Viajes rurales: una alternativa para conectar con la naturaleza

Uno de los desafíos que se presenta en la vida actual está dado por buscar paz interior, y también conocerse a uno mismo. Hace más de 2.400 años, en la antigüedad, Aristóteles solía decir que “conocerse así mismo es el principio de toda sabiduría”, ese concepto está muy vigente, y exige un espacio propio para el desarrollo personal y el crecimiento espiritual. En ese contexto, los viajes rurales empezaron a crecer significativamente en todos los continentes, convirtiéndose en la contracara de la agobiante vida cotidiana que presenta este tránsito del siglo XXI. 

Cada vez más personas buscan tener un contacto directo con lo que propone la naturaleza, y por esa vía tratar de plantear un diálogo con el ´yo interior´. De esa forma, los caminos y rutas espirituales como podrían ser el Camino de Santiago o la Vía Francígena, son algunas de las variadas experiencias repletas de paisajes emocionantes y también una invitación para el autoconocimiento.

¿Qué son los viajes rurales?

Los viajes rurales invitan al viajero a desconectarse de las exigencias rutinarias de las grandes ciudades, proponiendo una forma genuina de explorar entornos naturales. Con estos viajes, las personas pueden experimentar un sano contacto con la naturaleza, combinando la historia de los lugares, y también explorar en su interior creando un diálogo introspectivo.

Mediante estas exploraciones, se puede encontrar una sensación de bienestar integral, en donde se conjuga el equilibrio físico y emocional para orientarse a una vida más plena. Hay una cercanía muy pronunciada entre las propuestas del turismo rural y la espiritualidad, encontrando enfoques holísticos, en estos casos meditando y conectando con la naturaleza.

Se suele destacar entre quienes hicieron viajes rurales, que se presentan buenas experiencias de plenitud, como por ejemplo ventajas en la realización personal, reducción del estrés, mejoramiento del bienestar físico y la salud mental, tanto como el crecimiento personal a partir del autoconocimiento.
 
¿Qué son los viajes autoguiados?

Para una mejor conexión con la naturaleza, suelen sobresalir los viajes autoguiados, que tienen un formato en donde el viajero explora por su cuenta siguiendo la información detallada que le proporciona el agente, pero sin la necesidad de asistencia de grupo ni guías. Estos viajes alcanzaron popularidad en el norte europeo, consiguiendo experiencias exitosas por la flexibilidad que ofrecen, destacando el sentido de libertad. De esa forma, hay una combinación entre el soporte logístico de un paquete de viaje, con la independencia de una planificación autónoma.

Como se decía, las ventajas pueden estar dadas en la flexibilidad, la ausencia de horarios estrictos ni restricciones que imponen grupos o guías. También hay menores costos al prescindir de guía turístico; y al mismo tiempo la posibilidad de elegir fecha de inicio y personalizar itinerarios. Estos formatos son ideales para las personas con sentido de orientación.

Hacia un desarrollo personal

Finalmente, estas experiencias de viajes por la naturaleza proponen una posibilidad para desconectarse del estrés de la vida en ciudades, y poder reconectar con el entorno y con nosotros mismos. La agenda diaria, la rutina, las presiones en la oficina o en los estudios, pueden encontrar la tan ansiada pausa, y de esa forma el contacto no la naturaleza es el cable a tierra que tantas veces se pretende tener.

Hacer el Camino de Santiago, la Vía Francígena, el Camino de los Dioses, o el Camino Romeo Germánico, son solo algunas posibilidades, pero hay infinidades de rutas similares en toda Europa, como también en América y otros continentes. Vale la pena conectarse con uno mismo.