
por Redacción
En La Plata el clima radical está complicado. La actual conducción partidaria, liderada por Pablo Nicoletti, es sospechada por sus detractores por exagerados buenos gestos hacia el intendente peronista Julio Alak, y encima la elección de este martes en el Senado, en donde el jefe partidario y senador nacional, Martín Lousteau, accede a la Bicameral de Inteligencia con el apoyo de la expresidenta Cristina Kirchner, crea un clima de malestar y sospecha desproporcionado.
Hasta el momento, además de la posibilidad de la reelección de Nicoletti al frente de la Junta Central, una amplia gama de grupos internos lo desafían, y la mayoría de ellos están relacionados con el senador nacional y titular del Comité Provincia, Maximiliano Abad.
En ese marco, algunos adversarios partidarios decían esta tarde: “era inocultable el coqueteo con Alak, porque de hecho en La Plata la UCR de Nicoletti es muy tibia, y ahora está lo de Lousteau. En el oficialismo radical local tendrán fierros, pero el discurso lo perdieron hace rato y ahora más. Si son coherentes con ellos mismos van a tener que ponerle el número 125 a la lista”.
Hay que ver como termina repercutiendo esta cuestión de Lousteau abrazado de nuevo con el kirchnerismo, vínculo que nunca rompió del todo, ni siquiera al finalizar su ciclo como ministro de Economía de Cristina Kirchner.