
por Redacción
Los resultados presentados por el IPEA representan los mayores niveles desde el inicio de la serie histórica en 2012, con aumentos del 1,7 y 3,0 por ciento, respectivamente, en comparación con el mismo período del año anterior. El empleo formal también mostró crecimiento con un alza del 4,0 por ciento frente al segundo trimestre de 2023.
El Catastro General de Empleados y Desempleados registró la creación en un año de 1,7 millones de nuevos empleos con contrato formal, lo que representa un aumento del 3,8 por ciento en el período y confirma una tendencia alza. En cuanto a la tasa de desocupación, el indicador alcanzó su nivel más bajo desde el cuarto trimestre de 2014, al caer al 6,9 por ciento.
Las caídas fueron significativas en diversas categorías, excepto en el análisis por género, al tiempo que las reducciones en el desempleo contribuyeron a disminuir las desigualdades dentro de cada grupo.
Entre los sectores de la economía alza destacaron el transporte (7,5 por ciento), la informática (7,5 por ciento) y los servicios personales (5,7 por ciento).
De acuerdo con el BMT, el crecimiento del empleo formal se supervisa en la mayoría de los sectores contemplados, excepto el agropecuario con una disminución del 3,8 por ciento, los servicios domésticos con un descenso del 3,3 por ciento y los servicios públicos. con una baja del 0,1 por ciento.
A su vez, el ingreso medio también creció en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, con un aumento real del 5,8 por ciento, al cerrar el trimestre de referencia en 3.214 reales (unos 576 dólares) .
Pero a pesar de los avances, los investigadores advierten sobre algunos desafíos que aún son motivo de preocupación como la subocupación.
Para los autores del estudio es crucial entender por qué el número de personas inactivas aún es tan elevado, al totalizar 66,7 millones de personas fuera de la fuerza laboral, entre ellas 3,2 millones que desistieron de buscar empleo, un grupo que debería ser prioritario para la reintegración al mercado laboral.
Otro punto de preocupación es el sector agropecuario que registró su novena reducción consecutiva entre la población ocupada en el país sudamericano.
Los problemas estructurales continúan también con un impacto en el mercado laboral, pues muchos trabajadores aún se encuentran atrapados en empleos informales, sin acceso a protección social y laboral.
Otros desafíos críticos son las desigualdades regionales en Brasil, así como de género, etnia, edad y escolaridad, tanto en términos de oportunidades de inclusión productiva,como de ingreso medio mensual.