
por Redacción
Flor Imperial, cuya historia se desarrolla a comienzos del siglo XX, es el último libro de la autora que explora mundos diferentes, en los que el personaje se destaca por “hacerse fuerte entre los débiles”.
En una Inglaterra sumida en la pobreza y con solo diez años, el contrabandista Martin Hall, siente que nació en un mundo demasiado injusto y que siempre estará del lado de los que sufren. Luego de ver cómo su familia se derrumba, sube junto a su hermana a un barco que los trae a una tierra llena de oportunidades. Esa tierra es Buenos Aires, pero aquí nada será mejor que en Londres: el desamparo y el hambre se hacen sentir y el joven Hall debe hacer valer su fortaleza. Su suerte cambia cuando los anarquistas lo suman a sus filas pero se enfrentará a la muerte, al dolor y a la culpa una vez más. Con la fuerza de la ambición corriendo por sus venas, decide salir de gira con el Circo Ruso para vivir las más increíbles aventuras en la selva misionera y enamorarse perdidamente de una mujer a la que considera única.
En diálogo con Fabricio Moschettoni, en ImpulsoBaires.com.ar, su autora, Carola Lagomarsino describió la historia de su novela: “estamos en 1910 aproximadamente cuando finalizada Eduardo VII y el personaje cruza el Atlántico para ir a Argentina. Es hijo de una familia numerosa cuyo padre es arrestado y en esa época existía la pena de muerte¸ y su madre decide mandar a los hijos mayores a Argentina en donde supuestamente tienen un tío lejano que nunca van a encontrar, pero sí encontrarán muchísimas otras cosas”.
“Martín huye de una Inglaterra en donde su familia casi está por caer en la indigencia, y su madre saber que él es un buscavidas, es inteligente y con potencial por lo que decide tomar la desgarradora decisión de subirlo a un barco con su hermana y que sea lo que la vida decida darles. Y rápidamente Martín encuentra a una persona que fue como un mentor para él, y es un anarquista italiano, y ahí me inspiré en uno que no fue exactamente de esa época: (Severino) Di Giovanni (su período de máxima actuación fue la década de 1920)”, contó.
Luego prosiguió: “ese anarquista lo mete en la efervescencia de la lucha anarquista con el desenlace que a él no le va a gustar porque no es violento, y entonces se da cuenta que esa lucha no es la suya por lo que encuentra a otro padre adoptivo: ´Pepe´ que es un director de circo criollo, que es una especie de Martín Fierro escénico”, y dijo que “ahí Martín llega a su público por su buen humor y destreza física, y allí hay otro director que lo tienen en cuenta en un circo mucho más importante como es el Circo Ruso”.
“Me gusta esa época. Mis abuelos solían contarme muchísimo de esa época. Mi abuelo está fallecido, pero nació en 1917 y me contaba sobre años 20 y 30. Yo me crie en París pero me gustó incursionar en la historia de Misiones, una provincia fabulosa con colonos en donde hay una historia muy interesante. Misiones siempre estuvo en guerra con sus vecinos”, dijo.
Misiones, la perla en la historia y en su vida
La llegada de los colonos europeos a esas tierras misioneras “se hizo en armonía con culturas distintas, por lo que lo quise meter a Martín allí porque allí nació la heroína de mi primera novela (La Dama de las Misiones)”.
Carola tiene un hotel en Misiones, y su construcción duró algunos años por lo que pudo hablar con los habitantes de esa zona, con hijos y nietos de colonos que vivieron en esa época.
La obra de la autora está relacionada con la preservación de los ecosistemas y las selvas.
El cambio climático no es ciencia ficción
Acerca del mundo consumista actual y su puja con la naturaleza, razonó: “soy bastante optimista y creo que el hombre se da cuenta que sin naturaleza sentencia su propia muerte. Si destruimos nuestro hábitat nos destruimos nosotros mismos. Creo que hay una conciencia de fondo, pero cuesta mucho porque luchamos contra industrias que no quieren dar el brazo a torcer. Pero hay un movimiento que viene de muy abajo y obliga a las empresas a un cambio. En Europa pasa que se compran marcas que hacen esfuerzos con el medio ambiente, y se apuesta al reciclaje, a no usar tanto plástico, a cuidar el medio ambiente. El cambio climático no es ciencia ficción”.
Sobre le hotel enclavado en la naturaleza misionera, dijo: “es chiquito, tiene ocho habitaciones por lo que siempre privilegié calidad por cantidad. Toda el agua proviene de una vertiente natural de la selva y por eso invitamos a los huéspedes a cuidar el agua, y los invitamos a ver esa vertiente con el agua que nos ofrece la naturaleza. No tenemos ni televisión, ni frigobar ni aire acondicionado, y reducimos el uso de artefactos electrónicos a lo indispensable”.
“Reconozco que no es un destino para todos, porque algunos nos han dicho que sin televisión a la noche no pueden dormir. Al principio algunos se encuentran angustiados por ese encuentro crudo con la naturaleza pero al pasar los días sus rasgos cambian, su ritmo de vida cambian y logran un descanso fantástico de contacto con la selva”, indicó.
“Uno se da cuenta la adicción que hay por ejemplo con el celular, que es muy fuerte”, dijo.
Su vida, entre Francia y la cultura rioplatense
De muy chica, a los tres años, llegó a Francia en donde hizo toda la escolaridad, luego un bachillerato en filosofía y letras para formarse más adelante en turismo con fuerte orientación en historia del arte. Sus padres son platenses y un hijo fue escenógrafo en el Teatro Argentino de La Plata: “el arte siempre me interesó muchísimo pero no encontraba gran salida laboral. Allí decido terminarla y viajar a Argentina que era el país en donde nací, y conozco a mi marido y estudio la carrera de psicología clínica. Un buen amigo de mi marido nos hace conocer la selva y allí vuelvo a mi primera carrera que tiene mucho que ver con el turismo”.
“La escritura es algo genuino. Soy hija única de padres divorciados y la escritura fue mi refugio. La Dama de las Misiones ya llega a su tercera edición y Flor Imperial es editada por un sello prestigioso”, dijo.
Más proyectos
Carola tiene otros proyectos: “hay un manuscrito que se está corrigiendo, y también tiene que ver con la naturaleza aunque más contemporánea. Lo que pasa es que estamos viviendo una época muy extraña en el mundo editorial y está un poco todo parado esperando una resurrección”.
Acerca de Carola Lagomarsino
Carola nació en Buenos Aires y actualmente reside en San Isidro. Emigró a Francia de chica, hija de padres artistas, madre pintora y padre marionetista, se crió en París donde obtuvo su bachillerato en letras y filosofía y un diploma en Turismo especializado en Historia del Arte. Siempre escribió desde pequeña. En 2000, regresó a Argentina y decidió establecerse en el país. Obtuvo una licenciatura en Psicología Clínica y ejerció como psicóloga con orientación psicoanalítica con niños y adultos. En 2015, en una vuelta a su a su primera carrera, abrió junto a su marido un hotel en la selva situado a 60 km de los Saltos de Moconá, en la provincia de Misiones. Allí, en esa geografía surge Francesca, la protagonista de la saga.
Publicó su primer cuento en una revista francesa el Autre Journal a los 15 años. Su primera novela, la Dama de las Misiones fue publicado por el sello del Emporio en 2019. En 2020 publicó el segundo libro de la saga El hijo del Río bajo el mismo sello editorial y participó de un libro de relatos de ficción con eje en la postpandemia.
En marzo de este año, salió a la luz La Flor Imperial publicada por Penguin Random House, una precuela que es el último libro de la saga donde la preservación de los ecosistemas es el mensaje que atraviesa todas sus obras.