
por Jorge Joury *
El plan que se maneja en el Instituto Patria sería taponar a Kicillof la posibilidad de elegir al primer candidato a diputado provincial por la tercera sección electoral, la más poblada de todo el país, con 5 millones de electores.
Según fuentes de la Justicia Electoral, no habría impedimentos para que Cristina Kirchner sea candidata en ambas listas, aunque sí, en caso de entrar en las dos elecciones, deberá renunciar a uno de los cargos.
La eventual candidatura nacional de la expresidenta dejaría un vacío en la boleta provincial, donde hay fuertes disputas entre el gobernador y La Cámpora. De allí la nueva estrategia de Cristina para quedarse con el primer lugar sin que nadie chiste.
También hay que decir que Cristina necesita levantar vuelo porque viene de capa caída. Fue una de las grandes derrotadas del domingo pasado por el catastrófico resultado del peronismo en Salta y Jujuy, que la presidenta del PJ nacional tiene intervenidos con incondicionales que terminaron dinamitando los armados.
Las derrotas que sufrió el espacio político en Jujuy, Salta, Chaco y San Luis pintaron un cuadro de complejidades. Una imagen de las consecuencias del internismo, la falta de renovación política y la incapacidad de sellar acuerdos frente a la posibilidad de que tome volumen una ola violeta que se desparrame por todo el país.
En ese contexto, Cristina, fuertemente cuestionada por las intervenciones del PJ, intenta dar un giro en la estrategia electoral y ya empezó a dar muestras. En su mensaje por el Día del Trabajador convocó a la unidad; ordenó a los legisladores bonaerenses kirchneristas acompañar los proyectos de suspensión de las PASO y del nuevo cronograma electoral promovidos por el Ejecutivo provincial, y aceptó el desdoblamiento, no sin hacer públicas sus diferencias.
Las dudas se ciernen ahora en Axel Kicillof, y en si están a tiempo de volver a alinearlo o si la fisura es tan grande que no tiene arreglo. En su entorno creen que en la pelea mano a mano con Cristina salió fortalecido y apuestan a apuntalar el Movimiento Derecho al Futuro. Si no hay negociación posible dentro del PJ dan señales claras de estar dispuestos a ir por fuera. La búsqueda de sellos habilitados está en marcha. Ese es el mayor temor. También los cuestionamientos constantes a los que lo somete La Cámpora.
Por otra parte, la caída del proyecto de ley de Ficha Limpia, que no logró los 37 votos necesarios en el Senado, le dio alivio a Cristina al abrirle el camino para postularse nuevamente como candidata a nivel nacional, si así lo desea y como también lo añora un sector de la Casa Rosada que entiende que lo mejor para el Gobierno es competir en las urnas mano a mano con la ex presidenta.
Esta posibilidad reconfigura el escenario político del peronismo y desata una nueva interna entre el gobernador Axel Kicillof y La Cámpora por el armado de las listas.
Es que, si finalmente Cristina Kirchner decide competir a nivel nacional, dejaría vacante su lugar como primera candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral.
Esto abriría una disputa clave: La Cámpora quiere imponer al primer candidato de la lista, mientras que en la vereda de Kicillof sostienen que, por el respaldo de los intendentes al gobernador, la decisión debe pasar por él.
"En la Tercera Sección Electoral, si no es ella, nos vamos a pelear fuerte para ver quién encabeza. Cristina ordena. Si era ella, no había discusión, pero ahora La Cámpora va a querer imponer condiciones y la discusión va a ser fuerte", reflexionó un veterano dirigente bonaerense.
Kicillof pretende ubicar en ese lugar a un intendente, y entre los nombres que circulan aparece el de Mariano Cascallares, aunque por ahora no hay nada confirmado.
La puja también se da en términos de fuerza territorial: el gobernador contaría con el respaldo de 44 jefes comunales, frente a los 23 que responderían a CFK.
Entre los principales aliados de Kicillof se encuentran Cascallares (Almirante Brown), Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Julio Alak (La Plata), y Mario Secco (Ensenada.
En el ala más alineada con el kirchnerismo duro están Mayra Mendoza (Quilmes), Julián Álvarez (Lanús), Gustavo Menéndez (Merlo), Mariel Fernández (Moreno), Damián Selci (Hurlingham), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Juani Ustarroz (Mercedes).
Aunque parezca ajena a la cuestión, la interna del peronismo también se coló en la caída de Ficha Limpia en el Senado. Para el Gobierno es fundamental que la disputa entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof se mantenga viva por lo un sector de la Casa Rosada interpretó que no hubiese sido lo mejor que se apruebe el proyecto y que todo el peronismo se encolumne detrás de la figura de la expresidenta bajo el discurso de que la habían proscripto.
Para la Casa Rosada llegar a las elecciones con la disputa entre Kicillof y Cristina al rojo vivo es una estrategia funcional y si la ley se aprobaba y CFK no podía ser candidata, el peronismo —todo— se habría alineado detrás de su figura. “Nadie le puede discutir a una proscripta”, explican.
En el PRO, por su parte, acusaron con fuerza a sectores del Gobierno nacional de haber negociado con senadores de Misiones para garantizar el rechazo del proyecto y así permitir que Cristina Kirchner pueda competir en las próximas elecciones.
En el plano judicial, si la Corte rechaza el recurso de queja de Cristina Kirchner, que pide su absolución, y el planteo del fiscal de Casación Mario Villar, que con el apoyo del procurador Casal pide duplicar su condena a 12 años, la sentencia quedara firme y la ex presidenta no podría ser candidata. Ahí se termina la discusión
Si, por el contrario, la Corte Suprema abre los recursos de queja, la solución del caso se dilatará, pues la causa regresaría a la Cámara de Casación para que dicte una nueva sentencia.
Frente a este cuadro de situación: ¿Es entonces Cristina parte del pasado? Las cosas no son tan sencillas. Sigue siendo la dirigente opositora que más mide y tiene una chance real de ganar la provincia de Buenos Aires, que concentra el 40% del padrón nacional. Su método de conducción hoy no parece eficaz, pero el vínculo con una porción importante de la sociedad sigue vigente.
Es increíble cómo se repiten las situaciones. Cristina ingresó en la política grande al derrotar a Duhalde, que desde el enorme poder de la provincia de Buenos Aires pretendía condicionar a todo el peronismo y al gobierno. Hoy, dos décadas después, Cristina es Duhalde. Su poder y su corralito es la provincia. A ella, que surgió de la olvidada Santa Cruz, hoy el peronismo del interior la ve más como una amenaza, que como la puerta para recuperar el poder.
Cómo terminará esta historia, nadie lo sabe. Cristina está viva para la competencia, gracias al gobierno que quiere polarizar con ella. No es aún parte del pasado como algunos sueñan.
Por estas horas muchos se preguntan: ¿Puede ser Kicillof la cara de una renovación peronista que deje atrás los años kirchneristas? Es demasiado pronto para saberlo, pero el resultado de la próxima interna bonaerense es posible que sea también la definición de su futuro político.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".