
por Redacción
“El tema del talento y las pymes no está en agenda pública, no es (hasta hoy) un asunto relevante para el talento, ni es un asunto tengan en agenda las pymes, a pesar de reconocer que es un tema estratégico y de notable importancia para la continuidad y competitividad de las pymes”, dijo Orcinoli, que enfatizó en la necesidad de diagnosticar “por qué ocurre esta desconexión entre dos mundos, el del talento y el de las pymes, que se necesitan”.
Lo que Orcinoli busca poner de manifiesto en Desconectados tiene que ver con qué argumentos tendrían las pymes para competir por el talento, a sabiendas de que se trata de un mercado dominado por las grandes empresas, y que según él está saturado de narrativas exageradas. “Hay fuertes tensiones entre comunicación y acción, es decir, entre lo que se conoce como la promesa de la marca y lo que efectivamente ocurre. Y, sobre todo, el planteo en Desconectados es “¿qué partido quieren jugar las pymes?” Si quieren competir por el talento, con qué relato, con qué argumentos, con qué propuesta de valor, y sobre todo, cómo se diferenciarían de las grandes. En definitiva, qué cosas pueden hacer las pymes lograr tener una voz protagónica y transformarse en lugares elegibles de empleo”, señaló Orcinoli.
La presentación estuvo moderada por Pablo Barassi, CEO de Integrar y director del MBA en ESEADE, quien puntualizó en la necesidad de “instalar el tema del talento como base de desarrollo sustentable de las pymes y su entorno en cualquier cadena de valor”. En ese sentido, Orcinoli hizo énfasis en que en un contexto de desregulación donde “la pelota vuelve a la empresa y donde la competitividad empresarial ya no está definida por los bienes de capital o de producción como tiempo atrás, sino más bien por el conocimiento, competir por el talento no es una opción”.
A la hora de graficar por qué las pymes y el talento no se conocen, Orcinoli subrayó que “el talento mira de reojo a la pyme, no sabe muy bien de qué se trata o no se imagina trabajando ahí. Las ve con cierta debilidad, con poco respaldo, y con escasa proyección”. Y este es un tema clave, puesto que el talento en definitiva cuando elige donde trabajar lo hace a partir de las expectativas. El talento es como los activos financieros o la inflación: se mueve por expectativas”, señaló. Y, a su vez, agregó que “al no tener las Pymes presencia en los lugares de reclutamiento, el talento difícilmente las conozca. En las principales universidades del país, las empresas pyme conveniadas para temas de pasantías, prácticas profesionales u otra modalidad no llega al 10%. Pero, ¿qué ocurre del otro lado del mostrador? En las pymes, por otro lado, al no tener en agenda el tema talento en la agenda del día a día, no conocen cuáles son sus puntos de dolor, no interpretan cuál es su metro cuadrado, es decir, qué cosas le preocupan, con que sueñan, a qué le temen, qué aspiraciones tienen, qué valoran. “Sin ese diagnóstico, no es posible edificar ninguna campaña de posicionamiento empresaria o sectorial”, dijo el autor.
A la hora de competir por el talento, Barassi destacó “la necesidad de diferenciar y hasta olvidarse de supuestos estándares de las grandes empresas, que nos llevaría a una rivalidad improductiva con las mismas”. Y ese es uno de los principales hallazgos de “Desconectados”: si bien para un 94% de los empresarios pyme sí tienen argumentos para competir por el talento, la pregunta es de qué argumentos se trata, en qué medida consolidan una propuesta de valor alternativa, y con qué relato (o contrarrelato) las pymes buscarán seducir a un talento que hoy no las conoce.