
por Redacción
El aumento en los precios de los alimentos se convirtió en un desafío significativo para muchas familias, ya que impacta directamente en su capacidad de cubrir necesidades básicas. Entre los productos que más subieron de precio durante enero, destacan el limón, con un incremento del 54,1%, seguido del tomate redondo con un 23,2%, el filet de merluza fresco con un 13,2%, y la naranja con un 8,6%.
Por otro lado, algunos alimentos experimentaron una disminución en sus precios. La papa registró una deflación del 19,5%, el zapallo anco del 10,5%, la lechuga del 6%, la cebolla del 4,1%, y la batata del 3,7%. Otros productos que también bajaron de precio incluyen el arroz blanco común con un 3,6%, el polvo para flan con un 2%, y el pollo entero con un 1,7%.
El informe del INDEC subraya la disparidad en la evolución de los precios de los alimentos, con algunos productos esenciales experimentando significativos aumentos que afectan el bolsillo de los consumidores, mientras que otros muestran reducciones que podrían brindar un alivio temporal. Esta dinámica refleja la complejidad del mercado de alimentos y la necesidad de políticas que mitiguen el impacto de la inflación en la población.
Además, el aumento del rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas acumuló un alza del 64,7% en enero respecto del mismo mes de 2024. Fue el noveno rubro que más subió en el período, detrás de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros (217,7%); Educación (168,6%); Comunicación (134,3%); Restaurantes y hoteles (99,5%); Bebidas alcohólicas y tabaco (90,7%); Transporte (90,6%); Salud (86,2%); Bienes y servicios varios, y Recreación y cultura, ambos con 74,1%.
Este escenario subraya la necesidad de soluciones integrales y sostenibles para controlar la inflación y proteger a los sectores más afectados. La coordinación entre el gobierno y los distintos sectores económicos es crucial para abordar los desafíos que presenta la inflación y asegurar una economía más equitativa y estable para todos.