
por Redacción
El analista también agregó que: "Los daños colaterales por el caso de los seguros también podrían explotar con algunas figuras del gabinete del gobernador Axel Kicillof. En ese sentido, hay varios funcionarios bonaerenses, ex colaboradores de AF, que están con una caja de Alplax a mano y rogando que no llegue el coletazo.
Lo raro es que en este contexto de papelones que salpican al PJ, las disculpas a la ciudadanía no aparecen de manera contundente, como tampoco la vocación de iniciar de manera inmediata un proceso de renovación.
La era K,que ya estaba al borde del abismo, ha sufrido otra implosión de alta destrucción ideológica. De aquí en más, deja en la historia un testamento esculpido no solo por la corrupción, sino por las aberraciones, como la de Alberto Fernández, no lo olvidemos, la "gran creación" de CFK.
Para el sociólogo Marcos Novaro: "Entre los K siempre rigió la ley del gallinero: el jefe y la jefa maltratan y humillan a quienes tienen debajo, y estos buscan con quien desquitarse. Y también la ley del árbol caído: de ahí la desesperación por enterrar rápido al ex presidente, para salvar a Cristina".
El peronismo auténtico supo volver del cajón de Herminio Iglesias en el 83, pero difícilmente hoy averiado en el órgano más sensible de la vergüenza, pueda encontrar el camino para congraciarse con la ciudadanía. El golpe social es tan demoledor, que por eso se está articulando de manera desesperada un operativo partidario de control de daños. Axel Kicillof declaró estar “en shock”. Sergio Massa había planificado un acto del Frente Renovador el sábado pasado en Sierra de la Ventana, pero lo suspendió por razones “logísticas”. La conmoción por el efecto Fernández-Fabiola, obnubila. Es difícil encontrar el camino de la resurrección, después de semejante golpe.
Los especialistas en opinión pública constatan en estas horas que la actualización de ese legado le prolonga el crédito social a Milei, a pesar del impacto socioeconómico del ajuste y las deficiencias, inconsistencias o fragilidades que aún muestran las políticas oficiales en casi todos los terrenos. Justo cuando empezaban a asomar algunos nuevos reclamos que desplazaban del tope del ránking a la inflación en baja, el peronismo entra en desgracia.
En este contexto, un ex funcionario que fue parte del entorno de Alberto Fernández durante la gestión reconoce que: “La degradación es total, esto no se vuelve,dice mientras mira en su teléfono las fotos de Fabiola Yáñez con el ojo morado. “Esto es inmolarse”, reconoce en voz baja.
“Me da vergüenza haberlo apoyado. El peronismo no tiene dimensión real del daño que nos genera esto”, asegura, mientras repasa, una y otra vez, el video en el que el ex mandatario coquetea con Tamara Pettinato en su oficina. Vuelve a hablar. “El nivel de locura e irresponsabilidad es total”, sostiene.
Otro ex funcionario, que tenía trato frecuente con Fernández, asume que la desprolijidad del ex mandatario respecto a la visita de mujeres en su despacho - sin argumento alguno más que la diversión - era un secreto a voces. Entre ellas hay una periodista famosa en la tele a la que le prometió una jugosa pauta publicitaria y la dejó pataleando en el aire. Se dice que todos lo sabían en la Casa Rosada, pero miraban hacia otro lado. No obstante, con los golpes, AF pasó todos los límites.
La conmoción por la denuncia contra Alberto Fernández mezcla tres componentes diferentes y graves: el penal, el ético y el político.
Hoy la palabra en la vereda peronista es: Decepción absoluta, enojo y furia. Fernández ya no podrá caminar tranquilo por la calle sin que lo denigren.
Alberto Fernández quedó desterrado del sistema político nacional. En eso coinciden todos. Lo castigaron públicamente desde Cristina Kirchner hasta Luis D’Elía. Lo enterraron como él con sus comportamientos enterró al peronismo en una nueva crisis y con un final difuso.
El peronismo en su conjunto se enfrenta a una nueva crisis de representatividad. A un estallido político interno generado por la actitud de un dirigente político de renombre. Como sucedió, en plena campaña electoral, con la aparición de fotos y videos del ex intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, navegando en un yate de lujo en Marbella junto a una modelo. Esta vez en las fotos no había champagne de primer nivel. Ojo morado, brazo morado, retratos del horror.
En ese momento de Insaurralde como protagonista de la historia sombría, fue la obscenidad del poder y el despilfarro de dinero en un país con más del 50% de pobres.
"Por estas horas muchos teléfonos del peronismo bonaerense también tiemblan y de sus contenidos se teme lo peor.Y si piden investigar otros teléfonos más allá del de María Cantero, la ex secretaria de Alberto Fernández? Acá no queda nadie", dijo en voz baja un viejo dirigente peronista que supo integrar en el pasado la grilla de los denominados "barones del conurbano". La lluvia ácida llega para todos.
La causa por los seguros puede arrastrar a varios ex colaboradores de Alberto Fernández. Hasta Gabriel Katopodis, que había salido del gobierno nacional con un pasaporte de imagen muy favorable comparado con su antecesor en un gobierno kirchnerista como lo fue Julio De Vido, también hoy queda quedó bajo sospecha de manipular la burocracia interna para favorecer al bróker de seguros Martínez Sosa, el esposo de la secretaria privada de Alberto Fernández, María Cantero.
“Tendríamos que haber roto todos los teléfonos menos el de Cristina”, ironizaba un importante conocedor de la política bonaerense y que tiene asiento ocasional por General San Martín y otros municipios del Gran Buenos Aires con los que también, a veces, trafica sus buenas influencias. Fernández de Kirchner, en Ensenada, hace un año ironizaba que ella podía mostrar el suyo en el peor momento de Alberto Fernández.
La referencia al ex intendente de General San Martín y actual ministro de Axel Kicillof no fue casual ni antojadiza. Sobre él siempre existió, y persiste, una imagen de honestidad poco común que ahora entró en debate, precedido, fundamentalmente, por el hecho que un ex presidente del Concejo Deliberante del PJ de su localidad apareció cobrando con un puñado de tarjetas de débito contratos que no le pertenecían. Por ese tema el afectado terminó siendo su sucesor. Se trata de Fernando Moreira.
Ahora, con Fernández como actor principal de la historia, es la violencia física sobre una mujer y la desintegración de la estatura moral de un presidente, el vértice del sistema institucional y político de un país con un sistema democrático. Esa factura llegará para todo el peronismo más temprano que tarde. Se la hará llegar la gente. El ciudadano común. Lo saben todos. Lo lamentan todos, pero el peronismo tarde o temprano deberá barajar y dar de vuelta, pedir disculpas y sacarse de encima el barro que lo salpica. La renovación es un camino inexorable. Caso contrario, volverán las mismas pestes", finalizó el analista.