por Redacción
El director del Departamento de Ciencias Exactas y Naturales UBA, Jorge Daniel Stripeikis, conversó con Eduardo Feinmann en “Alguien tiene que decirlo” por Radio Mitre y abordó el problema del alto nivel de arsénico hallado en el agua en la Provincia de Buenos Aires y en otras provincias del país.
Presencia de altos niveles de arsénico en PBA
Un relevamiento del ITBA detectó concentraciones superiores a las recomendadas en siete provincias argentinas: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, Tucumán y La Pampa.
Stripeikis explicó que el mapa que analizó el agua forma parte de un proyecto de extensión de la universidad, de apoyo a la comunidad.
“Es un espacio colaborativo donde los propios habitantes del país nos remiten las aguas si tienen dudas sobre el nivel de arsénico que están consumiendo”, indicó Stripeikis.
El especialista remarcó que “analizamos el valor a través de técnicas garantizadas, le remitimos los resultados y en paralelo alimentamos el mapa” y aclaró que “el agua o la localización es individual y la muestra la acerca el vecino”.
Consultado sobre la presencia del arsénico en los acuíferos, Stripeikis indicó que el mismo se encuentra en los acuíferos subterráneos, en lo que se define como napas subterráneas de agua.
“No está en los ríos, no en los lagos, ni en todo lo que son fuentes de aguas superficiales”, remarcó antes de afirmar que “su presencia es natural ya que está ahí desde hace millones de años, cuando se formó la cordillera de los Andes, cuando había mucha erupción volcánica”.
“Las cenizas se esparcieron y consolidaron nuestro subsuelo. El agua, con el paso del tiempo, disolvió algo de estas rocas y minerales de las cenizas y ahí es donde aparece el arsénico disuelto bajo dos formas inorgánicas, las llamadas arsénico 3 y arsénico 5″, explicó.
La toxicidad del arsénico hallado en las provincias argentinas
“Las dos especies tienen diferente toxicidad, muy diferente toxicidad. El arsénico 3 es 10 veces más tóxico que el arsénico 5. Un estudio de AYSA mostró que en la Argentina, en los acuíferos nuestros, la forma que predomina es el arsénico 5, la menos tóxica, en una proporción de 9 a 1″, aclaró.
“El problema es el agua que se extrae del acuífero. Es perforar para obtener agua subterránea. Si bien los centros urbanos como CABA y los primeros cordones del Conurbano están exentos de esta problemática, porque AYSA distribuye agua segura, hay poblaciones más pequeñas y dispersas donde la única posibilidad de acceder al agua es la perforación y llegar a la napa”, advirtió.
“Nuestro organismo es muy sabio y también desarrolló un sistema de defensa, donde el arsénico pasa por el hígado, se transforma en otras formas químicas y se elimina a través de la orina. En pocos días, si el sistema metabólico funciona adecuadamente el arsénico no se acumula en el organismo”, concluyó.