
por Jorge Joury *
El problema de Massa, es que ya no puede lucir más el traje de moderado, le bajó la cotización su reciente alineamiento con Cristina. Lo que no sabemos, es si ahora se ubica en la vereda de centroizquierda del kirchnerismo o estamos frente a otro de sus interminables paseos ideológicos.
Hay un principio básico, que dice que el verdadero adversario no es el que puede hablar mal de otro, sino el que le quita votos con propuestas concretas que le llevan esperanzas a la gente. Massa debería mirarse en ese espejo, pero no tiene que mostrar, vino a estirar la agonía de un gobierno que se quedó sin nafta y necesita llegar al 10 de diciembre pidiendo la horta .
Esta vez con la campaña sucia, el ministro en ejercicio de la presidencia, pretende no verse obligado a hablar de economía y a explicar por qué no resuelve los problemas que hunden a la sociedad en la pobreza y la desesperanza.
Al acuerdo con el FMI también lo metió de lleno en la campaña. Acusó a “economistas de la oposición” de interferir en la negociación con el Fondo y dejó una sugestiva frase: “Les voy a contar una intimidad: un funcionario del Fondo, en un zoom me contaba que hubo economistas de la oposición que en los últimos días se comunicaron y les decían "no les den nada, pidanle todo, exíjanles al máximo, esto tiene que estallar".
Desde sus lejanos inicios en la UCeDé, Massa ha sufrido una notable metamorfosis. Sus innumerables transformaciones lo terminaron depositando después de una larga trayectoria, de rodillas en el templo de Cristina Kirchner y La Cámpora, a los que había acusado de practicar la corrupción.
Resulta difícil determinar cuál es el argumento de Massa para tratar de demonizar a Bullrich. Como boxeador, eligió una técnica poco convincente. Le está reprochando a la candidata de JxC haber cambiado muchas veces de partido.
Bullrich fue peronista hace 20 años y estuvo en la JP, probablemente, hace 40. Massa, que viene de la UCeDé, fue un antikirchnerista obsesivo que quería meter presa a Cristina y barrer con los ñoquis de la Cámpora. Eso ocurrió hace poco, casi a la vuelta de la esquina. Es complicado estar confundido sobre el ring, pretender dañar al otro y, con esa gimnasia, dañarse a uno mismo. Estos golpes bajos le pueden jugar en contra.
Massa, es el que más barquinazos ha dado en los últimos diez años. En 2013, se puso el uniforme de guerra y enfrentó con un cuchillo entre los dientes a Cristina en las elecciones legislativas de aquel año. Allí ganó el mejor premio ante el electorado. La derrotó y la hundió definitivamente en su proyecto reeleccionista. El lunes pasado, fiel a su estilo se dio vuelta y subrayó la excelente relación que lo une a ella y el respeto que le tiene.
Al enfocarse de lleno en el pasado montonero de Bullrich. Massa no tuvo en cuenta que Cristina, es la principal exégeta de los miembros de ese grupo que se levantaron en armas en los años 70.
La vicepresidenta viene de enaltecer a la “generación diezmada” en una clara alusión a los jóvenes peronistas que optaron por ese camino.
También hubo una acción deleznable. Aparecieron carteles en la vía pública, con el supuesto nombre de guerra en los años 70 de Patricia Bullrich.
"Carolina Serrano Presidenta", señalan los afiches con una silueta de una mujer en las sombras y el histórico logo de Montoneros en los años 70.
Massa, se refirió a esta situación cuando expresó: "Los mismos que me acusan de dialoguista son los que pasaron por 13 partidos políticos distintos. ¿Cuál es Patricia Bullrich, la de Montoneros, la que estaba con Menem, con Carrió, la que trataba a Macri de delincuente?”
Bullrich desmintió que haya militado en Montoneros (anduvo, dijo, con la Juventud Peronista que apoyaba a ese grupo armado) y recordó que hizo una fuerte autocrítica sobre esa historia.
Massa se equivoca, si cree que con esta ofensiva va a callar a Bullrich. Corre el riesgo de hacer de la candidata un fenómeno electoral incontrolable. Los electores saben quién es la enemiga de Massa, que es lo que este se propone, pero también quién es el enemigo de Bullrich. Es Massa.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".