30/04/2025 - Edición Nº3324

Politica

Contrapoder

El dolor de ya no ser y danza con mandriles

12/04/2025 07:50 | Javier Milei últimamente la está pasando mal. Con sus caprichos, ha despertado de su letargo a la República de Madrilandia. Los mandriles, como llama a los opositores, ahora danzan y están de fiesta observando cierta debilidad del propio presidente. Para completarla, el 3.7% de la inflación de marzo potenció la incertidumbre.


por Jorge Joury *


Una de las torpezas mayores fue querer imponer los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla a la Corte, lo cual sufrió el rechazo del Senado. Otro es el desafortunado discurso sobre Malvinas y la frutilla de la torta, la foto que no pudo ser con Donald Trump. Estas cuestiones han dejado en evidencia la improvisación de las "fuerzas del cielo" para traccionar buenas señales. 

Con tantos frentes abiertos, al oficialismo se le complica el inicio de la campaña. Hay quienes sostienen que:"Por querer acelerar a fondo, Milei se comió una curva y se puso el auto de sombrero".

El empecinamiento por imponer contra viento y marea a los dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación resultó caro y terminó en la peor derrota política de la gestión libertaria, además de la renuncia de García Mansilla, que se fue después de haber firmado 215 resoluciones.
Milei atraviesa horas muy complejas. Según el último estudio de Opina Argentina, el humor social respecto del mandatario volvió a deteriorarse en los primeros días de abril: “Se acentúa la caída en la aprobación del Presidente y acumula dos meses de declive”. El informe reciente de la consultora AdHoc analizó además la conversación digital de marzo en torno al Ejecutivo, con un nivel de negatividad en torno al 53%, y una agravante difícil de digerir para el presidente: entre enero y marzo, 8 de cada 10 menciones a Karina Milei, la hermanísima, fueron negativas, vinculadas, en buena medida, a los coletazos del caso $LIBRA. Sobre este tema, la Casa Rosada sufrió otro golpe al votarse en Diputados la creación de una comisión investigadora. También avanzaron con la interpelación al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ministro de Economía, Luis Caputo, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona y el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva. Javier Milei y Karina Milei no serán interpelados por falta de consenso entre las bancadas opositoras. Dado que se trata de proyectos de resolución, no deben pasar por el Senado. Los funcionarios deberán presentarse el 22 de abril a las 14.

El golpe de Diputados no viene solo. La comisión investigadora sobre la criptomoneda nació luego de que se abrieran causas judiciales en los tribunales de la Argentina, los Estados Unidos y España. Lo que opinan los especialistas, es que una comisión investigadora que no tiene envergadura bicameral –es solo de Diputados– difícilmente pueda llegar a conclusiones más rápidas que la Justicia. No obstante, tendrá capacidad para hacer mucho ruido en un tema que afectó personalmente al Presidente. No hay que olvidar que el escándalo dejó muchos perdedores de millones de dólares y algunos, pocos, ganadores también de millones de dólares. La pregunta que el presidente Milei nunca respondió es por qué difundió esa moneda virtual y, pocas horas después, le sacó el respaldo. Ese misterioso zigzag es lo que provocó una inmediata cotización muy alta y una posterior caída abrupta en el valor de la criptomoneda. Jugaron los que tenían la información y ganaron.

Tampoco su hermana, Karina Milei, cuestionada políticamente ahora también por Mauricio Macri, explicó por qué permitió varias veces el ingreso a la Casa de Gobierno de los responsables locales y extranjeros de esa moneda que no es una moneda común y corriente. Poca gente sabe de su existencia, y menos gente sabe cómo usarlas. Demasiadas sombras, demasiado misterio en torno a ese caso judicial que ahora tomó una envergadura política imprevista

Desde la irrupción de esa fallida promoción de la criptomoneda, a mediados de febrero, el Gobierno parece haber perdido el control de la agenda. 

Y para colmo de males, Donald Trump desató una guerra comercial con su arancelazo, cuyas consecuencias ya empezamos a ver, pero que representa una especie de bomba atómica, cuyos efectos comenzarán a aflorar con el tiempo, incluso cuando se vaya definiendo qué es lo que realmente pretende con esta estrategia, si es que hay una.

Lo que se observa es que existen altas chances de que haya una recesión en Estados Unidos, y, por lo tanto, un cimbronazo en la actividad productiva global, lo cual le puede pegar a la Argentina. Y un dato muy negativo fue la inflación del 3.7% de marzo que difundió el INDEC, con el rubro alimentos promediando el 6%.

Como consecuencia inmediata, el golpe de timón de Trump se traduce en un clima de incertidumbre fenomenal en todo el planeta, y sobre todo en el mundo financiero, lo cual ha llevado al riesgo país a nivel local por encima de los 900 puntos. 
En medio de esta guerra de monedas y de tantas pálidas, Milei recibió la noticia que esperaba: el Fondo Monetario Internacional anunció que se alcanzó un acuerdo de Facilidades Extendidas por un total de USD 20.000 millones de dólares.

En el contexto de incertidumbre mundial, el equipo económico cree que el ajuste fiscal y monetario alcanza para “blindar” al plan económico, pero que necesitará un refuerzo de reservas para recapitalizar al Banco Central y le ensanche la espalda para bancar el viento de frente. Esta semana las reservas brutas del BCRA cayeron por debajo de los USD 25.000 millones. 

Otro cachetazo que recibió el gobierno durante la semana que pasó, fue el paro general de la CGT, que aunque no fue contundente, por lo menos le hizo cosquillas a la Casa Rosada. Su costo económico fue de $208.497 millones, lo que equivale a aproximadamente USD 194 millones. Esta cifra representa el 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB) del mes de abril, o el 6,4% de lo que se hubiera producido en un solo día de actividad económica. 

En este contexto, Milei se convirtió en el segundo presidente en enfrentar más rápido un tercer paro general desde la vuelta de la democracia.

La medida de fuerza le cayó a 487 días de iniciado su mandato. Solo lo supera De la Rúa, que afrontó los tres en apenas seis meses. Ambos no peronistas. Según el análisis de la Universidad Austral, a partir de la segunda huelga la impaciencia sindical suele acelerarse, excepto con el mandatario actual, que tuvo un intervalo de 334 días entre ambas fechas.

Con sus caprichos, Milei rompió además con la vicepresidenta, con la cual no habla desde hace un año, y con el PRO. Sin esas rupturas el desastre no habría ocurrido. 

El tiempo de sembrar flores se está acabando para el gobierno. Bajar la inflación en un país desquiciado fue lindo mientras duró, pero eso solo no alcanza hoy. En este contexto, Milei se encuentra en un laberinto. El Banco Central ha perdido USD 8 mil millones de reservas desde el 2 de enero y ese drenaje se fue acelerando. El riesgo país supera los 900 puntos y el atraso cambiario tensiona otras variables macroeconómicas. Pero por sobre todo, la magnitud de los problemas se agrava por la manera en que reacciona la Casa Rosada. El Gobierno se enfrenta al desafío de resetearse. Lo que funcionó el primer año, no necesariamente tiene que ocurrir en el segundo. Hace falta cambiar el discurso, bajar el tono en la discusión política y asumir un papel negociador para sacar las leyes que hacen falta para acelerar la transformación.

El Presidente se expuso a derrotas y contratiempos a fuerza de actuar por impulso. Por ejemplo, el insólito episodio Trump resaltó aún más la emergencia financiera, lo que obliga a un debate interno y a preguntarse: ¿se necesita un golpe de timón para recuperar la iniciativa?

Con este escenario, a Milei no le queda más que esperar a diciembre, cuando la nueva constitución del Congreso -producto de este año electoral- le permita sumar los votos libertarios suficientes para cumplir con sus planes.

Hoy el gobierno le tiene que poner el pecho a la primera tormenta seria que amenaza el proceso de desinflación. Milei enfrenta el peligro en la soledad a la que lo condena el método que eligió para ejercer el poder. El arrojo que hasta hace unos meses parecía abrirle todas las puertas ahora lo induce a derrotas y contratiempos impensados. La casta que ayer se encogía ante sus embates, ahora se atreve a desafiarlo. Los mercados, a los que creía haber enamorado, lo castigan con dosis ingratas de desconfianza.

Bajo amenaza, el gobierno libertario se mostró decidido a sostener el “ancla política” que significa el dólar planchado y la inflación a la baja. Resiste a fuerza de cepo y de reservas lo que llama “una cruzada devaluadora”, a la espera de que el acuerdo con el FMI devuelva el sosiego. Le toca hacerlo con su minoría parlamentaria, sin aliados permanentes y en el umbral de una sucesión de elecciones planteadas como de vida o muerte. Por último, y no menos importante, habrá que ver que nos depara el futuro con el fin del cepo cambiario. La moneda está en el aire.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".

 

Crédito foto presidente Donald Trump: agencia Xinhua