por Jorge Joury *
Se toma el contexto como de vida o muerte. Pero aclaremos que los resultados de las elecciones legislativas de medio término no predicen la suerte del Gobierno durante los dos años siguientes. Hay ejemplos a tener en cuenta: El kirchnerismo perdió en 2009, pero Cristina Kirchner arrasó en 2011. Macri arrasó en 2017, pero se hundió dos años después.
Lo primero que hay que decir en el diagnóstico, es que Donal Trump dramáticamente nos colgó de una rama y puso al país en la condición de moribundo. Pero Dios es Argentino y seguramente tiene muchas más vidas más para darnos, como ha ocurrido otras veces. La intervención directa del presidente del país más poderoso le otorga a la elección legislativa nacional una resonancia mundial.
Muchos creen que fue flaco favor el que hizo el presidente norteamericano al señalar que: "Los argentinos se están muriendo" ¿Se referirá a las consecuencias de los dos años de gobierno de Milei? Lo cierto es que gane quien gane este domingo, impactará en los mercados. Y se verá hasta donde Estados Unidos está dispuesto a ayudar a Milei, además de la capacidad de supervivencia del gobierno para lo que resta.
La incertidumbre si Donald Trump dejaría de ayudar a la Argentina si pierde Milei hizo trepar al dólar por arriba de $1.500. En este contexto, los gurúes de Wall Street anticipan una devaluación casi segura para después de las elecciones.
De todas maneras, pase lo que pase, en el plano institucional el gobierno deberá barajar y dar de vuelta, resetear su gabinete y ampliar el diálogo con la oposición para hacer frente con mayor músculo político la etapa que viene.
Para ello habrá variantes. Se van de Casa Rosada el vocero Manuel Adorni y seguro la reemplazará su segundo, Javier Lanari. Paricia Bullrich sale del ministerio de Seguridad y Luis Petri del de Defensa. Ambos irán a cumplir su nuevo rol de legisladores. Se fue Mariano Cuneo Libarona de Justicia. Y el canciller Gerardo Werthein pegó un portazo antes de tiempo, cansado de padecer los malos tratos de Santiago Caputo. Lo reemplaza Pablo Quirno, hasta ahora Secretario de Finanzas y hombre de confianza del ministro de Economía, Luis Caputo.
En acto poco ético, el saliente canciller deja su cargo horas después de pasar la cuenta y haber firmado 87 designaciones que pasan a alargar la lista de nombramientos pendientes. Algunos son bastantes significativos. Por ejemplo, el traslado de Luis Kreckler como embajador ante el Reino Unido. O el de Alec Oxenford en Estados Unidos. Y uno más curioso: el del exsecretario privado de Jorge Taiana, “Gerry” Díaz Bartolomé, como cónsul general en Nueva York. La medida se volvió para atrás por decisión presidencial.
Santiago Caputo en la Jefatura de Gabinete es la jugada más audaz de Milei. Y también se anota en la pelea de los ascensos el ministro Desregulador, Federico Sturzenegger, que aspira al cargo que todavía ostenta Luis "Toto" Caputo al frente de Economía., cuestionado por la falta de resultados y la reciente suba del dólar.
Lo trascendente es que Sturzenegger ya trabaja en un nuevo plan económico para darle previsibilidad al círculo rojo, con un eje central en eliminar el actual sistema de bandas y avanzar hacia una flotación libre del peso, una medida que respalda el FMI y el Tesoro de Estados Unidos para la nueva etapa.
Hay que señalar que el ministro de Desregulación, cuenta con respaldo internacional y buena llegada a Kristalina Georgieva, quien lo incorporó al Consejo Asesor sobre Crecimiento y Emprendimiento del Fondo. Dentro del Gobierno, lo ven tarde o temprano como el reemplazo natural de Caputo, cuyo vínculo con los mercados se debilitó pese al reciente intento de apoyo del entorno de Donald Trump.
Otra de las movidas sería que el Ministerio del Interior podría quedar en manos de Diego Santilli, en reemplazo de Lisandro Catalán, quien no logró recomponer los lazos con los gobernadores. Con su llegada, el presidente busca reabrir el puente político con el PRO y, en especial, con Mauricio Macri. De todos modos son más versiones que certezas.
Los movimientos además llegarían al Congreso, donde Cristian Ritondo suena como posible reemplazante de Martín Menem en la presidencia de la Cámara de Diputados. A todas luces, será un intento por reforzar la alianza con el macrismo dentro del Parlamento.
En Seguridad, Patricia Bullrich planea dejar en su reemplazo a su actual viceministra, Alejandra Monteoliva. También se menciona para el área al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, aunque la decisión final dependerá de las negociaciones políticas con el PRO.
Mientras tanto, en el Gobierno evalúan fusionar Seguridad y Justicia bajo un solo ministerio, pero la propuesta genera resistencia por la enorme cuota de poder que concentraría. El nombre de Guillermo Montenegro aparece como opción, aunque Santiago Caputo prefiere mantener la interlocución judicial a través de su mano derecha, Sebastián Amerio.
El panorama es más incierto en Defensa, donde Luis Petri dejará su cargo para asumir su banca legislativa. Hasta ahora, nadie quiso tomar ese puesto, marcado por conflictos con los militares, bajos salarios y el vaciamiento de la obra social. Para el reemplazo el que más suena es el radical Rodrigo de Loredo
En lo que tiene que ver con las metas inmediatas, como aprobar el Presupuesto y la reforma impositiva con la baja de impuestos, la ayuda de contar el domingo con más legisladores violetas, será una de las tareas titánicas para darle mayor previsibilidad a la gestión. Y otro de los temas urticantes que más olas levantará, será la nueva reforma laboral a la que el kirchnerismo anunció que le pondrá palos en la rueda.
Pero la gran duda en lo que tiene que ver con las relaciones carnales es: ¿Ustedes se imaginan a Donal Trump generosamente poniendo un swap de 20 mil millones de dólares a cambio de nada? Nó, en el patio trasero del acuerdo, está la pretensión del Tío Donald de desembarcar por el uranio argentino. Eso le garantiza a Estados Unidos el suministro estratégico del mineral cuyo precio mundial está en pleno crecimiento y que es utilizado para las centrales nucleares que generan energía eléctrica. Además, hace que gobernadores y empresarios locales buscan reactivar yacimientos en Mendoza, Chubut y Río Negro, mientras Washington apunta a la Argentina como su proveedor clave.
En este contexto, Milei salió a decir que "si no podemos salir al mercado, haremos los pagos de deuda de 2026 con el swap". El Presidente se refirió al anuncio que realizó el Banco Central sobre la línea de financiamiento con el Tesoro de Estados Unidos. Lo que está buscando la Casa Rosada es dar certezas y despejar las dudas sobre la capacidad de pago de los vencimientos del 2026.
Otro de los temas que preocupan en la economía, es que la mayoria de las familias atraviesan un momento muy crítico, tal vez el peor de los últimos años. De acuerdo a los números del Banco Central, la morosidad en los créditos bancarios alcanzó niveles históricos. Los nuevos estudios revelan que casi nueve de cada diez hogares no logran cumplir con sus compromisos financieros. El crédito, antes motor del consumo, se transformó hoy en una trampa de la que cada vez cuesta más salir.
También conviene advertir que todo indica que el Gobierno se prepara para darle un nuevo golpe a los bolsillos luego de las elecciones. Esta vez vendrá de la mano de la "transformación" del mercado eléctrico argentino. El primer paso es dolarizar el pago a las generadoras, desplazando el peso del ajuste hacia comercios, industrias y usuarios no residenciales. En los papeles, promete "estabilidad" para los hogares; en la práctica, dispara los costos y deja todo atado a la cotización del dólar.
En el plano político, la gestión tiene el desafío de emerger a partir del lunes con nuevo ímpetu. Debe dejar de lado la costumbre de provocar pánico en los funcionarios y dejarles manos libres para actuar .Ya es suficiente con el éxodo que tuvo. Se marcharon Nicolás Posse, o, lo que es peor, la prestigiosa economista Diana Mondino, quien fue la primera canciller libertaria. No hay que olvidar además, que más de 100 funcionarios fueron despedidos durante lo que va del gobierno de Milei como en un reality de televisión.
Eso lleva a reflexionar: ¿No hay gestión o es muy mala? Tampoco existe la necesaria coordinación entre los distintos sectores del Estado porque nadie sabe cuál será la última opinión, inapelable, del Presidente. De hecho, hay legisladores oficialistas que aseguran que Milei no cuenta con la información necesaria y muchas veces no conoce la verdad sobre los números del Estado. Entonces, se pone como loco y promueve escándalos por temas que no tienen sentido económico ni financiero. Un gobierno eficiente necesita de un equipo al frente de él en condiciones de enlazar correctamente las decisiones del Estado y llevarle tranquilidad al jefe de Estado. El equipo es una ilusión que nunca existió en el gobierno de Milei. Muchos de sus colaboradores sostienen que Milei prefiere el arbitrario método de orden y mando a través de él y su hermana Karina. Y, encima de todo, están a la vista las formas presidenciales, ahora objetadas por importantes voceros de Washington, porque promueven la crispación y la fractura en el firmamento de la política.
Los indecisos es otro de los enigmas de este domingo. En esa dirección, el resultado bonaerense puede depender de quienes no levantan la voz. Los abstencionistas, lejos de ser actores pasivos, se transforman hoy en el factor más dinámico de la elección.
En un escenario donde cada punto porcentual cuenta, la Provincia de Buenos Aires vuelve a ser el epicentro de la política argentina. Y esta vez, el desenlace podría estar en manos de los desencantados, los que todavía no saben, o no quieren elegir.
En la Provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado y decisivo del país, los indecisos y los abstencionistas representan hoy un porcentaje que puede inclinar la balanza electoral. Según los últimos relevamientos, entre un 20% y un 25% de los bonaerenses aún no definió su voto o directamente evalúa no concurrir a las urnas.
Este fenómeno no es nuevo, pero en 2025 se profundiza: la volatilidad económica, el desgaste de la política tradicional y la fragmentación de la oferta electoral alimentan la incertidumbre.
La baja participación registrada en elecciones provinciales previas ya encendió alarmas en la Casa Rosada y en los nichos opositores. La apatía y la desconfianza hacia la dirigencia política aparecen como las principales razones detrás de la abstención.
Un sondeo cualitativo de las últimas horas señala que no se trata solo de desinterés. Hay muchos votantes ven en la abstención una forma de expresar rechazo al sistema político en su conjunto. En palabras de un encuestador, “la indecisión es una forma de defensa frente a un escenario que no ofrece certezas”.
El conurbano bonaerense concentra la mayor cantidad de electores y, al mismo tiempo, el mayor nivel de indecisión. Allí, los votantes que aún no eligieron candidato superan el 25% en algunos municipios, lo que convierte a esa franja en el verdadero “botín” de la campaña.
Otro tema a poner sobre la mesa es que analistas de opinión pública señalan que hubo un importante cambio en el electorado de Milei si se comparan las elecciones de 2023 con las de este año. La diferencia es que hace dos años, la mayoría de los votantes del entonces elegido presidente eran jóvenes de distintos sectores sociales que se identificaban con él por su furia, su extravagancia y su irreverencia. La mayoría de esos jóvenes, salvo los de clase media alta o alta, se fueron del equipo violeta expulsados por el estancamiento de la economía. Ahora, la mayoría de los que anuncian su voto a Milei son los antiguos votantes de Juntos por el Cambio y los antiperonistas que seguirán votando a Milei mientras exista Cristina Kirchner como su única opción. Estos votantes forman parte de la clase media alta y alta. Las clases sociales más pobres hacen menos razonamientos políticos acorralados por la escasez y la penuria. Tal conclusión es lo que hace importante la relación de Milei con Mauricio Macri, y es obvio que el Presidente lo advirtió cuando lo invitó a conversar y cambió públicamente la manera de referirse a él. La relación de Macri con el Gobierno, según quienes conocen y escuchan al ex presidente, sería más fácil si permaneciera en el Gobierno el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. “Es el mejor funcionario del Gobierno”, califica Macri a Francos. No es el mismo concepto que tiene del joven Santiago Caputo, a quien ve como un Maquiavelo en las sombras, que siempre pone palos en la rueda en la relación con el PRO.
Nada se hace sin que sea a cambio de nada: Macri también tiene entre manos conseguir la explotación de la Hidrovía, un negocio fabuloso y el deseo se transporta a las empresas de energía.
Lo cierto es que "Pintar un país de violeta" fue un sueño que el propio Milei dejó escapar en su momento, tratando de "madriles" y "degenerados fiscales" a sus opositores. Ahora deberá moderar el discurso, la única manera de generar consensos para lograr las transformaciones que el país necesita. El tiempo nuevo que asoma hablará por él.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".