
por Redacción
El analista añadió que :" Frente a ese escenario el kirchnerismo prepara una puesta en escena frente a Comodoro Py, donde habrá una clase pública c on el agregado de enviados de Brasil del presidente Lula da Silva.
Diversas organizaciones sociales y militantes kirchneristas se reunirán en las puertas de Comodoro Py para visibilizar lo que consideran una persecución judicial contra Cristina.
En este contexto, se hará una clase pública titulada "CFK, el poder real y la mafia judicial: un caso de estudio de lawfare". En la actividad participarán figuras como el abogado Juan Grabois, el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Juan Martín Mena, y la periodista brasileña Manuela Dávila, entre otros.
El objetivo de la actividad es denunciar lo que los organizadores consideran un proceso judicial espurio, que busca proscribir políticamente a Cristina Kirchner, a través de lo que ellos identifican como lawfare: una estrategia judicial que utiliza los tribunales para debilitar a opositores políticos. Para los convocantes, la causa Vialidad es solo un capítulo dentro de un plan más amplio para deslegitimar a la ex presidenta y bloquear su posible retorno al poder.
Este miércoles 13, los jueces Gustavo Hornos, Diego Borinsky y Diego Barroetaveña serán los encargados de dar a conocer la sentencia. En la segunda semana del mes pasado y minutos después de que casación convocara a la audiencia para la lectura del fallo sobre “Vialidad”, Cristina Kirchner empezó a abrir el paraguas y montó a través de La Cámpora el operativo clamor para postularse a la jefatura del PJ Nacional y, con esa maniobra, volver a tener la centralidad del peronismo, para que sea advertido por los jueces que la están por condenar y se la vea como la jefa de la oposición.
En su análisis político y personal, la ex presidenta está convencida de la teoría del “lawfare”. Al menos, es el argumento que mejor le cuajó para contrarrestar la batería de investigaciones judiciales y los expedientes que se acumularon en los tribunales federales. Fue la tesis a la que apeló después de que el fiscal Luciani pidiera seis años de prisión y su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en el marco de la causa “Vialidad”, y el razonamiento público que volverá a manotear en estos días frente al inminente fallo de casación.Crisztina a partir de ahora ha puesto en marcha un plan que abarcará su futuro electoral y atravesará a todo el peronismo. ¿Jugará o no jugará el año que viene? ¿Habrá solo una lapicera para armar las listas? ¿Qué rol tendrá Axel Kicillof? ¿Y Máximo Kirchner? ¿Si ella compite, también competirá Sergio Massa? CFK va a marcar el eje del debate interno. Con ella o sin ella. La magnitud de su figura, aún desgastada, ordenará la discusión a su alrededor.
Sus detractores internos aseguran que su presencia en el escenario político es una de las mejores noticias que ha recibido Javier Milei en el último tiempo. La ex mandataria sigue teniendo un fuerte nivel de rechazo en las encuestas y el Presidente la ha elegido como su principal enemiga pública en varias oportunidades. Prefiere la confrontación con ella. La elige. Está seguro que le suma más de lo que le resta.
El salto de Cristina Kirchner al conurbano bonaerense, donde mantiene su caudal político, es una muestra clara y precisa de lo que será su agenda política en los próximos meses, del lugar que ocupará en la vida interna del peronismo y del manejo de la especulación que hará respecto a la posibilidad de que sea candidata a diputada nacional el año que viene.
La ex presidenta empezó a acumular actividades en la provincia de Buenos Aires como si estuviera llevando adelante una campaña electoral. Quizás así sea. Nadie lo puede confirmar ahora. Un intendente bonaerense con largo recorrido lo explicó con simpleza: “Va a ser candidata hasta último momento. Así mantiene a todos mirándola hasta el final”.
En los tribunales, y en despachos políticos, corren las versiones en torno al rol que podría encarar la ex jefa de Estado en las elecciones de medio término, las primeras de la era libertaria. Por su decisión de candidatearse, y quedarse, con la presidencia del PJ -una definición inédita, según su historia política, ya que siempre renegó de la formalidad del peronismo-, se especula con una posible candidatura a encabezar una lista de diputados por la provincia de Buenos Aires en el 2025. Y si las circunstancias se dan, una posible fórmula con Kicillof como vice para el 2027.
En ese sentido, la eventual resolución de la Cámara de Casación en torno a la inhabilitación perpetua para el ejercicio de la función pública abre un abanico de conjeturas de cara al futuro político y electoral de la ex mandataria. De confirmarse la información judicial la semana próxima, los abogados de Cristina Kirchner presentarán un recurso extraordinario ante la cámara, que puede conceder y habilitar esa vía o bien rechazarlo y dar pie a la defensa de la ex jefa de Estado para que recurra en queja a la Corte Suprema, sin plazo de resolución.
En ese plano, la biblioteca jurídica entra en un terreno pantanoso: por la discusión en torno a si la resolución de cámara queda firme o no, y por el debate acerca de si esa decisión del máximo tribunal penal está en condiciones o no de ser ejecutada. Es una consideración que la Corte resolvió años atrás en el fallo Olariaga, según algunos juristas, de manera no demasiado clara. En ese contexto, hay un acalorado debate en los tribunales. Y una serie de hipótesis en relación a la negociación que se abrió en estos meses entre la Casa Rosada y el kirchnerismo por los pliegos de los candidatos al máximo tribunal. En particular, el de Ariel Lijo. En los pasillos de tribunales se rumorea de que podría haber novedades antes de fin de año. Es una tratativa que la ex jefa de Estado sigue, y monitorea, con particular atención.
En simultáneo a la Justicia, Cristina Kirchner decidió en los últimos meses acelerar en virtud de su postulación como jefa del Partido Justicialista frente a una resistencia que estas dos semanas terminó por quebrarse por parte del gobernador Ricardo Quintela, que intentó pelearle a la ex mandataria la presidencia del peronismo sin mayores herramientas ni apoyos partidarios más que los de un grupo de dirigentes que, en un buen número, intentaron en su momento convencer en vano a Alberto Fernández a que se independizara del kirchnerismo.
La decisión de Cristina Kirchner desnudó además una disputa que exhibe la crisis en el peronismo con epicentro en la provincia de Buenos Aires: la interna con Kicillof, un dirigente que creció políticamente bajo el paraguas de la figura de la ex vicepresidenta y que quedó enfrentado en estos meses por la puja en el peronismo. El gobernador recién se pronunció en favor de CFK una vez que la Junta electoral del partido resolvió proclamar a la lista encabezada por la ex mandataria como la jefa del PJ, esta semana, y Quintela dio por cerrada la discordia. Cerca del ex ministro de Economía explicaron que, más allá de los desacuerdos, protestará públicamente por la resolución del próximo miércoles de la Justicia.
En las últimas encuestas, por caso, Cristina Kirchner empezó a aparecer como una rival cada vez más nítida del Gobierno, en tiempos de polarizaciones cada vez más extremas. En estos días, por ejemplo, en un sector del peronismo bonaerense se encargó un estudio entre afiliados del PJ -unos mil- del Gran Buenos Aires y de distritos como Córdoba y Santiago del Estero. Se preguntó por la figura más representativa en la jefatura del peronismo. Se impuso cómodamente la ex presidenta.