
por Redacción
El dato alarmante se obtuvo al analizar la información demográfica de la población residente en barrios populares. El trabajo se basó en datos oficiales del Censo Nacional 2022, en registros de defunciones del Ministerio de Salud y en los relevamientos realizados por el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap). A partir de este análisis se identificaron enormes diferencias en la composición de la población y la edad promedio de fallecimiento de los barrios populares, comparado con las estadísticas de la población general del país.
Sobre el tema, en el streaming “La vida cotidiana”, Fabricio Moschettoni habló con Rafael García Lazo, licenciado en ciencias políticas y director de Suelo para Vivir y Producir del CISUR, y Luis Porzio, director de Desarrollo e Integración productiva de la misma institución.
García Lazo definió el informe diciendo que “es un estudio que nos dieron resultados muy duros. Lo que analizamos fue, en primer lugar, la información sobre vida, edad y promedio de fallecimiento en barrios populares. Los barrios populares están identificados en Argentina por un Registro Nacional de Barrios Populares, que identifica en Argentina 6.500 barrios populares en donde habitan más de cinco millones de personas, o sea más o menos el 12% de la población. Son las villas, los asentamientos, las ocupaciones”.
“Analizamos qué pasa con esa población sin servicios básicos, e hicimos un cruce entre la población con ministerio de Salud y Censo Nacional de Hogares. Hicimos un recorte del año 2022 con una metodología muy rigurosa de análisis de datos. Ahí notamos que la gente en promedio en barrio populares vive once años menos que la media nacional, o sea que el promedio nacional es de 71 años, pero en barrios populares es de 60 años. Cuando revisamos todo vimos que no eran dos o tres años de diferencia, que también es mucho, pero eran once años menos que vive la gente de los barrios populares como promedio”, dijo.
Agregó: “no solo calculamos el promedio de edad de fallecimiento. También construimos la pirámide poblacional. En términos generales en Argentina la población cada vez vive más años, pero en los barrios populares vimos que no hay adultos mayores en relación con el promedio general, por lo tanto, vimos que esa pirámide poblacional de los barrios populares se parece o es idéntica a la pirámide poblacional del año 1914, o sea hace 111 años”
En ese contexto, Luis “Pato” Porzio, sostuvo que “creemos que la integración sociourbana de los barrios populares es una deuda histórica de la política”, y dijo que “nosotros vivimos el día a día y son las cosas que vemos, sobre todo hoy en el contexto que vivimos en el país, en donde se discute si un jubilado gana un poquito más o menos, o si los pobres podemos tener derecho a la salud. El informe muestra que en los barrios populares se vive menos, y eso nos lleva a repensarnos de manera crítica como sociedad. Estamos en el 2025 y tuvimos que salir con un informe para mostrar esta realidad cuando es algo muy notorio”.
“Los que pateamos el barrio encontramos muy pocos abuelos en las calles, muy pocos que puedan ir a la salita o estén jubilados”, dijo y sostuvo que “el informe pega muy fuerte, pero tampoco queremos decir que esto es el final, sino que hay una forma en que la vida se pueda prolongar más, y se puede mejorar teniendo servicios como agua potable, una canilla que salga agua caliente, o tirar una cadena y que esté todo bien. Acá no todas las casas tienen agua. Esa es la realidad que nos toca vivir y eso muestra el informe”, dijo.
Sobre la situación social en Mar del Plata, debido a que es oriundo de esa ciudad bonaerense, dijo que “estos últimos años la situación se fue agravando. El gobierno que tenemos, con este gobierno nacional, siguió su camino y agarró la motosierra de Javier Milei e hizo recorte. Además, se vendió la ciudad a poderosos. Nuestra ciudad es capital de desempleo hace rato. Ya no sabemos si reírnos o llorar con los datos del INDEC. Supuestamente en nuestra ciudad según el INDEC la pobreza bajó 20 puntos, pero eso no muestra lo que está pasando en los barrios porque muy pocos tienen empleo formal, y muy pocos llegan a fin de mes. Acá se cae en la economía popular para tener un plato de comida en la mesa, o muchas veces no se puede elegir qué comer porque hay que ir al comedor. Muchas familias no tienen las cuatro comidas garantizadas en el día, y eso es una locura”.
Las políticas públicas ausentes
Por su parte, García Lazo, al ser consultado sobre el espectro de políticas públicas, dijo: “recién Pato recuperaba las cuestiones más importantes, como laborales, salud o habitacionales. Si bien hay muchas áreas para abordar, nosotros tenemos mucho trabajo analizado sobre la Secretaría de Integración Sociourbana cuando estaba Fernanda Miño (2020-2023), que se realizaba políticas de integración sociourbana con obras básicas como agua, electricidad o mejoramientos para que no haya pisos de tierras (en hogares). Ese proceso ya existe y la secretaría existe e hizo simultáneamente más de 1300 obras o 250.000 mejoramientos de viviendas por lo que el camino está marcado y hay que financiar el proceso”.
“Lamentablemente ahora hay pura especulación y se ve en que timba financiera se invierte”, pero reclamó “un acuerdo mínimo social porque no puede haber personas que vivan en un piso de tierra o estar sin luz o agua. El camino es financiar el Fideicomiso de Integración Sociourbana, que este gobierno quiere cerrarlo el año que viene”, indicó.
Sobre si este es el primer informe integrador, dijo: “no es el primero pero sí dimos con un dato que es la cara de la desigualdad, y el informe es nuevo. Este es un dato que deberá conocer toda la sociedad. No es nuestro primer informe porque trabajamos temáticas de urbanismo siempre orientadas a sectores más vulnerables como para promover y demostrar que existen políticas públicas que funcionan”.
“Buscamos con estos informes construir una ciudad justa y más equitativa. Si interesa conocer la situación de barrios populares existen observatorios de la secretaría de Integración Sociourbana, y esa información es pública”, subrayó.
La calificación de barrio popular
Acerca de cómo se considera barrio popular desde lo técnico, dijo que “hay una definición para que se incluyan al Registro Nacional de Barrios Populares: un mínimo de ocho familias en las cuales la mayoría no tiene acceso a dos de tres servicios, y contamos el agua, la electricidad y las cloacas. Si hay un grupo de personas que les faltan dos de esos tres servicios y no tienen título de tierras es un barrio popular. Pero esa es definición operativa. Pero los barrios populares son las villas y los asentamientos, es otra forma de llamarlos”.
“Que no sea un privilegio bañarse con agua caliente”
En tanto, al ser consultado sobre los números de la pobreza que, según datos oficiales, bajaron en el país, Porzio retornó a su crítica anterior sobre la situación marplatense y la trasladó a un plano general: “quieren tapar el sol con la mano. Demuestran eso. Con todo lo que nos atraviesa como sociedad, con las necesidades que se incrementaron muchísimo más. Por eso hoy decía que no sabía si reírme o llorar. Es imposible que la pobreza haya bajado, y si bajó es porque hay más indigentes que pobres. Cuando aparecen estos datos uno dice, pero qué pasa que las colas en comedores son más largas que antes. Esos números son como decir que bajó la inflación. Son datos que llevan a pensar que somos Disney, y la realidad es otra. Hoy vemos que en los barrios populares se vive menos que en toda la sociedad argentina. Hay que pensar que reflexión nos deja eso de que tenemos vida más corta en barrios populares. Tenemos que lograr que no sea un privilegio bañarse con agua corriente”.
La era de la información, o desinformación
En tanto, García Lazo también hizo mención de la calidad y cantidad de datos que se consumen en la actualidad, y dijo: “vivimos en la era de la información y la big data. Hay mucha información de todo. Pero para mi Pato da con la clave, el problema es el enfoque, cuál es el dato prioritario y qué nos quieran decir. Hoy como sociedad no lamentamos que personas en barrios populares vivan once años menos, y festejamos la baja de la pobreza. La información está generada, pero tenemos que priorizar la información importante”.
“No hay que permitir que chicas y chicos vivan hacinados y vivan en piso de tierra. El dato de que personas en barrios populares vivan once años menos es indiscutible, y hay que actuar en consecuencia”, indicó.
“Tenemos que poner lo importante en primer lugar, por eso trabajamos para construir desde diferentes áreas. En este caso con información desde el Centro de Integración Sociourbano, pero también por ejemplo Pato también con sus manos trabaja en el barrio para que se mejore. Cada uno debe hacer su aporte desde donde les toque. Siempre hay excusas para invertir en mejoramientos y por eso no hay que comerse el cuento, en las chicanas. La sociedad en general debe aportar también no comiéndose el cuento cuando nos dicen que no hay que invertir en infraestructura”, sostuvo.
Un llamado a la acción
Al ser consultado sobre cómo se puede crear más conciencia, Porzio dijo: “teniendo medios de comunicación que compartan el informe, se lo digan a la gente, y también un trabajo más de base. Estamos hablando de una cuestión de vida, porque la vida se acorta, y esto es un problema grave y muy duro para la sociedad. Hoy en los barrios populares vive la parte descartada u olvidada de este país, y no se basa en solamente decir que hay un informe y mostrarlo, sino que la política también se debe hacer cargo de esto porque es para lo que están y los eligen. Entendemos que hay que sensibilizar para que nos lleve a reflexionar, y que la forma de resolverlo es con políticas públicas y Estado presente”.
Finalmente, García Lazo habló sobre los proyectos del Centro: “estamos haciendo investigaciones, por un lado, por el otro también evaluamos políticas públicas para ver el impacto de las obras de integración sociourbana. También estudiamos la situación de los loteos porque vemos que se siguen creando nuevos barrios, y para eso proponemos los lotes con servicios como políticas preventivas”, entre otros temas como cuestiones vinculadas a certificaciones sobre los lugares que habitan las personas, o temas productivos y de desarrollo comunitario.