
por Redacción
El analista añadió que : "Las primeras espadas de Kicillof sostienen que el evento le va a servir para saber donde están parados. Los caciques de la primera y tercera sección electoral están impacientes. Advierten que el tiempo apremia y hay que salir a la cancha a juntar los votos. También evalúan que si la interna con Cristina explota van a tener que armar listas propias en los 135 municipios y en las ocho secciones electorales de la provincia. Todo indica que se tienen que preparar para una pulseada muy compleja. El encuentro de Gesell sirve para mostrar músculo político y saber quiénes van a estar parados al lado del Gobernador si en los próximos meses la interna recrudece. La importancia mayor reside en la presencia de los intendentes que, en definitiva, son los que traccionan votos en el territorio.
Antes del encuentro político habrá una pequeña recorrida por la ciudad con el intendente local, Gustavo Barrera, que es parte de su círculo político. También se inaugurarán unas viviendas y una Casa de Abrigo. Hay que señalar que la iniciativa para hacer la reunión fue del intendente Barrera, cuando unos quince días atrás se lo propuso a Kicillof.
Barrera, junto con los intendentes de Ensenada, Mario Secco de Ensenada y Jorge Ferraresi de Avellaneda, juegan cerca del Gobernador desde un primer momento. Son los que vienen poniendo la cara en público para defender la necesidad de un cambio generacional al frente del peronismo. “La alternativa y el futuro está puesto en Axel”, coinciden todos.
Si el Gobierno logra suspender o eliminar las PASO a nivel nacional, Kicillof seguirá el mismo camino en la provincia y, posteriormente, tiene pensado desdoblar la elección bonaerense. Si concreta esa idea, se desbloqueará un nuevo nivel de la extensa interna del kirchnerismo.
Quienes están cerca de Cristina sostienen que ella no se termina de convencer de que Kicillof sea capaz de romper la coalición. Creen que el gobernador tensará la soga hasta el final, pero terminará negociando la unidad. Porque si se fractura el espacio, el peronismo corre el riesgo de perder las elecciones.
Los más veteranos del peronismo sostienen que cada vez la división está más marcada. Hay algunos intendentes que aún mantienen las formas y se muerden la lengua para no criticar a Kicillof. Porque, en definitiva, es el gobernador de la provincia y le suministra recursos. Pero están esperando una eventual ruptura para cuestionarlo y jurar lealtad plena a Cristina Kirchner.
Otros jefes comunales tratan de hacer equilibrio para estar bien con las dos partes. Otros tienen posturas definidas, como los camporistas, o, en el caso de los que son del Frente Renovador, se mantienen distantes del conflicto por pedido de Sergio Massa.
En este contexto, Kicillof quiere insistir en la construcción de una alternativa al Gobierno. Su espacio territorial considera que el desdoblamiento será el momento oportuno para darle mayor visibilidad a su figura y subirlo al ring con Milei. En el cristinismo piensan lo contrario. Consideran que, sobre la base de la elección bonaerense, el peronismo debe dar una discusión nacional.
Para los especialistas, la resolución del proceso electoral llegará pronto. Mientras tanto, el Gobernador alterna mensajes políticos con recorridas de gestión, señales de autonomía de CFK con días de perfil bajo. En síntesis, Kicillof camina sobre una tela de cebolla, haciendo equilibrio, discutiendo poder hacia dentro del peronismo. Sus palabras, sus silencios y sus acciones parecen dejar en claro cuál es el plan que está durmiendo en el interior de su cabeza", finalizó el analista.