
por Fabricio Moschettoni, editor de Impulso Baires. Twitter @FMoschettoni
“Sería darle de comer a la oposición y a los traidores que se las dan de ayudantes de la gobernabilidad y votan cualquier huevada en Diputados”, dijo una importante fuente de La Libertad Avanza tras argumentar que el presidente Javier Milei bajó de plano el plebiscito.
En realidad, al temor a un revés ciudadano muy fuerte y consecuente debilitamiento de su gobierno, se le sumó el de una enorme erogación económica que habría que hacer para desplegar 105.000 mesas electoras en todo el país, imprimir una papeleta con la consigna o consignas múltiples para votar, pagarle viáticos a las autoridades de mesas, una logística de seguridad varias veces millonarias, perder horas y horas en campaña, y todo un sinnúmero de gastos de energía para una consulta que solamente la puede convocar el Presidente en los términos del artículo 40 de la Constitución Nacional pero con el concepto de no vinculante.
“Si decimos que ´no hay plata´ y es nuestra idea fuerza, no podemos dejar la pelota en terreno opositor para que digan que nos gastamos un dineral en un plebiscito absurdo”, consignan en LLA.
Pero sin embargo dicen que están haciendo algunos sondeos para ver cómo reaccionarían sus fanáticos y los seguidores del Pro duro ante la posibilidad de hacer algún sábado o domingo un “banderazo” en plazas, como los que hacía de manera exitosa el ex presidente Mauricio Macri con el “Sí se puede” o consignas parecidas.
De todos modos, los primeros tanteos arrojan un resultado desalentador. Primero, porque LLA no tiene probada esa metodología y no hay una organización para garantizarla, y después porque en el Pro solo están motivados con el gobierno los que son funcionarios, los allegados a funcionarios y los que sueñan con ocupar un cargo de funcionario en los próximos tiempos.
Con ese presupuesto sobre la mesa, la estrategia de LLA se podría reordenar luego del regreso de Milei de Europa, y no se descarta una larga conversación con Macri.
El problema que observa el Pro es que Milei, tal vez por inexperiencia, vació de política al Gobierno y no hay una red de contención por lo que es posible que se hagan más frecuentes los errores y se pague altísimo costo ante una ciudadanía que ya está al límite porque la cuestión económica del día a día empieza a mandar en el humor social.
La derrota categórica en Diputados, que fue motivada exclusivamente por inexperiencia del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la falta de poder para accionar del ministro del Interior, Guillermo Franco, y un incalificable, aunque absurdo rol de jefe de bancada de LLA, Oscar Zago, dejó demasiadas desconfianzas entre aliados tácticos del Gobierno.
Por estas horas algunos de los pocos aliados que le quedan al Gobierno creen que es hora de ir por el territorio, y que para eso se tiene que utilizar toda la maquinaria del Estado para dar batalla en las provincias. De esa forma dicen que deberá conceder a "políticos experimentados" el manejo de organismos descentralizados para ir a cada localidad, del ministerio del Interior con sus delegaciones en las principales ciudades, y de esa forma "llevar política y militancia al territorio".
Por estas horas, el gobierno de Milei es como una enorme mesa de reuniones con pilas y pilas de expedientes sobre ella en donde es imposible encontrar lo que se busca. Ese desorden gráfico de la administración y la gestión pública en el gobierno Nacional está conspirando día a día contra una gestión en donde hay más sombras que luces.