
por Redacción
El analista añadió que : "el opositor Edmundo González Urrutia arrasó en las urnas y debía ser ungido como el nuevo presidente de acuerdo a la voluntad venezolana. La ventaja fue mayor a 30 puntos porcentuales e idéntica a lo que dictaban los boca de urna independientes. El delfín de María Corina Machado supo encarnar la esperanza popular luego de un padecimiento de 25 años de chavismo que convirtió a una de las naciones más ricas de América Latina en una sombra de lo que alguna vez fue.
Pero la dictadura personificada en Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, denominado el monje negro del gobierno, ejecutó el mayor fraude de la historia democrática de América Latina.
La trampa comenzó a instrumentarse desde temprano, cuando apócrifas encuestas a boca de urna auguraban una inverosímil y holgada victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela encarnado en Maduro. Hasta el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa y el ex mandatario boliviano Evo Morales se prestaron a la treta y la difundieron felices, victoriosos. En ella se decía que Maduro se imponía ampliamente sobre González. La mentira se descubrió a los minutos: se trataba de un sondeo hecho por una empresa fantasma que nadie conoce
Pero el megafraude de Maduro se consolidó mucho antes que este domingo. El chavismo no iba a permitir que unos millones votos de diferencia lo despojaran del poder, los negociados y los vicios que construyó a lo largo de décadas en cada uno de los sectores donde tuvo participación. Desde el petróleo y el oro hasta el narcotráfico y el manejo del terrorismo internac ional junto a Irán era para Maduro una espada de damocles si perdía el poder y seguramente hubiese tenido que pedir asilo en Rusia o Cuba para no ir preso, igual que gran parte del Ejército con los denominados narco generales.
Ahora seguramente vendrán días negros para Venezuela, ya que el chavismo, esa máquina deshumanizada de corrupción que expulsó a millones de venezolanos de su tierra, seguramente reforzará su estructura interna, aumentará la persecución y la represión y consolidará sus pocos resortes internacionales con los socios que le quedan: Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Sin embargo, es de entender que el régimen de Maduro tuviera sus motivos para no soltar el poder.
El primero de ellos es la incontable cantidad de causas que rodean a Maduro y sus laderos. La Corte Penal Internacional (CPI) lo investiga por crímenes contra la humanidad. Esos delitos fueron documentados una y otra vez por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU). El último informe se refería al “alarmante aumento en las desapariciones forzadas antes de las elecciones presidenciales en Venezuela”.
Desde hace años esa oficina describe detalladamente cómo el chavismo ejerce la tortura, desaparece, secuestra y asesina venezolanos por el solo hecho de pensar distinto que la dictadura. Karim Khan, el fiscal de la corte penal que lleva la investigación contra Maduro, deberá sumar ahora un nuevo capítulo a su expediente: el robo alevoso de votos.
Maduro sabía que su destino -de haberse sometido al mandato popular- hubiera sido la cárcel, la extradición o el exilio. Quizás hubiera elegido una pronta expatriación en Cuba, cuyo régimen castrista asesoró y co-condujo los destinos de Venezuela desde el inicio de la era Chávez. Pero eligió el fraude para sostenerse en el poder y no tener que salir de su país, algo ya de por sí infrecuente en su agenda.
También pesaba sobre Maduro el riesgo de la extradición, bajo los múltiples cargos por narcotráfico que lo tienen señalado junto a gran parte de la estructura piramidal chavista. Todos están bajo la lupa de la DEA, en los Estados Unidos, el organismo encargado de perseguir y desarticular carteles de la droga. Maduro es señalado por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de ser uno de los capos del Cartel de los Soles junto a gran parte de la cúpula militar venezolana.
Geoffrey Berman, el fiscal que sigue el caso, cree que desde 1999 hasta 2020 Maduro y Diosdado Cabello, entre otros, “participaron en una conspiración narcoterrorista corrupta y violenta entre el Cartel de Los Soles y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”. Para Berman, el régimen “ayudó a dirigir y, en última instancia, a liderar el Cartel de Los Soles a medida que ganaba poder en Venezuela”. La cabeza de Maduro tiene precio: 15 millones de dólares.
Hoy Maduro es considerado mundialmente a la altura de Pablo Escobar o Joaquín “El Chapo” Guzmán en el negocio de la droga.
A lo largo de sus 25 años en el poder, el chavismo soñó con ser punta de lanza de una revolución bolivariana que se expandiera por todo el mundo. Lo logró por momentos en América Latina, donde cosechó adhesiones de líderes que terminaron en el ocaso político o sospechados de ser parte de crímenes transnacionales.
Hoy nadie toma en serio a Maduro. Ni siquiera Lula da Silva -abogado suyo en miles de foros- podría sostenerlo. El presidente brasileño fue engañado y burlado infinidad de veces por quien supo ser un camarada de su confianza.
El chavismo armó una estructura de poder tan gigantesca que desarmarla sería un desafío colosal e inhumano para cualquier gobierno que llegue al Palacio de Miraflores. Los más básicos cargos de funcionarios, de miembros de la justicia, del aparato de inteligencia, de las fuerzas armadas, de las misiones diplomáticas y de ejecutivos de las empresas estatales, entre otros, deberían ser reemplazados de inmediato para poner fin a más de dos décadas de sangre, corrupción y complicidades.
Pocos saben que bajo el principio de “justicia universal”, el gobierno de Nicolás Maduro está siendo investigado en los tribunales argentinos por crímenes y violaciones de derechos humanos ocurridos en Venezuela. Al menos una decena de víctimas declararon sobre las vejaciones sufridas y dieron detalles de secuestros, detenciones y amenazas. No trascendieron sus declaraciones. El juez Sebastián Ramos ordenó una estricta reserva para protegerlas, revelaron a Infobae fuentes judiciales. El foco está puesto en dos asesinatos ocurridos en febrero de 2014 y al menos ocho secuestros", finalizó el analista..
Foto créditos: conferencia de prensa de los opositores Edmundo González y María Corina Machado. X del candidato Machado