
por Jorge Joury*
Pese a que el diálogo fue lo que más le ha dado resultados hasta ahora para lograr la Ley Base, Milei sigue tropezando cada tanto con su histeria dialéctica. En los últimos días, volvió a cargar las armas y puso en marcha una guerra tuitera con el escuadrón K, llamó golpista al Banco Macro por sus movidas en el mercado y no para de decir que los periodistas que lo critican "están ensobrados".
En esto último, Milei acaba de recibir un duro llamado de atención nada más ni nada menos que de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) por su maltrato verbal al periodismo en general. Se trata de la más importante organización americana de defensa de la libertad de prensa que pidió expresamente que el debate sobre temas de interés público “se maneje con respeto, tolerancia y en el marco de los principios de libertad de expresión consagrados en la Constitución nacional de Argentina y en la Declaración de Principios sobre la Libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Conviene señalar que en el contexto local, solo a Cristina Kirchner, la influyente SIP la ponía en vereda cada tanto. Frente a este escenario, el presidente del bloque Hacemos Coalición Federal (HCF) de la Cámara baja, el diputado Miguel Ángel Pichetto, también le envió un mensaje contundente a Milei, que no es nuevo, pero adquiere un sentido diferente a partir de la aprobación de la Ley Bases y el consiguiente inicio de la nueva etapa de gobierno, o la fase 2, como la denominó el presidente: “No se puede gobernar con ira”, le dijo el diputado.
El Presidente que permanentemente alude a "las fuerzas del cielo", habla de "construir desde el disenso", deberá elegir entonces entre el Milei conciliador o el artillero que por las redes ametralla a todo aquel que piense distinto o cuestione el rumbo que ha tomado.
En el corto derrotero del oficialismo, ya son varias las víctimas de destrato. Uno de ellos, Mauricio Macri, un aliado estratégico al que hicieron esperar en la puerta de la Casa de Tucumán y ni siquiera le hicieron firmar el acta de Mayo. Tampoco las cámaras de la cadena nacional lo enfocaron durante el acto.
Pero después, Milei modificó el rumbo ycalificó al referente del PRO como “parte de la solución”. “Macri es muy importante, le dije (en el acto por el Pacto de Mayo en Tucumán) ‘muchas gracias Presi por venir’. Yo sabía que estaba en Europa y que hizo el esfuerzo de venir”, sostuvo al buscar bajar las tensiones que existen con el ex presidente.
Otro dato a destacar, es que cuarenta y ocho horas antes del acto en Tucumán, la Iglesia Católica a través del titular de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, recibió a destiempo una invitación proveniente de la Casa Rosada para viajar a Tucumán. Pero el cartero llegó tarde, porque la agenda del sacerdote ya estaba completa. También llamó la atención que el Tedeum del 9 de Julio oficiado por el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, haya resultado casi omitido por la cadena nacional.
García Cuerva, un sacerdote de gran cercanía a Francisco, devolvió "gentilezas" y aprovechó la oportunidad para señalar en su mensaje que “hay dirigentes que no tienen el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de pie”. Y coronó con la siguiente frase:, “algo no está bien cuando hay dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre”. Pareció enviarle también un mensaje al kirchnerismo que, en sus diferentes segmentos, estuvo ausente en Tucumán. “Hicimos cosas mal en el pasado del que todavía nadie se hace cargo aunque el resultado es que 6 de cada 10 chicos en la Argentina son pobres”, aclaró el prelado.
De resultas, el Pacto de Mayo ha quedado alambrado de manera exclusiva por la política, con 18 gobernadores que solo van detrás de la zanahoria para recuperar la obra pública y otros beneficios . Habrá que ver que comportamiento toman a futuro y si acompañan verdaderamente. El Presidente se estaría equivocando, si considera haber conseguido de todos aquellos un acompañamiento irrenunciable en el futuro. Tendrá que seguir negociando y abriendo la billetera si quiere que le aprueben las leyes que pretende.
Milei en Tucumán también acusó a aquellos que se aferran a “anteojeras ideológicas”, como Kicillof y no reconocen la raíz del fracaso argentino. Entre sus acometidas, también le puso antorchas en las manos al MERCOSUR. Su inasistencia a la cumbre de Asunción fue criticada por sus colegas, como el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, vecino estratégico de las ideas liberales.
Milei no asistió por su pelea personal con Lula da Silva, al que lo responsabiliza de ser comunista y corrupto. ¿Cómo congeniar esas irrupciones con la invocación del último punto del Pacto de Mayo “a la apertura del comercio internacional de manera que la Argentina vuelva a ser un protagonista global”?
Otra de sus contradicciones en su alocución en Tucumán, fue cuando recomendó que lo único que tiene que hacer la política es discutir ideas y no impugnar al adversario por razones personales, perseguirlo por pensar distinto ni vivir una inquisición permanente. Hasta aquí, todo aparece como muy contradictorio entre lo que pregona y luego hace.
Milei puso en la vidriera tucumana un mensaje conciliador, pero que no condice con su habitual formato de alto voltaje de comunicar a través de las redes. En este contexto, si existen dos Milei, el camino es peligroso. Nos preguntamos : ¿Cuál de ellos es el que se terminará imponiendo? ¿Podrá “la casta” que le tendió una mano con el Pacto de Mayo y la Ley Base convivir con ambos formatos sin que haya un choque de planetas? La moneda está en el aire.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".