20/12/2025 - Edición Nº3558

Politica

Contrapoder

El industricidio bonaerense hace crujir al Gran La Plata

07:30 | Hoy no todas son flores en el mundo libertario. Al cumplirse dos años de la gestión de Javier Milei, a pesar de la gran hazaña de haber bajado la inflación, la economía aún cruje de manera preocupante.


por Jorge Joury *


El territorio bonaerense es el más afectado, donde han desaparecido hasta las changas en los barrios. Todo tiene su explicación: que recuerde, las reglas básicas de economía que nos brindaron en el colegio siempre apuntaban a que la industria es el motor de un país y que hay que protegerla frente a una competencia extranjera desleal. Sin embargo, hoy la realidad muestra otra cara: el boom de importaciones, el derrumbe del consumo interno y el crédito demasiado caro, aparecen como ingredientes letales para frenar el crecimiento.

Esto hace que se enciendan luces rojas para el futuro. Los datos ponen la piel de gallina: en el país cierra una empresa por día y se pierden casi 400 empleos formales cada 24 horas. El fenómeno también pega fuerte en ciudades como La Plata, donde la actividad industrial y comercial depende directamente de estos movimientos.

En este contexto, el  mercado laboral del Gran La Plata volvió a mostrar señales de fragilidad. Según el último informe del INDEC correspondiente al tercer trimestre de 2025, la desocupación en La Plata, Berisso y Ensenada alcanzó el 8,1%, un nivel superior al promedio nacional (6,6%) y también al del Conurbano bonaerense (7,6%). El dato marca un deterioro respecto del trimestre anterior, cuando el desempleo regional se ubicaba en 6,9%, y confirma que la mejora que exhiben las estadísticas nacionales no impacta de igual manera en todos los aglomerados urbanos, destacó el portal Infoplatense.

El informe da cuenta de que unas 39 mil personas están desocupadas en el Gran La Plata y buscan empleo de manera activa, publica el portal 221. Un dato extra es el agravamiento de las personas que tienen problemas de empleo ya que en la región están afectadas algo más de 120.000, al sumarse los desocupados y aquellos que tienen un empleo, pero buscan otro para poder sustentar sus gastos. Por eso, al observarse la proporción de ocupados demandantes de empleo se observa que pasó de 14.4% al 17.4%, significando unos 84.000 trabajadores insatisfechos con una sola opción laboral. Por su parte, los subocupados llegaron al 12.1% en el tercer trimestre, o sea 58 mil personas que están trabajando menos de 35 horas semanales pero que intentan trabajar más.

Para los especialistas, si no llegan fuertes inversiones en el corto plazo, el panorama podría complicarse. El grito en el cielo también lo puso el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, quien advirtió que la Argentina atraviesa lo que definió como una “catástrofe productiva” que tiene sus raíces en el programa económico del gobierno nacional. En el mismo sentido reaccionó el titular de Producción bonaerense, Augusto Costa.

La actividad económica cayó 0,8% en comparación con 2023 y, entre enero y septiembre de 2025, acumuló una retracción adicional del 1,3%, detalló el funcionario del gobierno de Axel Kicillof en conferencia de prensa. Conviene señalar que la estructura productiva de la provincia de Buenos Aires, concentra cerca del 38% de la población del país y tiene en la industria, el agro, el comercio y la construcción los principales motores de generación de riqueza.

En distintos puntos del territorio provincial, se observa a diario y con estupor, como poderosas firmas de sectores clave avanzan con suspensiones de personal, adelanto de vacaciones, reducción de turnos e incluso cierres de plantas.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la multinacional Mondelez, que decidió detener parcialmente la producción en su planta de General Pacheco, el complejo fabril más grande que tiene en el país. La medida alcanza a más de 2.300 trabajadores, que recibieron una semana de vacaciones adelantadas sumada a otra semana de licencia extraordinaria. 

Situaciones preocupantes en la región de La Plata. Crédito Impulsobaires

La paralización tiene que ver con un fuerte sobrestock producto de la caída de las ventas, que afectó especialmente a categorías de consumo masivo como galletitas, chocolates y alfajores. Así dan cuenta la empresa dueña de marcas populares como Oreo, Pepitos, Milka, Terrabusi, Beldent y Clight que reorganizó turnos, redujo relevos y achicó el uso de su capacidad instalada. De acuerdo con los voceros gremiales, el retroceso anual habría rondado las 15.000 toneladas, incluso en un período estacionalmente alto como las fiestas de fin de año. “El problema es claro: no hay ventas. Los supermercados están trayendo mercadería importada y el consumo no responde. Si esto no se revierte, 2026 pinta muy difícil”, graficó Jorge Penayo, delegado en la planta de Pacheco en declaraciones a medios como Radio Provincia.

La crisis también le pegó en el corazón de la histórica alimenticia Georgalos, productora del tradicional Mantecol, que implementó suspensiones rotativas para unos 600 empleados en su establecimiento de Victoria, en San Fernando. La modalidad incluye el pago del 80% del salario no remunerativo durante la primera quincena de diciembre. Desde la firma atribuyen la medida a la baja en las ventas y al crecimiento de la competencia de golosinas importadas, fenómeno que se acentuó con la política de apertura comercial.

El sector textil tampoco escapa a la crisis. Por ejemplo, en Mar del Plata, Textilana S.A., fabricante de la marca Mauro Sergio, suspendió hasta marzo a 175 trabajadores, que durante ese período percibirán solo el 78% del salario de bolsillo y el aguinaldo en cuotas. El ingreso de ropa importada y el consumo interno deprimido colocaron a la industria local en una situación terminal.

La depresión también llega al rubro automotor. En este caso Peugeot adelantó vacaciones y paralizó su planta de El Palomar por más de cinco semanas, en un contexto donde el patentamiento de autos acumula una caída interanual cercana al 3,6%, informó la agencia DIB. Uno de los casos más resonantes recientes es el de Whirlpool, que también cerró su planta de Pilar y despidió a 220 operarios. En cadena, la textil Hazan Silvia, bajó definitivamente las persianas en Lanús, dejando a 50 trabajadores sin empleo.

La industria del juguete se sumó al escenario de crisis, ya que la Cámara que agrupa al sector (CAIJ) alertó desde su página web que atraviesa “uno de los momentos más delicados de las últimas décadas”, afectado por la caída del consumo, cambios demográficos, el avance del juego digital y la apertura importadora. Además advirtieron que la tasa de fecundidad cayó un 42% desde 2015 —de 2,4 a 1,4 hijos por mujer— reduciendo de manera estructural la población infantil, mientras que los dispositivos electrónicos desplazan el tiempo destinado al juego tradicional.

Se alertó además por la venta online de juguetes provenientes del exterior que figuran bajo sistemas de “compra internacional”, algunos con alertas de retiro en Estados Unidos. Al respecto se señaló en estos productos la presencia de metales pesados y sustancias prohibidas, lo que expone a los niños a productos que no pasan los controles locales.

Los números son contundentes. Entre enero y octubre de 2025, las importaciones de juguetes alcanzaron US$91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, con subas del 59,5% en valores y del 94% en volumen interanual. China concentró el 85,7% del valor importado y el 94,4% del volumen, cifras que marcan la mayor dependencia externa de los últimos 20 años.

En apenas un año se pasó de 199 a 530 importadores, mientras el consumo sigue en descenso. El 52% del volumen ingresado corresponde a productos de menos de US$3 por kilo FOB, muchos subfacturados. Sumando juegos de mesa y artículos recreativos, el volumen total trepó a 28,4 millones de kilos, convirtiendo a 2025 en el año de mayor ingreso de juguetes en dos décadas.

Crédito Cámara del Juguete

La CAIJ denuncia que la competencia con China es estructuralmente desigual por menores costos laborales, energéticos y ambientales, sumados a incentivos a la exportación que distorsionan precios y generan competencia desleal. La Cámara puntualizó que por estas circunstancias. 6 de cada 10 máquinas están frenadas en la industria, mientras que la baja arancelaria aplicada no se trasladó a precios: “El arancel cayó 15% pero los juguetes importados no bajaron”, explicó el titular de la entidad, Matías Furió.

Los datos del último relevamiento de la Unión Industrial Argentina (UIA) confirman que la crisis es estructural. El 40,3% de las empresas redujo su nivel de producción respecto al tercer trimestre, mientras solo el 21,3% logró incrementarlo. El Monitor de Desempeño Industrial se ubicó en 43,8 puntos, lejos del umbral de expansión, marcando una etapa de contracción prolongada.

La crisis por la caída de las ventas también llegó a los supermercados. Por ejemplo, el grupo de origen chileno Cencosud, que en Argentina opera los grandes supermercados, cerró dos sucursales en Castelar y Moreno y cerrará próximamente otra en La Tablada, con el compromiso de reubicar a todos los trabajadores.

Las sucursales afectadas, por ahora, son el Vea de Castelar, partido de Morón, donde cumplían tareas unos treinta trabajadores, el Vea de Moreno y el Easy de la zona de La Tablada, partido de La Matanza. El primero ya bajó la cortina de manera definitiva.

En el caso de Moreno, a la caída de las ventas se suma el creciente costo del alquiler. Los restantes super e hipermercados funcionaban en inmuebles propios. Aún así, las grandes superficies suelen tener altísimos costos operativos, vinculados a las facturas de servicios, especialmente electricidad.

El Easy vende materiales de construcción, otro de los sectores más golpeados por el modelo económico, según publicaron motoreconómico y otros medios del sector. No hay obra nueva porque las empresas se niegan a convalidar el aumento del costo constructivo en dólares. Tampoco hay pequeñas refacciones y ampliaciones, porque las familias apenas alcanzan a cubrir sus gastos básicos.

El plan original de la empresa abarcaba más locales y tenía, como objetivo máximo, el despido de todos los trabajadores de esos puntos de venta para reducir costos tanto como fuera posible. Pero, tras largos meses de negociaciones, durante las que la empresa amenazó con iniciar un procedimiento preventivo de crisis que le permita pagar las indemnizaciones al cincuenta, y el sindicato respondió con una convocatoria a movilizar a las oficinas centrales del grupo en Unicenter, finalmente hubo acuerdo.  Los trabajadores conservarán sus empleos, exceptuando a unos pocos casos que prefirieron aceptar el retiro voluntario. 

Frente a este panorama de emergencia, el  gobierno debe dar un golpe de timón de manera inmediata para mejorar el consumo a través de mejores salarios, la única herramienta para motorizar la economía y evitar un industricidio que asoma como el peor de los enemigos.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".
 

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