
por Jorge Joury *
Por eso todos están mirando el día después, donde las preguntas abundan: ¿Se escapará el dólar? ¿Por qué el gobierno no puede juntar reservas? Desde Wall Street ponen la lupa en el escenario. El riesgo país pisa los 900 puntos y enciende una luz roja para los inversores.El 70% de los habitantes no llegan al 20 del mes, señala el especialista Guillermo Olivetto. En Washington insisten que después de octubre habrá modificaciones en la política cambiaria y el FMI va a sugerir una liberación del dólar.
Frente a este panorama, la consultora más renombrada de la City le encontró una razón. Estamos hablando de 1816, la firma de los ex Banco Mariva, Adrián Rozanski y Mariano Skladnik, que consignó que las tensiones actuales con el dólar, los bonos y el Riesgo País poco tienen que ver con lo electoral y están directamente relacionadas con la política del oficialismo. Entre otras cosas, la consultora advirtió que cualquiera que sea el resultado de las elecciones de este domingo y el 26 de octubre, habrá inexorablemente "un cambio de política cambiaria y monetaria". Lo que están advirtiendo, es un adiós a futuro al intento de flotación del dólar y la posible llegada de una devaluación, cuyas dimensiones no se advierten, destaca Página 12 y otros medios.
El Congreso además le aplicó otro duro cachetazo al Gobierno y lo debilitó: la oposición desactivó un reciente veto del Ejecutivo y reanudó la ley que declara la emergencia en discapacidad.
Esto dejó en claro que este año el Gobierno corre de atrás en materia legislativa y la oposición se está haciendo una panzada. Mientras tanto en Los Angeles Milei intentó seducir a poderosos inversionistas, pero en este momento recogió una sola siembra: hay cautela por los comicios y nadie se anima a poner un peso en el país.
Otro dato para tener en cuenta es que el cierre de la campaña mostró mucha carga de violencia que pone en duda los mecanismos legales. Se llegó al límite en que el Presidente denunció que teme que lo maten. También se vio barrabravas, muchos de ellos con causas penales, como fuerza de choque en los actos de Milei algo que va en contra de lo que pregonó. Con este marco de agresión y el riesgo país pisando los 900 puntos e impactando en la economía, es probable que las inversiones se frenen hasta que la Argentina se convierta en un país maduro y previsible. Si cada dos años en que hay elecciones, la perspectiva va a ser esta, y no se construyen políticas de Estado, estaremos anclados en la incertidumbre de por vida. Convengamos que todo esto influye en el ausentismo de la gente al comicio, ya que cada vez es mayor por el desencanto con los políticos. Hoy se discute quien roba y quien hace y quien roba y no hace, parece increíble que hayamos caído tan bajo de tener como opciones partidos de la marginalidad.
Corrientes, Junín, Lomas de Zamora donde un adoquín pasó a 10 centímetros de la cabeza de Javier Milei y Moreno, en que un periodista fue herido en la frente con una botella de vidrio cortada, fueron las expresiones de una violencia sin freno que mancha la convivencia política.
Como en las películas, un grupo de francotiradores detrás del escenario principal, dos helicópteros a baja altura sobrevolando la zona, y un sinnúmero de otros efectivos de la Policía Federal y Gendarmería también fueron parte del megaoperativo de seguridad que aguardó la llegada de Javier Milei a Moreno, uno de los grandes bastiones del peronismo en el oeste del conurbano bonaerense. Allí la pobreza aprieta y la inseguridad tiñe de sangre el territorio, pero increíblemente el kirchnerismo aún pisa fuerte.
Actualmente, los argentinos estamos asistiendo a un clima de permanentes amenazas, con discursos de odio. Y si esto baja desde las máximas autoridades de los poderes del Estado, por carácter transitivo derrama en la sociedad y la pone al borde de un ataque de nervios.
No puede haber nada más despreciable en términos de bajeza política, que el bárbaro posteo que hizo Daniel Parisi, llamado el Gordo Dan, en las redes hombre del ejército de trols libertarios. Este sujeto arremetió contra Luis Juez y su hija discapacitada: "Luis Juez le acabó adentro a una mujer que no era su esposa y tuvo una hija. No se hizo cargo de la nena hasta que la justicia lo obligó. Y ahora la usa para hacer política poniéndole palos en la rueda al plan para sacar de la miseria a los argentinos del presidente Milei", expresó.
Hasta Guillermo Francos, el jefe de Gabinete tuvo que salir a repudiar: "Me parece fuera de lugar, repudiable, no puede aceptarse de ninguna manera ni la grosería, ni la forma que se expresa, ni el fondo de la cuestión", sostuvo que no había podido hablar con Javier Milei sobre el tema porque el Presidente estaba de viaje en Estados Unidos.
Y en medio de este clima de alta toxicidad, el intento de censura del gobierno a los medios aparece como el último manotazo de un régimen sospechado de coimas que no logra salir a flote del pantano en que se ha metido por el efecto cascada de los audios de la presunta corrupción del Karinagate.
El gobierno dispara sus baterías sobre la prensa y quiere silenciarla, pero conviene aclarar que la Constitución consagra el derecho a publicar ideas sin censura previa y hasta le prohíbe al Congreso el dictado de leyes que restrinjan la libertad de prensa. Desde cualquier punto de vista muy pocas cosas son tan graves para la democracia como la censura previa.
En 40 años de democracia en muy pocas ocasiones a un juez se le ocurrió como ahora, aplicar la censura previa, que es la peor de las censuras. Y si pasamos revista al Poder Legislativo, nos topamos con espectáculos muy tristes de violencia dentro del recinto. Tenemos a la vicepresidenta Victoria Villarruel, como ninguneada, vacía de poder, como si no perteneciera a este gobierno y hasta sospechada de atentar contra él. Y como si fuera poco, también al presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem, salpicado con el escándalo del ANDIS. Y en los debates parlamentarios, el enfrentamiento al que la gente asiste es lamentable. De allí brotan discursos de odio, discursos violentos. Y si esto baja desde las máximas autoridades de estos poderes del Estado, todo va por un tobogán y derrama en la sociedad.
Un país se construye como una familia, con el padre respecto de los hijos, en un aula el maestro respecto de los alumnos. De la cabeza se derrama, se da el ejemplo.
Hoy además observamos un poder judicial totalmente debilitado. La Corte Suprema de Justicia de la Nación integrada tan solo por tres miembros que no cumple ni con la representatividad de género, ni con la representatividad por especialización técnica, porque no hay integrantes que representen las diferentes especialidades, ni tampoco representan la cuestión federal. Son los tres integrantes de la región centro, cuando nuestro país tiene un gobierno federal.
En una democracia sana, las campañas electorales son el marco donde poder desarrollar ideas y confrontarlas con argumentaciones sólidas que ayuden al votante a decidir. Lo que estamos viendo por estos días no es una compulsa de proyectos, sino una confrontación de insultos y agresiones físicas tan deleznables como peligrosas.
La polarización que hoy satura el clima público no es una anomalía ni un simple exceso, sino el síntoma de una crisis estructural y persistente.
El voto a Javier Milei en 2023, al margen de lo ideológico, fue expresión de un hartazgo social con una dirigencia que, durante muchísimos años, confundió gobierno con reparto de privilegios, gestión con propaganda, y disenso con traición. Aquella fue la respuesta mayoritaria de una ciudadanía extenuada por una cultura política forjada en la simulación, la dependencia y la impunidad. La Argentina, degradada por décadas de hegemonía populista, no eligió un proyecto, sino romper con el que estaba vigente.
Como suele suceder, en los márgenes de toda hegemonía perdida quedan los escombros del poder fugado. Y, muchas veces, quienes se dedicaron a construir autoridad sobre la base de la sumisión al líder, la supuesta doctrina infalible y el antagonismo feroz, son los primeros en recurrir a la violencia cuando el orden que los legitimaba empieza a resquebrajarse y, peor aún, amenaza con seguir manteniéndolos alejados del poder.
Es sabido que el actual gobierno ha tenido en su propio lenguaje y estilo una cuota de responsabilidad en alimentar la crispación. La épica del insulto y la descalificación del adversario en términos hirientes, no han contribuido a descomprimir el ambiente ya caldeado. El Congreso, por su parte, es una clara muestra de la chabacanería rampante que domina la escena actual. La polarización que hoy contamina la política es síntoma de la magnitud de la crisis que sufre el país.
Este domingo se pone en juego mucho más que un recambio de nombres en cargos legislativos y algunos concejos deliberantes. Está en juego nuestro proyecto de país. Para ello es necesario ir a votar, hoy más que nunca. El que no vaya, después que no se queje, la nación la construimos entre todos.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".