20/10/2025 - Edición Nº3497

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Gobierno recordó a Julio Argentino Roca, símbolo de la Argentina moderna

19/10/2025 19:18 | La Casa Rosada recordó al general Julio Argentino Roca, que fue dos veces presidente de Argentina (1880-1886 y 1898-1904), convirtiéndose en líder indispensable de la nación moderna.


por Redacción


Julio Argentino Roca inauguró en 1880 un modelo político que algunos autores, como Natalio Botana, bautizaron como “régimen conservador”, que perduró hasta 1916, momento en que asumió la presidencia el radical Hipólito Yrigoyen, inaugurando el período de elecciones libres mediante la ley Sáenz Peña, promulgada en 1912 por el expresidente Roque Sáenz Peña, exponente de un roquismo reformador.

“Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios” destacó hoy la Casa Rosada utilizando palabras de Roca.

Roca llega a la presidencia de la Nación en 1880, luego del ciclo de presidencias liberales como fueron las de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda, que, en buena medida, hicieron un valioso aporte para que la Argentina moderna durante el roquismo pudiera concretarse.

Si bien el período roquista estuvo marcado por múltiples logros -como la reactivación económica en sus inicios, la capacidad de sortear crisis como la de 1890 bajo Juárez Celman, la sanción de la ley de educación común 1.420 y la integración de grandes masas de inmigrantes- también atravesó décadas de un sistema político polémico. En sus primeras etapas, el presidente designaba a sus sucesores, y con el tiempo se consolidaron prácticas como el fraude electoral y comicios de dudosa transparencia. No obstante, más allá de los cuestionamientos que puedan formularse, el roquismo representó un avance significativo en términos de estabilidad institucional, consolidando un orden político que sería la base de la Argentina moderna.

Así lo recordó el gobierno argentino

A 111 años de su paso a la inmortalidad, recordamos con respeto y reconocimiento la figura de Julio Argentino Roca, uno de los Presidentes más influyentes de la historia de la República Argentina, impulsor de profundas transformaciones. Roca falleció el 19 de octubre de 1914, a los 71 años, en la Ciudad de Buenos Aires, dejando un legado imborrable en la política nacional y en la consolidación del Estado moderno.

Roca nació en San Miguel de Tucumán el 17 de julio de 1843. Fue el tercero de nueve hermanos, cursó sus estudios en el Colegio de Concepción del Uruguay, donde se formó junto a futuros protagonistas de la vida pública nacional. Su trayectoria militar comenzó desde muy joven, participando en batallas decisivas como Cepeda, Pavón y la Guerra de la Triple Alianza, experiencias que marcaron su visión sobre la necesidad de orden y centralización en un país fragmentado por los conflictos internos.

Como Ministro de Guerra, lideró en 1879 la Campaña del Desierto, acción que consolidó la soberanía argentina sobre la Patagonia y permitió expandir el territorio nacional. Posteriormente, fue elegido Presidente en dos períodos: 1880-1886 y 1898-1904.

Durante su primer mandato, impulsó la federalización de Buenos Aires, la unificación monetaria y un ambicioso plan de obras públicas, que incluyó la expansión del sistema ferroviario, portuario y de comunicaciones. Su lema de gobierno, “Paz y Administración”, reflejó una etapa de estabilidad institucional, crecimiento económico e incorporación de inmigrantes europeos, que marcarían el perfil demográfico y productivo del país. Estas transformaciones sentaron las bases para el crecimiento económico, la integración territorial y el ingreso de la Argentina al escenario del comercio global.

En su segundo gobierno, Roca profundizó la modernización del Estado: estableció el servicio militar obligatorio, reorganizó las Fuerzas Armadas y fortaleció el rol internacional de Argentina. También reforzó la presencia nacional en la Antártida, afirmando la vocación soberana de la Argentina sobre ese territorio estratégico.

Tras su presidencia, continuó participando activamente en la vida pública, ejerciendo funciones diplomáticas en Brasil y Europa.

Julio Argentino Roca dejó una huella profunda en el proceso de construcción del Estado argentino. Su modelo político y económico transformó a la Argentina en una nación agroexportadora pujante, con proyección internacional y creciente desarrollo institucional.

Hoy, su memoria está presente en la Casa Rosada, donde se conserva su busto en el Hall de Honor, un retrato en el Salón de los Próceres y el cuadro “Retrato al Presidente Julio A. Roca” realizado por Rafael Del Villar en 1937, que se encuentra en el Museo Casa Rosada.

A 111 años de su fallecimiento, rendimos homenaje a Julio Argentino Roca, destacando su legado, su visión estratégica y su compromiso con una Nación fuerte, soberana y abierta al mundo.
 

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