por Redacción
Hay sectores vinculados a la ortodoxia “axelista” que quieren que su jefe político, el gobernador Axel Kicillof, rompa con la expresidenta Cristina Kirchner de una buena vez, y anticipando lo que será la pelea de fondo por la presidencial del 2027. “Si Axel no termina ahora con darle tanto juego a La Cámpora, nos llevan puesto”, dicen y recuerdan que “Máximo Kirchner es presidente de un PJ sin alma, y Cristina dirige el partido a nivel nacional sin una visión amplia de todo lo que ocurre en su interior. Así es imposible”.
En ese sentido, responsabilizan a Máximo y a su conducción del PJ de “tener a varios compañeros que hicieron rancho aparte con sus listas de algunos puntitos que en total nos sacaron como diez puntos. A eso sumemos la Boleta Única de Papel, y la falta de motivación real y todo fue un desastre el domingo”. Consideran que es responsabilidad de La Cámpora, y de Máximo Kirchner, que se hayan presentado listas como la del Partido Nuevo Buenos Aires, de Santiago Cúneo, Unión Federal, de Fernando Gray, el Partido Patriota Federal, de Alberto Samid, o la de Proyecto Sur de Ricardo Alfonsín. Dicen, en ese sentido, que entre esas propuestas hubo alrededor de seis puntos que se desprendieron de la propuesta central de Fuerza Patria.
Algunos intendentes, como el axelista Ricardo Alessandro, de Salto, dijo que quiere que el gobernador sea presidente, pero, dijo “con Máximo y Grabois no creo que sea potable”, según publica el sitio La Política Online. En radio 10, el ensenadense Mario Secco, dijo que la dirigencia K “se quiere limpiar el culo con nosotros”, al manifestarse molesto cuando les dicen que los intendentes no movieron lo suficiente este domingo como lo hicieron el 7 de septiembre en donde ganaron por más de 14 puntos a las nóminas libertarias.
De acá al viernes, Kicillof seguirá hablando con intendentes personalmente o por teléfono, y el viernes que viene reunirá a cuarenta jefes comunales de su espacio para hacer un diagnóstico. Se esperan encendidos discursos, pero también exigencias de cambios en la construcción política, y colocar un límite tanto a Máximo como a su Madre, Cristina Kirchner.