por Redacción
El analista añadió que: "Mientras tanto, el gobierno cree tener los votos para aprobar la reforma laboral en el Congreso y quiere acelerar el trámite. Fue fundamental el apoyo de los gobernadores, que ya han recibido de parte de la Casa Rosada los adelantos del tesoro que requerían. También empujó la presencia de la senadora Patricia Bullrich, que es la que sabe más del peronismo y sus estrategias. La CGT, las dos CTA y los movimientos sociales tomaron nota y hoy harán una movilización de repudio a la Plaza de Mayo donde piensan reunir unas 150 mil personas".
"Hace tres décadas que la Argentina no trata leyes fundamentales que nos inserten en la modernidad. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, dejó claro que la iniciativa “ se va a aplicar para los nuevos” empleos y que las relaciones anteriores tienen los derechos consagrados”.
Cordero no olvidó remarcar que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, dio una orden explícita para que “se conservaran los derechos esenciales de los trabajadores”. Hacia allí direccionó sus principales críticas el kirchnerismo que, más temprano, intentó sin éxito y a los gritos frenar la integración de las comisiones. Promete ir a la justicia, aunque el pleno es soberano y si quedara alguna duda por lo sucedido, en el recinto se podrá revalidar con votos. Sobran ejemplos recientes y del pasado.
Según las encuestas hoy el gobierno cuenta con viento a favor para llevar adelante la iniciativa. Históricamente, tocar la legislación laboral en la Argentina era considerado un “suicidio político”. Cualquier intento de flexibilización chocaba contra una pared de rechazo social amparada en la defensa de los “derechos adquiridos”.
Pero las cosas han cambiado. Una nueva encuesta de alcance nacional sugiere que, hoy, ese paradigma en la Argentina está roto: actualmente, siete de cada 10 argentinos consideran “urgente” una reforma laboral.
Además, una mayoría absoluta cree que el marco normativo vigente es un obstáculo para el crecimiento económico.
Los datos se desprenden del último informe de DC Consultores realizado entre el 6 y el 8 de diciembre de 2025 sobre 1710 casos.
Los datos de la realidad son preocupantes. Dan cuenta que en el país cierra una empresa por día y se pierden casi 400 empleos formales cada 24 horas. Hace falta revertir este panorama modernizando las leyes laborales.
Un estudio, titulado “El Estado-Estorbo: el fin de la paciencia social”, expone cómo la ciudadanía gira cada vez más hacia un pragmatismo productivo, mientras le suelta la mano a las estructuras tradicionales de protección laboral.
Ante la pregunta “¿Cuán urgente es la reforma laboral?”, los resultados fueron contundentes. Un 61,4% de los encuestados la calificó como “muy urgente”, dado que consideran que la legislación actual “frena el desarrollo”.
Si se suma el 10,53% que la considera “urgente” (bajo la premisa de que “atrasa”), el consenso a favor de un cambio estructural supera el 71%.
Del otro lado de la grieta, el núcleo que se opone a los cambios se redujo significativamente. Apenas un 21,05% considera que la reforma es “nada urgente” y sostiene el argumento de que “estamos bien, se perderán derechos”.
Este cambio de humor social se refleja también en la profundidad de los cambios exigidos. Al consultar sobre qué debería discutir el Congreso Nacional, la respuesta mayoritaria (45,58%) fue “todo”.
Le siguen los pedidos para terminar con la “industria del juicio” (19,73%) y la implementación de nuevas relaciones laborales (17,01%). Solo el 8,16% cree que el debate debe centrarse exclusivamente en la protección de derechos.
El respaldo a la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei se explica, en buena parte, por el colapso de la imagen de los sindicatos, que perdieron su legitimidad como dique de contención.
El informe de DC Consultores arroja una cifra lapidaria para el gremialismo tradicional: el 80,69% de los argentinos afirma que los sindicatos “NO representan a los trabajadores”, y los asocian directamente con un “negocio”. Solo el 19,31% siente que estas organizaciones los defienden.
Más allá de la representación, la relevancia misma del sindicato en la vida cotidiana está cuestionada. Para el 59,18% de los encuestados, los sindicatos no son importantes en su vida laboral.
Este dato resuena con fuerza en un mercado dominado cada vez más por monotributistas, freelancers y trabajadores de plataformas, para quienes el modelo sindical fordista resulta obsoleto.
El estudio enmarca este pedido de reforma laboral en una visión más amplia sobre el rol del Estado. Para el 65,97% de los encuestados, el Estado argentino sin reformas es “un obstáculo” caracterizado por la burocracia, muy lejos de la visión del Estado como “protector” (6,25%) o como garante de la justicia social (10,42%).
Este clima de opinión tiene una traducción electoral directa de cara al futuro. El relevamiento incluye un escenario electoral proyectado a 2027, donde la opción “Javier Milei (reelección)” obtiene un 52,08% de intención de voto en primera vuelta.
La consultora destaca que existe una correlación directa: el electorado que exige desregulación y orden es el mismo que ratifica el rumbo del Gobierno.
Mientras tanto, el peronismo/kirchnerismo, representado en la encuesta por la figura de Axel Kicillof, retiene un núcleo duro del 18,75%, pero parece haber perdido la capacidad de interpelar a la mayoría productiva". finalizó el periodista.