
por Jorge Joury*
"El periodismo ya no es más el cuarto poder", salió a decir Patricia Bullrich en la misma dirección, olvidándose de por quién llegó a uno de los lugares más altos de la política después de desfilar por todos los medios.
Hay que aclarar que Milei no tiene un 678 en la TV pública, como lo había en el kirchnerismo, pero sí cuenta con una corte de periodistas que son sus preferidos a quienes les da reportajes sin la posibilidad de repreguntas. No son tantos, y entre ellos se destacan Alejandro Fantino, Jonatan Viale, Pablo Rossi, Luis Majul y Esteban Trebucq. Con ellos el Presidente se siente como pez en el agua porque no lo incomodan.
El último ataque del Presidente a los medios fue cuando expresó que el 85% del periodismo miente todo el tiempo. Y además volvió a cargar contra Marcelo Bonelli y sumó a sus críticas a Sergio Rubín, otro periodista del Grupo Clarín. A ambos los acusa de información incorrecta respecto de la salida del secretario de Salud, Miguel Russo.
"Sergio Rubín también es corresponsable de la mentira de Bonelli, respecto a haber ensuciado al doctor Russo", dijo el Presidente en una entrevista con el canal de streaming Neura.
Altamente preocupado porque “la violencia verbal se ha instalado en la Argentina”, el politólogo Natalio Botana percibe signos de continuidad entre el presidente Javier Milei y la lógica populista “amigo/enemigo” que imperó durante el período kirchnerista.
Advierte que esa marca se refleja, por ejemplo, en las descalificaciones del líder libertario hacia la figura de Raúl Alfonsín, reconocido en todo el mundo como “el padre de la democracia en la Argentina” y vapuleado por el presidente libertario, que lo acusó de promover un “golpe de Estado contra el gobierno de Fernando de la Rúa”.
Una encuesta detectó que enojarse con periodistas afecta la imagen de Javier Milei y provoca una baja en las encuestas. No caen bien sus insultos, principalmente cuando generaliza hablando de " micrófonos ensobrados, corruptos, pedazos de soretes y haches... de p... "
Esto puede llevar a que después del insulto, sus fanáticos terminen en cualquier momento aplicando la violencia física contra los actores.
Tal vez Milei debería leer más profundamente a Alberdi, que decía que "no hay libertades absolutas, salvo la de expresión". Esta película del odio hacia la prensa ya la vimos con el kirchnerismo. Recordemos cuando Néstor se preguntaba: ¿Qué te pasa Clarín? y ordenaba manifestaciones contra conocidos periodistas cuyas fotografías también recibían escupitajos en las marchas.
Pero ahora se sabe que los agravios a los periodistas están afectando la imagen del Presidente. La última encuesta bimestral de la Universidad de San Andrés muestra que apenas el 16 por ciento de los argentinos aprueba las reacciones furiosas del Presidente contra los medios.
La encuesta salió a preguntar “¿cuál es tu opinión respecto a las reacciones del gobierno con los periodistas que lo critican?” y solo esa ínfima minoría cree que está “bien” o “muy bien”. Para el 70 por ciento, está directamente mal o muy mal.
El sondeo de San Andrés muestra que el rechazo a los enojos del Presidente con la prensa es transversal a toda la sociedad. Exactamente la mitad de sus votantes de la primera vuelta de octubre del año pasado desaprueba los enojos de Milei con los medios. Sólo un tercio de ese núcleo duro se define a favor de las diatribas presidenciales contra el periodismo.
Otra de las cuestiones que se determinaron es que tampoco caen bien los enojos con los periodistas en sus votantes juveniles de la generación Z -o sub 27- entre los que está el mayor caudal de electores libertarios: a apenas 17 por ciento de los jóvenes le caen bien los enojos del Presidente con los medios. Previsiblemente, entre los “viejos meados” (mayores de 60), el maltrato verbal a los periodistas cae peor todavía: solo el 12 por ciento lo aprueba, contra 82 por ciento que lo rechaza. No hay grandes diferencias entre las diversas clases sociales ni entre hombres y mujeres: no caen bien las diatribas contra los medios.
Lo cierto es que octubre está mostrando nuevas caídas en las encuestas para el Presidente, lo cual hace sonar alarmas en la Casa Rosada.
Algunas consultoras, a las que Milei también condenó en el acto de Parque Lezama, hablan de una caída de más de 10 puntos, pero en el oficialismo lo niegan y dicen que "es normal que haya perdido 4" y confían en que volverá a levantar cuando surtan efecto las medidas económicas. Hoy la que está al tope de las preferencias, por encima del 50%, es la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Mientras tanto, el mar de agravios es interminable: “Ensobrados”, “mentirosos”, “ignorantes”, “divulgadores de fake news”: Javier Milei nunca duda en ventilar su bronca contra los periodistas que lo critican. Desde su filosa cuenta de X (Twitter), cuando ataca lo sigue un séquito de fanáticos y -sobre todo- muchos trolls que replican sus diatribas.
Además, este Gobierno vuelve a usar a la publicidad en forma discriminatoria a través de empresas con control estatal, como YPF y Aerolíneas Argentinas, o un banco oficial como el Nación. Lo hace con la misma lógica pasada de utilizar dinero público para premiar y castigar a los medios.
El propio Milei abusa del poder del Estado para señalar con nombre y apellido a medios y periodistas críticos como Jorge Lanata, Joaquín Morales Solá, María O’Donnell, Marcelo Longobardi, María Laura Santillán, Ernesto Tenembaum, Jorge Fernández Díaz, Carlos Pagni, Silvia Mercado, Hugo Alconada Mon, Diego Leuco, Romina Manguel, Alejandro Alfie y Luciana Geuna, entre muchos otros.
En los últimos días, también el mandatario cargó contra el periodista Marcelo Bonelli, a quien ya apuntó en varias oportunidades, y contra el canal Crónica TV.
En cuanto a Bonelli, Milei tomó un extracto de una entrevista que realizó sobre la situación del Hospital Bonaparte, donde tomó palabras del personal de que lo quieren cerrar, y arremetió con un tuit de la cuenta Escuela Austríaca de Economía, que publica contenido libertario. Allí indicó: “Que quede claro, el Gobierno nunca dijo que iba a cerrar el hospital. Pero desde los medios ensobrados y los políticos que buscan a toda costa tumbar a Milei para seguir robándole a los argentinos quisieron instalar esa noticia falsa”.
Tras ello el Presidente acotó en un mensaje dirigido al Foro de Periodismo Argentino (Fopea), al que critica de manera asidua, y en referencia a Bonelli: “¿Qué se le puede decir a un mentiroso serial (siempre con mismo sesgo) sin que ustedes se pongan a llorar por ataque a la libertad de expresión? En caso de que no se le pueda decir nada, ¿ustedes tienen privilegios por los que no se puede desarmar sus operetas? ¡CIAO!”.
No fue solo eso. Más temprano utilizó un recorte de Crónica TV, donde se analizaba una factura de luz que les había mandado un televidente con un saldo de $39.000, pero $32.000 de deuda del mes anterior. Hablaban, mientras, de la preocupación de las clases media y baja por las subas en los servicios que efectivamente se produjeron durante esta gestión.
Entonces, el Presidente tomó un mensaje de la cuenta Hippies con Osde, que también postea a favor del Gobierno. “Así operan los medios en contra de Milei. Agarran una factura de $39.000 y hacen un escándalo sin chequear que tenía una deuda de $32.000. Cuando se dan cuenta, en lugar de recular, la ‘periodista’ concluye que pagar 7000 pesos de luz es un flagelo”, indicaron desde ese usuario.
Por este episodio el líder libertario le dirigió otro dardo a Fopea. “¿Qué hacemos cuando los periodistas mienten así? ¿Les puedo decir ‘mentirosos’ sin que lloren una suerte de persecución? Pregunto porque jamás he visto a un periodista rectificarse de sus mentiras. ¡CIAO!”, sostuvo.
Detrás del imponente aparato de comunicación de la Casa Rosada muchos ponen una lupa sobre Manuel Adorni, del que se sospecha que es el mayor articulador en los mensajes contra la prensa. Su ascenso a la categoría de ministro coronó un proceso de asignación de recursos y de estructura que se inició con la gestión. Hoy la caja de la vocería asciende a más de 260 millones de pesos por mes que se van en unos 190 contratos de todo tipo y color. Eso sin contar su propio sueldo del funcionario, que también creció hasta rondar los 4 millones.Antes de ser promovido, Adorni ya contaba con más directores a su cargo que áreas sociales sensibles del Gobierno.
Los sueldos que paga el vocero a su staff oscilan al mes de septiembre (de acuerdo a la escala salarial del Sistema Nacional de Empleo Público) entre los 900 mil pesos para las categorías más bajas hasta los 3,5 millones para los directores generales y nacionales, que los tiene y de sobra: son 7 en total. Algunas áreas muy sensibles de la gestión, por ejemplo, como la Subsecretaría de Políticas Sociales --que depende del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello--, cuenta apenas con 3, menos de la mitad.
Adorni también dispone de una flota de dos choferes, a los que a partir de ahora podrá sumarle custodios, como los que tienen todos los ministros. Incluso tendrá vía libre para seguir agigantando el elefante blanco que controla. Hasta antes de ser promovido, el vocero dependía burocráticamente de la secretaría general de la presidencia de Karina Milei, quien en última instancia ponía la firma de las contrataciones. Ahora tiene plena autonomía y la lapicera es únicamente suya.
Un dato no menor es que también pasará a controlar la famosa "caja chica" de todo ministerio, fondos disponibles para todo tipo de gasto corriente. "Es lo que corresponde por las responsabilidades que tiene", justificaron en Casa Rosada, aunque también daban a entender que más allá del ascenso "administrativo", Adorni también consiguió uno más bien político. Desde hace meses se especula, además, con su posible candidatura como diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires el año que viene.
Si tanto pregona la libertad como la fundamental de sus banderas, el Presidente debería entender que la primera de las libertades es la de prensa, porque sin ella no podrían existir las otras libertades. Debe entender el jefe de Estado que ningún periodismo serio será nunca ciegamente simpatizante de un gobierno porque perdería su razón de ser.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".
Foto interior: Milei con Esteban Trebucq, Luis Majul y Pablo Rossi. | Cedoc Perfil