
por Redacción
Prepararse para la experiencia completa
Caminar en Mendoza no es solo avanzar paso a paso. Implica también cierta preparación previa, tanto física como logística. La altitud puede jugar en contra de quienes no están acostumbrados, por lo que conviene iniciar con recorridos más accesibles antes de animarse a ascensos exigentes.
El tipo de calzado elegido suele ser determinante entre disfrutar de la caminata o sufrirla. Los senderos mendocinos, con piedras sueltas, pendientes abruptas y tramos de tierra floja, exigen un calzado capaz de brindar tracción, protección y comodidad. Es habitual ver a principiantes con zapatillas urbanas que terminan con tobillos resentidos o suelas desgastadas a mitad del recorrido.
Para quienes priorizan seguridad y rendimiento, optar por modelos técnicos pensados para la montaña marca la diferencia. Las zapatillas Salomon de hombre combinan ligereza con una suela diseñada para adherirse en terrenos inestables, algo que se agradece especialmente en los descensos prolongados o en ascensos donde cada paso requiere firmeza.
Paisajes de montaña que se disfrutan mejor caminando
Quebrada de Villavicencio
Uno de los atractivos más interesantes de Mendoza es que el trekking no siempre exige jornadas maratónicas ni equipo técnico complejo. En los alrededores de la ciudad capital hay senderos que combinan viñedos, quebradas y miradores con vistas espectaculares de la cordillera. La Quebrada de Villavicencio, por ejemplo, permite conocer un ecosistema particular, con flora y fauna que sorprenden a cada tramo. El recorrido se adentra en un entorno protegido, donde la caminata se vuelve una experiencia que mezcla lo deportivo con lo contemplativo.
Potrerillos
En Potrerillos, a menos de una hora de la ciudad, los caminos se abren paso entre montañas rojizas y espejos de agua turquesa. El embalse se convierte en punto de referencia para quienes buscan caminatas accesibles pero intensas, con desniveles que exigen un poco más de resistencia. La cercanía con la capital hace de esta zona un plan perfecto para escapadas de un día, aunque muchos eligen quedarse y disfrutar de la tranquilidad de la noche de montaña.
Parque Provincial Aconcagua
Hablar de trekking en Mendoza inevitablemente lleva al Parque Provincial Aconcagua. Sin embargo, no es necesario proponerse alcanzar los casi siete mil metros de la cumbre para disfrutarlo. Existen circuitos de distinta dificultad que permiten acercarse al coloso de América. El más popular es el trekking hasta la Laguna de Horcones, que ofrece un paisaje impactante en apenas un par de horas de caminata. Desde allí, el reflejo del Aconcagua sobre el agua es una postal difícil de olvidar.
Valle de Uco y cerro Manzano Histórico
El valle de Uco, conocido por sus bodegas de altura, también guarda secretos para los senderistas. Allí se encuentra el cerro Manzano Histórico, un área natural que combina historia y naturaleza. Según la tradición, fue en ese sitio donde descansó el general San Martín antes de emprender el cruce de los Andes. Hoy, el sendero que lleva a la cruz del Manzano regala panorámicas que hacen olvidar el esfuerzo de la subida.
Cordón del Plata
Otro de los puntos que sorprende en la zona es el cordón del Plata, una cadena montañosa que se impone con varias cumbres de más de 4000 metros. El ascenso al cerro Arenales o al cerro Vallecitos constituye un entrenamiento ideal para quienes más adelante planean desafíos mayores. Aquí la montaña se muestra agreste y demandante, con senderos pedregosos donde cada paso necesita firmeza y concentración.
Ilustrativa Mendoza.gob.ar
Cañón del Atuel en San Rafael
Aunque los lugares más mencionados suelen ser Potrerillos, Aconcagua o el valle de Uco, Mendoza también ofrece joyas escondidas. En el departamento de San Rafael, por ejemplo, el cañón del Atuel permite caminar entre formaciones rocosas que parecen esculpidas por un artista. Las caminatas bordeando el río mezclan colores y texturas únicas, con el plus de poder combinar la salida con actividades acuáticas como rafting.
Un lugar donde la montaña marca el ritmo
El trekking en Mendoza puede vivirse en cualquier época del año, y cada estación le otorga un carácter distinto al paisaje. Más allá del calendario, la cordillera devuelve siempre una experiencia diferente. Algunos se lanzan a probar sus fuerzas, otros buscan silencio y desconexión, y también están quienes se dejan llevar por la inmensidad sin necesidad de metas concretas. Es como si la montaña tuviera la capacidad de ajustarse al ánimo de cada caminante, ofreciendo una vivencia personalizada e irrepetible.
La preparación también forma parte de esa aventura. Contar con un buen calzado, ropa técnica adecuada y una mochila organizada permite enfocarse en lo esencial: disfrutar del recorrido. En ese sentido, contar con tiendas como Vaypol facilita mucho la organización, ya que reúnen en un solo lugar todo lo que un senderista necesita antes de encarar los caminos mendocinos.