denunciar hace horas que el Banco Central está usando los encajes de los bancos, es decir los dólares de la gente, porque se le agotaron las reservas.
Para La Cámpora y el kirchnerismo de paladar negro, Massa es como tener a Drácula operando en el quirófano, haciéndose un festín de sangre y llevándolos de la mano hacia un lugar que ellos detestan.
La fórmula Massa-Rossi, no representa ni las ideas ni el discurso de la vicepresidenta. Massa es para los jóvenes ya maduros del camporismo, la representación de los viejos enemigos del espacio. Los amigos de Massa están en el círculo rojo, como los empresarios Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti, por ejemplo, ciertos banqueros, funcionarios de Washington y burócratas del Fondo Monetario. Massa a esos sectores les garantiza que tendrán viento de cola. Es casi seguro que Massa siga comandando el ministerio de Economía hasta las PASO. No se quiere privar de ir haciendo una catarata de anuncios que abran alguna esperanza hacia el futuro.
Para eso, cuenta con prensa adicta al placer de la pauta.
Hay que decir también, que medio del cierre de listas fue el postulante más mencionado (682.000 veces) en las redes sociales. La presidenta del PRO en licencia, Patricia Bullrich, ocupó el segundo lugar con 473.000 menciones y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quedó tercero con 330.000.
Tras la confirmación de las listas rumbo a las PASO, una encuesta de la empresa Proyección reveló que Massa, es el precandidato más votado, aunque su fuerza perdería contra Juntos por el Cambio que, en la sumatoria de los votos de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, ganaría los comicios del 13 de agosto.
En este contexto, habrá que ver si se hace realidad la profecía del filósofo Santiago Kovadloff, cuando señaló que Cristina le entregó a Massa una corona envenenada y buscó optar por la más favorable de las derrotas.
Como se ve, la política también suele ser necesidad y traición. Pero el pueblo está sediento de liderazgos y soluciones. Ya no quiere un concurso de controversias.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".
Foto interior de la vicepresidenta Cristina Kirchner: Crédito redes sociales de la funcionaria nacional