por Redacción
Estas modalidades de fraude comienzan habitualmente con publicaciones o contactos directos que prometen ganancias rápidas y seguras. También, utilizan logos, nombres, dominios de correo electrónico y diseños web que imitan instituciones y/o empresas reales. A menudo, recurren al uso de la imagen de figuras públicas, celebridades o de expertos financieros para validar el fraude, destacó la entidad.
Luego de captar la atención de la víctima, los estafadores simulan operaciones financieras o bursátiles y solicitan sucesivas transferencias de dinero bajo distintos pretextos —como “impuestos”, “tasas”, “derechos” o “caídas de plataforma”— con el objetivo de prolongar el engaño.
Antes de invertir, se sugiere seguir los consejos de la Comisión Nacional de Valores.