
por Redacción
Claves para elegir el calzado correcto en la montaña
Amortiguación y confort
Una de las primeras características a considerar es la amortiguación. Cada pisada implica un impacto repetitivo sobre las articulaciones, especialmente en descensos o terrenos rocosos. Una entresuela de EVA o espuma moldeada ayuda a distribuir el peso y a reducir la presión en tobillos y rodillas.
El confort también depende de cómo se adapta la zapatilla al pie. El ajuste debe ser firme, sin oprimir, y permitir un pequeño espacio en la puntera para evitar uñas golpeadas en bajadas. Los modelos con tejidos transpirables y acolchados internos generan una sensación de comodidad continua, algo clave en rutas de varias horas.
Estabilidad y tracción para terrenos exigentes
En la montaña no hay superficies uniformes. Raíces, piedras sueltas o barro son parte del paisaje. Por eso, el soporte y la estabilidad son fundamentales. Las suelas con tacos profundos, elaboradas en caucho resistente, aportan un agarre seguro incluso en pendientes resbaladizas.
Algunos fabricantes han desarrollado compuestos especiales para maximizar la tracción. En este sentido, quienes buscan confianza extra suelen elegir modelos de zapatillas Salomon para hombre, reconocidos por su tecnología Contagrip, diseñada para ofrecer adherencia en diferentes tipos de terreno. Esa capacidad de mantenerse firme, incluso en superficies húmedas o irregulares, puede marcar la diferencia entre avanzar con seguridad o caminar con precaución excesiva.
Impermeabilidad y transpirabilidad
En una jornada de trekking es muy probable enfrentarse a charcos, riachuelos o lluvias repentinas. Una zapatilla impermeable con membrana Gore-Tex o tecnologías similares protege de la entrada de agua, manteniendo los pies secos. Sin embargo, la impermeabilidad no debe ir en contra de la transpirabilidad: el sudor acumulado también genera incomodidad y aumenta el riesgo de ampollas.
Las mejores opciones combinan ambas cualidades, creando un microclima interno donde la humedad se expulsa y la protección frente a agentes externos se mantiene. Este balance es especialmente importante en climas variables o en caminatas que atraviesan distintos ecosistemas en un mismo día.
Materiales duraderos y resistentes
El trekking es una actividad que pone a prueba la resistencia del calzado. Ramas, piedras afiladas y cambios de temperatura desgastan rápidamente los materiales de baja calidad. Por eso conviene optar por capelladas de nylon balístico o cuero sintético reforzado, con punteras de goma que protejan contra impactos.
La durabilidad también depende de la suela. Cauchos de alta densidad, como Vibram o Contagrip, ofrecen una vida útil prolongada y mantienen su capacidad de agarre tras kilómetros de uso. Invertir en un par de zapatillas resistentes no solo asegura un mejor desempeño, sino que también resulta más económico a largo plazo.
Ligereza
El peso del calzado influye directamente en la fatiga. Zapatillas demasiado pesadas ralentizan el paso y consumen más energía, especialmente en travesías de varios días. Los modelos ligeros, que rondan los 350 a 400 gramos por zapatilla, permiten avanzar con mayor fluidez sin sacrificar estabilidad ni protección.
Esa ligereza no significa fragilidad. Las tecnologías actuales logran estructuras livianas pero sólidas, con placas antitorsión que refuerzan la pisada y evitan torceduras en superficies irregulares.
Detalles ergonómicos
Más allá de las características visibles, ciertos detalles marcan la comodidad real en el terreno. La lengüeta acolchada y unida al empeine evita que entren piedras o barro. El collar de la zapatilla, si está bien diseñado, brinda soporte al tobillo sin limitar la movilidad.
Asimismo, la flexibilidad de la suela debe permitir un movimiento natural, sin rigideces innecesarias, pero con la suficiente firmeza para proteger de elementos punzantes. Este equilibrio entre soporte y libertad de movimiento es clave en caminatas largas.
Diferencias de ajuste entre hombre y mujer
La morfología del pie influye de manera directa en el rendimiento. Los modelos de trekking pensados para hombres suelen ofrecer hormas más amplias en el antepié y un talón robusto, mientras que las versiones femeninas tienden a ser más estilizadas, con un arco más marcado y menor peso en su estructura. Estas diferencias no son detalles menores: elegir una horma que se adapte a la anatomía de cada persona reduce la aparición de rozaduras y mejora la estabilidad en cada paso.
Un error frecuente es dejarse llevar por el diseño o los colores y pasar por alto el ajuste. En trekking, la estética es secundaria frente a la funcionalidad. Lo que realmente importa es que el calzado acompañe el movimiento natural del pie y brinde soporte en los tramos más exigentes.
Antes de decidirse, siempre conviene probar el calzado. Caminar unos metros, sentir cómo responde la amortiguación y comprobar la firmeza de la pisada son pasos que permiten anticipar cómo se comportará en plena ruta. Este proceso se enriquece en espacios especializados, donde además de probar modelos distintos se recibe asesoramiento técnico que ayuda a encontrar el par adecuado.
En Argentina, una opción destacada es Vaypol, una cadena con larga trayectoria en el rubro deportivo. Cuenta con locales físicos en Mendoza y otras ciudades, donde es posible probar distintos modelos y recibir asesoramiento directo, además de una tienda online que facilita el acceso a su catálogo desde cualquier punto del país.
Un aliado silencioso en cada ruta
Elegir unas zapatillas de trekking adecuadas no es solo un paso previo a la aventura, es una inversión en seguridad y bienestar. Desde la amortiguación hasta la tracción, cada detalle contribuye a que la caminata sea más fluida, menos exigente para el cuerpo y más disfrutable.
El calzado correcto se convierte en un aliado silencioso que acompaña cada kilómetro, absorbe cada impacto y da firmeza en cada subida o bajada. Con ellas, el contacto con la naturaleza deja de estar condicionado por el dolor o el cansancio, y pasa a ser una experiencia plena, donde lo único que importa es el camino que se abre frente a tus pies.