"Hay cautela sobre el efecto canuto", dijo Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

El analista añadió que :"Lo que se sabe además es que se está trabajando desde el Banco Central para acomodar los sistemas de las tarjetas de crédito, porque tienen toda una ingeniería detrás. Pero para que también pueda haber compras con tarjeta de crédito en dólares y también en cuotas.
Sobre el consumo, las operaciones para productos de la diaria, como el supermercado, los gastos no serán reportados a ARCA porque no implican aumento patrimonial. "No te va a pasar que vas al súper, gastas $ 100 mil y tenés que mostrar tu DNI o te dividen los tickets", aclaró el ministro Caputo.
Como los ciudadanos, los bancos también tienen muchas expectativas sobre los anuncios. Sin embargo, ya conocidas las intenciones oficiales, ahora con mayor cautela esperan por la letra chica de las regulaciones.
Por lo que pudo saberse a nivel de sucursales, fueron varias las entidades que confirmaron que no hubo ningún movimiento excepcional en la jornada del viernes. Si bien el Gobierno no obligaría a bancarizar los ahorros antes de usarlos, una de las posibilidades que abrió Caputo es simplemente hacer el depósito de efectivo sin pasar por el radar de ARCA (hasta $50 millones) y luego usarlo electrónicamente.
A esta hora, con las medidas publicadas en el Boletín Oficial, Caputo lo que hace es militar personalmente la confianza en los tenedores de dólares bajo el colchón para que los saquen sin miedo. El objetivo son los ahorristas moderados, esos que si se animan, gastarán sus fondos en negro y le implementarán movimiento a la economía y dólares al mercado. A los más duros, parece difícil tentarlos hasta que no se produzca la pata legislativa de este lanzamiento. Está claro que si no hay una modificación de la Ley Penal Tributaria, el Gobierno no puede garantizar que una gestión de otro color político no persiga a los que ponen su plata en el sistema.
Mientras tanto, Milei está dejando en claro que no se dejará trabar por demandas de institucionalidad. El presidente está lanzado a ofrecer soluciones vistosas, ya, ahora mismo. La prueba palpable es su fuerte arremetida hacia el canuto.
El mejor ejemplo lo tenemos en el lunes postelectoral en plena resaca de la victoria, Milei allí  salió fuerte a instalar la idea de que quienes eludieron el peso del impuesto inflacionario encanutando verdes merecen un reconocimiento, una suerte de homenaje. El líder libertario jugó al límite y aseguró que no es de su incumbencia cómo se consiguieron esos dólares y aclaró que no está para perseguir delincuentes sino para liberar a los argentinos. De esta manera le bajó el precio a los contribuyentes porque necesita  conquistar a los que sobreviven en la informalidad. A los evasores seriales ya los tiene bajo el radar del ARCA.
Es por eso que el Ministerio de Economía busca mayor circulación de ahorros en divisas que están fuera de los bancos, a través de reducir el control de información automática, para estimular lo que en el mercado llaman "consumo reprimido". 
Lo más novedoso de este plan pasa por haber desmontado los rigurosos regímenes de información que exigían a bancos, escribanos, contadores y comerciantes comunicar a los organismos de contralor prácticamente cualquier operación comercial o financiera aun cuando se tratara de montos poco significativos.
 No pocos economistas y tributaristas coinciden en que la lección que se aprendió, después de décadas de intervencionismo y exceso de regulaciones por parte del Estado, es que cuando se pretende controlar todo, se termina no controlando nada y los grandes evasores y lavadores de dinero disfrutan de un festín.
A lo que se apunta por estas horas es a fomentar el uso de dólares no declarados, que el Gobierno estima en 200 mil millones de dólares, tanto en efectivo o en cuentas offshore.
 "Canuto", un clásico de la argentinidad, en el lunfardo remite al ahorro que se oculta, a esa reserva de dinero, que los desconfiados y precavidos guardan en físico para usar en un momento adecuado
A través de los años solíamos escuchar: "La cosa está brava, hay que hacer canuto por si se viene la noche".
A esta altura del debate importa aclarar que no todos los dólares colchoneros son negros. Algunos son grises. No todo lo encanutado es recurso ganado en la informalidad.
Están los que llevaron a verde el dinero blanco para prevenirse de una devaluación, los que escondieron en latas de galletitas y alacenas sus escasísimos ahorros. No son todos, claro.
El plan “colchón” no solo alivia a los sectores medios altos, que supieron y pudieron hacerse de un canuto suculento, también es celebrado por la clase media en vertiginoso descenso que no se resigna a caer. También alivia a ese pequeño ahorrista, previsor y perseguido, al que interpela el mandato libertario con esta medida tan extrema como, para muchos, controvertida.
Lo que resta saber es si esta llamada del oficialismo logra movilizar la lógica tan arraigada en la cultura nac and pop que reza: "El canuto es el canuto".
La expresión típica del dicho popular reafirma un convencimiento: el canuto es sagrado, lo que se guarda no se toca, es plata que está fuera del sistema que no se invierte a la ligera y no se confiesa que se tiene.
Los especialistas en derecho tributario recomiendan esperar. Hace falta conocer la letra chica del anuncio y las leyes que garantizarán no exponerse a futuros sobresaltos como ocurrió durante la convertibilidad", finalizó el analista.