09/05/2025 - Edición Nº3333

Politica

Contrapoder

Vientos radicales empiezan a soplar para Massa

25/10/2023 | Sergio Massa sabe que en este tramo final tendrá que poner toda la carne al asador si quiere ser el próximo inquilino de la Casa Rosada. En esa dirección, se reserva lugares clave para importantes jugadores de la oposición en un futuro gabinete, fundamentalmente para los radicales, que se están volcando de a poco hacia él por considerar a Milei "un fascista".


por Jorge Joury *


Después del Plan Platita, el ministro ya puso en marcha la segunda etapa del operativo seducción. Está tratando de demostrar que es el jefe político del peronismo. Cada vez se parece más al  que se manejaba por la avenida del medio. El “gobierno de unidad nacional”, al que pretende convocar si es presidente a partir del próximo 10 de diciembre deberá esperar para su instrumentación, al menos hasta que las diferentes tribus de Juntos por el Cambio terminen de dirimir sus diferencias en un marco de alta tensión interna y con los radicales con los tapones de punta contra Macri. En las próximas horas, tanto en la cúpula del PRO como en el nuevo ámbito fundado por los gobernadores electos tienen previsto empezar a definir qué postura van a adoptar.
Ya hay señales de los radicales: no quieren a Milei porque los acusó de "traidores". Gerardo Morales, ex socio de Massa cuando desde el Frente Renovador lo ayudó a llegar a la gobernación jujeña, parece estar cerca de apoyar al tigrense. No olvidemos que en esa provincia Patricia Bullrich llamativamente salió tercera. 

Además, en la UCR están enojados con Mauricio Macri, que eligió a Bullrich en lugar de Larreta. "La bronca trepa porque coqueteó tempranamente con Milei cuando Patricia estaba en carrera", reconocen en ese entorno.

Massa sabe que en la cúpula del PRO, la palabra de Mauricio Macri tiene un peso decisivo y que la relación entre ambos, se quebró sin retorno sobre el último tramo del gobierno de Cambiemos. En su momento,Macri llamó con ira "ventajita" al actual ministro y se sabe que existe una barrera infranqueable de cara a la convocatoria que Massa busca impulsar para ampliar su base electoral. Es probable que el ex presidente aconseje votar por Milei que está más cerca de su proyecto.

Para Massa, operar en ese sector del PRO es una pérdida de tiempo. Pero tiene una carta en la manga. Buena parte de las miradas ponen el foco sobre Horacio Rodríguez Larreta, uno de los dirigentes de mayor vínculo con el ex intendente de Tigre, una relación que se enfrió por la campaña, pero que sobrevivió con creces a las tensiones políticas.

Larreta ha sido lapidario sobre la figura de Milei. “Una persona que basa su carrera en la agresión y no es lo que la Argentina necesita. Todos los Milei que han habido en el mundo fracasan porque las posiciones extremas no sacan el país adelante”, abundó.

Bien cerca del jefe de Gobierno y desde el entorno de Massa remarcaron que no hubo en las últimas horas una comunicación entre ambos, cómo si existió después de las PASO, cuando el jefe del Palacio de Hacienda telefoneó al alcalde porteño para apoyarlo tras la derrota en manos de Bullrich. El rumor circulante es que Massa pretende seducirlo y tendría entre manos ofrecerle la jefatura de Gabinete. Por otro lado, Massa le ordenó a Leandro Santoro bajarse del balotaje con Jorge Macri y le mandó con ello una señal al dirigente amarillo, que queda consagrtado como futuro Jefe de Gobierno en CABA. ¿Logrará su apoyo?

Por el lado de la Coalición Cívica están más cerrados: “Ni Massa ni Milei”, sostienen y sobrevuela con fuerza el consejo de Elisa Carrió de votar en blanco..

Lo que en el massismo están convencidos, es  que en las próximas semanas sí podrían llegar a confirmarse algunas adhesiones, en particular desde el radicalismo, el otro sector de la todavía coalición opositora en el cual sí hay dirigentes dispuestos a sellar una suerte de acuerdo programático con el candidato presidencial. El domingo, en su muy cuidada puesta en escena triunfal, el ministro de Economía se refirió directamente a los “radicales”.

En esa dirección, hubo conversaciones entre Gerardo Morales  y Emiliano Yacobitti, dos de las figuras de los boinas blancas moderados que tienen un rasgo en común: no toleran el liderazgo de Macri. Es el espacio en el que además se aglutinan referentes como Martín Lousteau, Rodrigo de Loredo o el gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, que en la interna partidaria de JxC jugaron a fondo detrás de la postulación de Rodríguez Larreta.

El rumor fuerte dice que ya hay conversaciones preliminares. Massa, Morales y Yacobitti tienen un vínculo aceitado. Se habla, por ejemplo, de ofrecerle a los boinas blancas la cartera de Educación. 

Los radicales Federico y María Luisa Storani se sumaron a Facundo Suárez Lastra y negaron de plano la posibilidad de apoyar a La Libertad Avanza en el balotaje del 19 de noviembre.

Federico Storani calificó al líder de ese espacio, Javier Milei, como “un fascista” y sostuvo que, como tal, “no le perdona a los radicales que hayamos sido autores del Juicio a las Juntas”.

La voz de Storani es eco de distintos exponentes de la UCR que salieron a tomar distancia de posible apoyo que la alianza Juntos por el Cambio pueda prestarle la candidata negacionista que competirá en el balotaje con Sergio Massa.

Pero hay otro sector de la oposición con el que Massa también está arrimando el bochín. Se trata del grupo que responde a Emilio Monzó, un dirigente que viene del riñón peronista y que le fascina al círculo rojo. Además tiene buena llegada al establishment y  trabó desde hace muchos años un vínculo muy fluido con el ministro. Monzó pertenece a otro de los sectores muy enojados con Macri y habló con Massa la semana pasada. 

Los socialistas santafesinos que se aliaron a Juan Schiaretti adelantaron que descartan el apoyo a Milei en el balotaje y la próxima semana se reunirán para definir si dan libertad de acción a sus electores, llaman a votar a Sergio Massa o en blanco.
Mientras afina su estrategia frente al balotaje, Massa espera lo que pase en Juntos para operar en consecuencia. 

Hasta ahora, Massa ha cumplido metas. Sumó 10 puntos respecto a las PASO, recuperó provincias del sur y el norte del país y frente a todos los pronósticos cosechó 9.645.983 votos con el 98,51% de las mesas escrutadas para forjarse en noviembre en un mano a mano con Javier Milei, que se quedó con el 29,98% del electorado.

En Unión por la Patria ya hacen cuentas sobre la cantidad de votos que el ministro debería sumar para asegurarse una victoria en el balotaje. Hablan, de mínima, de la necesidad de sumar entre 6 y 7 puntos que provendrían de una pecera de votos compuestas por electores de diferentes colores políticos.Massa además le hizo guiños a los votantes del postulante de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti y de la candidata de la Izquierda, Myriam Bregman.

Por ahora en el oficialismo no se habla de un porcentaje concreto de ese electorado, pero esbozan una teoría: “Una parte del votante que acompañó en octubre a Bullrich no piensa igual que Milei, no comparte su visión de motosierra, si no lo hubiera votado el domingo. Es un elector que está más bien cerca de la moderación, que es de derecha, pero cerca de la moderación. Incluso es un voto que a pesar de que Bullrich venía en caída no se fue a La Libertad Avanza”.

De todas maneras , en el oficialismo saben que una buena parte de los votos de Bullrich pertenecen a un sector de la sociedad que busca el fin del kirchnerismo, por lo que saben que ese electorado terminará apoyando a Milei. Como sea, Massa insistirá en que el país que se discute es el de la Universidad pública o privada; el del transporte con o sin subsidios o el de la libre portación de armas o un plan de seguridad serio.

 Milei no encuentra el rumbo, se parece a Bullrich con corbata. Habla igual que ella sobre el kirchnerismo, la corrupción, hasta mencionó a Insaurralde, y salvo la arenga del final, estaba por completo ausente el Milei auténtico, el de la motosierra. Massa en cambio siguió haciendo lo mismo que venía haciendo desde antes: apeló a la unidad nacional, a que “lo peor de la crisis ya pasó”, a que su gobierno será muy distinto a lo visto hasta aquí del Frente de Todos y Unión por la Patria. Tiene que poner bajo la alfombra la realidad económica y social y mantener el dólar en caja. Son sus grandes desafíos para llegar al podio.


 *Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".