23/07/2025 - Edición Nº3408

Sociedad

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Una postal del pasado, una ventana al mañana: el atractivo sostenido de Egipto y Dubái

21/07/2025 09:47 | Algunos destinos no necesitan reinventarse para seguir en el mapa. No son tendencia: son permanencia. Están ahí, ofreciendo una experiencia que se sostiene incluso cuando cambian los estilos de viaje, los gustos de época o las plataformas que los promocionan. Egipto y Dubái, desde extremos simbólicos opuestos, comparten ese tipo de atractivo que no se agota. El primero, por la carga cultural que atraviesa siglos. El segundo, por su capacidad de leer lo que viene y adaptarse antes que nadie.


por Redacción


Viajar a cualquiera de los dos (o a ambos) es entrar en un espacio donde el presente convive con otras escalas temporales.

Egipto: más allá de lo monumental

El paso del tiempo no ha desgastado el magnetismo de Egipto. Al contrario. Hoy, cuando abundan las experiencias diseñadas para impresionar en segundos, este destino sigue proponiendo una inmersión que no se puede condensar en una imagen o un video.

Las pirámides, los templos de Luxor, Abu Simbel, el Museo Egipcio o la mezquita de Mohamed Alí no solo siguen en pie: siguen hablando. Son espacios que exigen un ritmo distinto, una atención menos fragmentada. Y ese es parte de su atractivo. En un mundo hiperacelerado, Egipto resiste con su propio compás.
Más de 17 millones de viajeros internacionales lo visitaron en 2024, consolidándolo como uno de los países más elegidos del norte de África [1]. Esa cifra no es reflejo de una moda pasajera, sino de una persistencia sostenida. No hay algoritmo que lo haya puesto en primer plano: su peso simbólico lo mantiene ahí.

Un destino que también crece hacia adelante

Pero Egipto no se limita a preservar su pasado. Lo habita y lo combina con desarrollo actual. La inversión hotelera en 2024 superó las 9000 nuevas habitaciones, impulsada por cadenas internacionales que apuestan por regiones históricas como Luxor, Asuán y la costa del mar Rojo [2]. Esto permite articular viajes con servicios de alta calidad, sin intervenir la esencia de los espacios que se recorren.

Los nuevos hoteles no buscan competir con los templos ni brillar más que las pirámides. Buscan alojar mejor, articular con respeto. Esa madurez en el desarrollo es la que hace que Egipto no sea solo patrimonio, sino también presente.

Dubái: anticiparse es su forma de permanecer

Si Egipto se sostiene por lo que representa, Dubái lo hace por lo que imagina. Su permanencia está en el movimiento. No hay año en el que no inaugure algo: una torre, un museo, una experiencia. Pero lejos de volverse repetitivo, el modelo dubaití encuentra su fuerza en leer el deseo del viajero contemporáneo antes de que lo formule.

Por eso no sorprende que haya cerrado 2024 con más de 18,7 millones de turistas internacionales, posicionándose como uno de los destinos más visitados del mundo árabe [3]. Pero lo más interesante es cómo reparte esa cifra: entre quienes buscan lujo, sí, pero también entre quienes se sienten atraídos por una ciudad que representa el vértice de la modernidad como ninguna otra.

Lo espectacular, sin perder la dimensión humana

Dubái podría haberse quedado en la estética del récord: el edificio más alto, la isla más grande, el shopping más impactante. Y sin embargo, empezó a reconfigurarse. El desarrollo de barrios patrimoniales como Al Fahidi, los recorridos en dhow por el Creek o la puesta en valor de los mercados tradicionales no son anécdotas. Son señales de una ciudad que entendió que no todo turista busca lo mismo, y que la diversidad no es solo una cuestión de nacionalidad, sino también de estilo de viaje.

Por eso, en Dubái hoy conviven los pisos panorámicos del Burj Khalifa con las calles tranquilas del casco antiguo. El Museo del Futuro con las rutas por el desierto. Las grandes marcas con las casas de té. Esa capacidad de integrar opuestos es la que mantiene vigente su propuesta. No se trata de elegir entre lo nuevo y lo auténtico. Se puede tener ambos, en capas superpuestas.

Un itinerario que desafía los límites del tiempo

La combinación de Egipto y Dubái en un solo viaje no solo es posible: es cada vez más frecuente. Según datos del mercado, los itinerarios que incluyen ambos destinos figuran entre los más reservados para 2025, especialmente en programas de 10 a 12 días [4]. No se trata de unir dos lugares exóticos por azar. Se trata de crear un relato donde cada uno potencia al otro.

La conexión aérea directa, las condiciones de entrada flexibles y la disponibilidad hotelera de calidad en ambos puntos hacen que la logística no sea un obstáculo. Al contrario, refuerza el atractivo del itinerario. La transición entre un crucero por el Nilo y una caminata por The Palm Jumeirah ya no es una rareza. Es una experiencia integrada.

Presente operativo, relato claro

Este tipo de propuesta se ha instalado en las programaciones de operadores mayoristas, que articulan las condiciones comerciales necesarias para que llegue al canal de venta. Tower Travel, por ejemplo, ha incorporado Egipto & Dubái a su oferta con cupos confirmados y asesoramiento especializado, permitiendo a las agencias ofrecer esta experiencia sin asumir riesgos de disponibilidad o incertidumbre de producto.

La clave está en el diseño del itinerario: que no resulte forzado, que respete los ritmos de cada lugar, que no imponga una velocidad homogénea a dos destinos tan distintos. Esa sensibilidad logística es la que transforma un viaje interesante en uno realmente memorable. En el caso de los viajeros argentinos, esta combinación se vuelve cada vez más elegida, especialmente por quienes buscan programas diferenciales que justifiquen cada tramo recorrido y permitan conocer destinos exóticos sin resignar accesibilidad ni planificación clara.

Lo que no cambia, y lo que cambia todo

Cuando se recorren lugares como estos, la pregunta no es qué se va a ver. La pregunta es cómo va a resonar eso en quien los recorre. Porque más allá de los templos o los rascacielos, más allá del relato histórico o la postal futurista, lo que queda es la vivencia.

Y en ese punto, Egipto y Dubái ofrecen algo singular: un acceso simultáneo a la profundidad y a la proyección. A lo que permanece y a lo que se adelanta. A lo que estuvo desde siempre y a lo que apenas empieza a construirse. Quizás por eso no pierden vigencia. Porque no compiten con lo nuevo. Ni con lo viejo. Compiten con el olvido. Y, hasta ahora, van ganando.

Fuentes

1.    hub.wtm.com, “WTM Travel Trends Report 2025”
2.    travelandtourworld.com, “Middle East Tourism Boom Set to Become a $350B Powerhouse”
3.    globalmediainsight.com, “Dubai Tourism Statistics 2024”
4.    tourradar.com, “Top Booked Multi-Destination Packages for 2025”
 

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