por Redacción
"Para ganar, las empresas de IA de Estados Unidos deben tener libertad para innovar sin regulaciones engorrosas. Pero la regulación estatal excesiva frustra este imperativo", de acuerdo con la orden.
La orden argumenta que la regulación por parte de cada estado crea, por definición, un mosaico de 50 regímenes reguladores diferentes que dificultan el cumplimiento, especialmente para las empresas emergentes, y que las leyes estatales son cada vez más responsables de exigir a las entidades que incorporen "sesgos ideológicos" en sus modelos.
"Mi Administración debe actuar junto con el Congreso para garantizar que exista una norma nacional mínimamente gravosa, y no 50 normas estatales discordantes", afirma la orden.
La orden también pide a la fiscal general Pam Bondi que establezca un grupo de trabajo sobre litigios relacionados con la IA, "cuya única responsabilidad será impugnar las leyes estatales sobre IA".
Los estados que no cumplan podrían enfrentarse a sanciones económicas, incluida la pérdida del apoyo del Programa de Acceso y Despliegue de Banda Ancha, cuyo objetivo es ampliar el acceso a Internet de alta velocidad, según la orden.
La medida supone una victoria para empresas como OpenAI y Google, que han abogado contra lo que consideran requisitos normativos excesivamente estrictos.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, declaró ante el Congreso en mayo que el desarrollo de la IA en Estados Unidos no debería verse frenado por la regulación, y advirtió de que un enfoque estado por estado crearía cargas pesadas y debilitaría significativamente las capacidades de las empresas.
La CNN señaló que, en ausencia de legislación federal, algunos estados ya han aprobado leyes para abordar los posibles riesgos y daños relacionados con la IA. "A los críticos les preocupa que la presión para la desregulación permita a las empresas de IA eludir su responsabilidad en caso de que sus herramientas perjudiquen a los consumidores", señala el informe.